Una taxonomía verde para allanar el camino a los mercados financieros
En abril de 2022, Colombia se convirtió en el primer país del hemisferio occidental en adoptar una taxonomía verde nacional. Se trata de una herramienta de clasificación que permite a los prestamistas y prestatarios identificar actividades económicas que contribuyen a objetivos ambientales específicos. La taxonomía se utilizará para la emisión de bonos verdes y desempeñará un papel clave en la movilización de capital del sector privado hacia prioridades medioambientales.
Un llamado a la sostenibilidad en los proyectos de infraestructura
El Gobierno ha sido consciente de la importancia de desarrollar infraestructura clave y, al mismo tiempo, gestionar los riesgos ambientales y sociales. Desde 2012, lleva adelante un programa de desarrollo de infraestructura a través de proyectos de concesión en que participan asociaciones público-privadas (APP). En noviembre de 2021, el Gobierno publicó las Directrices para el Desarrollo de Proyectos de Infraestructura de Transporte Sostenible para la Quinta Generación de Concesiones (CONPES 4060 de 2021). Estas pautas incorporan criterios ambientales, sociales y de gobernanza en el diseño, la financiación, la operación y el seguimiento de los proyectos. El programa Quinta Generación de Concesiones tiene previsto implementar 14 proyectos con una inversión de COP 21,8 billones, que incluyen proyectos ferroviarios, fluviales y aeroportuarios.
Integración de las cuestiones ASG en el sector financiero
De la misma manera, la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) ha publicado requisitos para integrar los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) y climáticos en la política de inversión y en los sistemas de administración de los fondos de pensiones y de las compañías de seguros. La entidad ha aumentado también los requisitos de divulgación para los fondos que han recibido reclamaciones relativas a cuestiones ASG, sostenibilidad y/o problemas ecológicos. Además, ha establecido requisitos de presentación de informes sobre cuestiones ASG y riesgos climáticos para las empresas que cotizan en bolsa, y ha publicado expectativas en materia de supervisión sobre la gestión del riesgo climático para los bancos.
El Banco Mundial apoyó a Colombia en cada paso del camino
El Programa de Asesoría sobre Financiación Sostenible de la Tesorería del Banco Mundial proporcionó asistencia técnica al Ministerio de Hacienda y Crédito Público, en coordinación con el Banco Interamericano de Desarrollo, para facilitar el diseño y la emisión del bono verde soberano.
El Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC) apoyaron conjuntamente el desarrollo de la taxonomía verde nacional de Colombia. Trabajaron con la Superintendencia Financiera y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público para garantizar que la taxonomía se adaptara al contexto local y, al mismo tiempo, se aplicaran las principales normas internacionales de sostenibilidad ambiental, como la taxonomía verde de la Unión Europea y los Principios de los Bonos Verdes de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales. En particular, el Banco Mundial ayudó a formular los criterios para el sector del uso de la tierra, que comprende la silvicultura, la agricultura y la ganadería, y que es responsable del 59 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia.
“Debido al predominio de pequeñas explotaciones agrícolas en Colombia, la taxonomía clasifica las mejoras en el uso de la tierra en tres niveles de complejidad y costo: básicos, intermedios y avanzados. Esto permite a las explotaciones de todos los tamaños introducir mejoras de acuerdo con sus circunstancias”, explicó Farah Imrana Hussain, quien dirigió las iniciativas relacionadas con el bono verde soberano y la taxonomía verde. La taxonomía considera el contexto socioeconómico de Colombia y los desafíos y objetivos ambientales conexos (gestión del agua y el suelo, mitigación y adaptación climáticas, protección de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos) que se han incorporado en su sistema regulatorio y política ambiental.
Los criterios de elegibilidad de la taxonomía para cada sector consisten en requisitos legales mínimos aplicables a nivel local, medidas de “no causar daños importantes” para proteger los recursos naturales y un conjunto de prácticas y tecnologías sostenibles que han sido probadas y consideradas factibles en Colombia. Los ministerios organizaron mesas redondas en que participaron expertos técnicos locales de los sectores de silvicultura, agricultura y ganadería. Especialistas en agroindustrias, medio ambiente y cambio climático del Banco Mundial contribuyeron a la formulación de los criterios.
Por otra parte, el Banco Mundial elaboró un diagnóstico nacional sobre la implementación de los criterios ASG y trabaja actualmente con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público con el fin de preparar una metodología para integrar las consideraciones ASG en las directrices de los proyectos de APP. En la metodología se tienen en cuenta todas las etapas del ciclo de los proyectos, desde el diseño hasta la financiación, la operación, el seguimiento y la evaluación de riesgos. La metodología ASG está en consonancia con el Marco Ambiental y Social del Banco Mundial y las Normas de Sostenibilidad de IFC.
Colombia estableció bases sólidas para la financiación sostenible
Después de haber logrado avances impresionantes en la creación de un entorno normativo propicio para la financiación sostenible, Colombia estableció bases sólidas para alcanzar sus ambiciosos objetivos climáticos y de conservación de la biodiversidad, así como para gestionar la exposición del sector financiero a los riesgos ASG.
“Esperamos continuar nuestra alianza con Colombia, ya que se necesitan medidas de múltiples dimensiones para promover un crecimiento económico inclusivo y sostenible desde el punto de vista ambiental”, dijo Peter Siegenthaler.