Las mujeres juegan un papel importante como agentes de cambio dentro de sus comunidades, haciendo valiosos aportes a la protección y cuidado del medio ambiente. También es más probable que sean ellas quienes desarrollen una actividad de subsistencia derivada directamente de los recursos naturales o de sectores más vulnerables al cambio climático, como la agricultura y la silvicultura.
Esta situación es también una realidad en la Amazonía, uno de los lugares más diversos del planeta y hogar de 47 millones de personas con múltiples culturas, nacionalidades, perspectivas y realidades. En medio de esta diversidad, mujeres y hombres, jóvenes y adultos mayores, participan de forma diferenciada en la toma de decisiones sobre el manejo de los recursos naturales, y tienen diferentes niveles de acceso y control sobre los recursos naturales y los beneficios derivados de su uso. Estas diferencias —y frecuentemente, inequidades— también generan desigualdades entre hombres y mujeres en el nivel de vulnerabilidad y resiliencia frente a los riesgos ambientales.
Para analizar las brechas de género presentes en las iniciativas de conservación y desarrollo sostenible en la región e identificar soluciones para abordarlas, entre 2020 y 2022 se llevó a cabo el Estudio de Soluciones de Mujeres: Lecciones para la Conservación y el Desarrollo. Este es un producto del programa Paisajes Sostenibles de la Amazonía (ASL), financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y bajo el liderazgo del Banco Mundial. El estudio realizado en alianza con el Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR), identificó las condiciones habilitantes, lecciones y estrategias que pueden conducir a una reducción efectiva de las brechas de género en términos de participación en la toma de decisiones, acceso y control sobre los recursos naturales y los beneficios socioeconómicos derivados de su uso.