Todos los años, el 17 de octubre, el mundo celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, también conocido como el Día de la Lucha contra la Pobreza. El tema de este año se centra en el trabajo decente y la protección social para defender la dignidad de todas las personas.
Poner fin a la pobreza sigue siendo un importante desafío a nivel mundial. Hoy en día, casi 700 millones de personas en todo el mundo viven en la pobreza extrema (i) y subsisten con menos de USD 2,15 al día. Después de décadas de reducción sostenida de la pobreza, un período de conmociones y crisis superpuestas dio lugar a alrededor de tres años sin avances, entre 2020 y 2023.
Al ritmo actual de progreso, el mundo no alcanzará el objetivo global de poner fin a la pobreza extrema para 2030 (i) y, según estimaciones, casi 600 millones de personas seguirán debatiéndose en la pobreza extrema en ese momento.
La pobreza extrema se concentra en lugares donde será más difícil erradicarla: los países menos desarrollados, las zonas afectadas por conflictos y las zonas rurales remotas. Las perspectivas son también desalentadoras para casi el 50 % de la población mundial que vive con menos de USD 6,85 al día, el indicador utilizado para los países de ingreso mediano alto.
Los impactos de la pobreza afectan en mayor grado a los más vulnerables. De acuerdo con un informe reciente del Banco Mundial y Unicef, los niños tienen más del doble de probabilidades que los adultos de vivir en la pobreza extrema (i). Representan más de la mitad de las personas que viven en la pobreza extrema; sin embargo, su proporción en el total de la población es de solo el 31 %.
Un enfoque multifacético
“Poner fin a la pobreza es un desafío que precisa un enfoque polifacético”, dijo Luis-Felipe López-Calva, director global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial (i). “Los países no pueden abordar adecuadamente la pobreza y la desigualdad sin mejorar también el bienestar de las personas, y ello incluye un acceso más equitativo a la salud, la educación y la infraestructura básica. El empoderamiento de las mujeres, las niñas y los jóvenes maximizará el impacto entre las comunidades y durante generaciones. Los encargados de formular políticas deben redoblar sus esfuerzos para hacer crecer las economías [de sus países], protegiendo al mismo tiempo a las personas y familias más vulnerables. Esto incluye reforzar las inversiones en los sistemas de protección social”.