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ARTÍCULOEnero 04, 2024

Una entrevista con Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe

The World Bank

Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe 

 

Carlos Felipe Jaramillo es el vicepresidente del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe; como tal, dirige las relaciones con 31 países y supervisa una cartera de proyectos, asistencia técnica y subvenciones en curso cercana a USD 32.000 millones. Bajo su liderazgo, las operaciones del Banco en la región se centran en fortalecer el capital humano a través de programas de educación e inclusión, aumentar la resiliencia ante las crisis, apoyar la recuperación inclusiva y el crecimiento verde

¿Cómo es la transformación digital en América Latina y el Caribe (ALC)?

Las tendencias de ALC hacia la digitalización han respaldado el desarrollo social y económico de la región en las últimas décadas. Sin embargo, la COVID-19 puso en evidencia la urgente necesidad de acelerar la digitalización. Las tecnologías en línea, que fueron un salvavidas durante la pandemia facilitando las transferencias de dinero móvil, la telemedicina y la educación en línea, han ayudado a agilizar la adopción generalizada de lo digital en una región que lleva mucho tiempo rezagada en este ámbito.

Este entorno transformado ofrece oportunidades prometedoras para la recuperación posterior a la pandemia. En la región se ha registrado un crecimiento importante de la digitalización de los pagos y de los beneficios que esta trae aparejados: el empoderamiento de las personas y empresas, el impulso al comercio y la ampliación del acceso a los servicios financieros. Los pequeños y medianos exportadores (i) en línea ahora pueden diversificar su base de clientes, llegando a hasta 20 mercados extranjeros, en comparación con los dos a cinco mercados de los exportadores fuera de línea. Las oportunidades de inversión se han multiplicado; los unicornios —empresas respaldadas por capital de riesgo con ingresos superiores a los USD 1000 millones y que, en su mayoría, ofrecen los productos o servicios mediante plataformas digitales— se cuadruplicaron, pasando de 4 en 2018 a 18 en 2021, y el logro de una conectividad universal en la región podría crear hasta 15 millones de empleos en ALC.

Sin embargo, aún quedan desafíos. En la actualidad, 45 millones de personas siguen desconectadas, entre ellos los habitantes de zonas apartadas, las mujeres, los ancianos y los grupos indígenas, y 240 millones tienen acceso a internet móvil, pero no lo usan porque es demasiado caro o no saben cómo hacerlo. La región necesita grandes inversiones en educación y capacitación para dotar a los trabajadores de las habilidades digitales necesarias, dado que es probable que más del 20 % de los puestos de trabajo estén sujetos a algún grado de automatización en ciertos países.

Es evidente que la digitalización es clave para mejorar las economías y aumentar la inclusión en la región. La pregunta que se plantea ahora es cómo los Gobiernos de ALC pueden aprovechar este impulso con el fin de crear incentivos para una mayor digitalización que acelere la diversificación y el crecimiento económicos.

¿De qué manera ayudará la colaboración entre el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a reducir la brecha de acceso digital en toda la región?

El Banco Mundial y el BID están trabajando juntos para maximizar los esfuerzos en las principales esferas de desarrollo, como la digitalización, para lograr un mayor y mejor impacto. Estamos colaborando en varios proyectos para reducir la brecha de conectividad e impulsar la digitalización sostenible.

A través de una iniciativa conjunta, que se basa en proyectos de ambas instituciones, podemos ayudar a aumentar el acceso a la conectividad, los dispositivos y las plataformas educativas, y contribuir al desarrollo de habilidades digitales entre los estudiantes y docentes de la región, con el objetivo de beneficiar a más de 3,5 millones de alumnos, más de 350 000 maestros y 12 000 escuelas en 16 países.

Uno de los principales desafíos para lograr que más personas usen internet en la región es la falta de habilidades digitales. ¿Qué está haciendo el Banco Mundial para abordar este problema?

Las habilidades digitales son críticas para lograr una economía digital próspera e inclusiva. Sin embargo, sigue siendo un problema que afecta a muchos habitantes de la región. Solo alrededor de un tercio de los adultos en los países de ALC poseen competencias digitales, en comparación con el 64 % en los países de la OCDE. Las mujeres de las zonas rurales se ven particularmente desfavorecidas, ya que están un 37 % menos conectadas que los hombres, y tienen menos oportunidades de participar en los mercados laborales mejor remunerados.

Estudios realizados en el marco de la Iniciativa de Economía Digital para América Latina y el Caribe (DE4LAC) han puesto de relieve la importancia de llevar a cabo reformas y realizar inversiones para mejorar las habilidades en línea. A través de su labor, el Banco Mundial está financiando iniciativas para reforzar las capacidades de modo que las personas puedan conectarse a internet y utilizar las herramientas digitales de manera productiva. Por ejemplo, en Argentina, un proyecto de USD 200 millones ofrece capacitación en competencias digitales básicas y avanzadas y amplía la infraestructura de banda ancha para proporcionar internet en zonas remotas. Como mencioné anteriormente, también se están llevando a cabo esfuerzos como la iniciativa Escuelas Conectadas para Todos con el fin de desarrollar estas habilidades desde el principio.

¿Cómo puede lo digital ayudar a configurar el futuro climático en ALC?

Si bien ALC es responsable de solo el 8 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y la agricultura, el uso de la tierra y la deforestación representan el 47 % de las emisiones, la región es uno de los lugares más vulnerables del mundo al poder destructivo de los desastres relacionados con el clima. Las interrupciones en los sistemas de infraestructuras de energía y transporte, como resultado de eventos relacionados con el clima, tienen costos anuales equivalentes a hasta el 1 % del PIB regional.

Las tecnologías digitales son muy importantes tanto para hacer frente a los impactos del cambio climático como para reducir las emisiones de la región. Las herramientas y plataformas en línea sirven de base para el seguimiento del clima, los sistemas de alerta temprana, o para efectuar rápidamente los pagos de asistencia gubernamental a las personas después de inundaciones o terremotos. Estas tecnologías también respaldan la resiliencia agrícola, el aumento de la productividad, la gestión del agua, la eficiencia energética y la protección de la biodiversidad.

En Perú, estamos apoyando el desarrollo de un sistema centralizado de respuesta ante emergencias, que aumenta la capacidad cuando se produce un incendio forestal o un deslizamiento de tierras. De manera similar, en Argentina, financiamos los cimientos de la infraestructura de datos para incrementar la resiliencia digital y responder con eficacia a las emergencias.

En la Amazonía brasileña (PDF, en inglés), estamos ampliando la infraestructura digital para que las comunidades, incluso en las zonas más aisladas, tengan acceso a servicios de internet fiables y a otros servicios relacionados, y puedan utilizar herramientas en línea para monitorear y reducir la deforestación.

En la región, hemos observado grandes avances en materia de digitalización, pero aún no se ha aprovechado todo el potencial de la conectividad para el crecimiento, la inclusión y la prestación de servicios. Esperamos seguir colaborando con los Gobiernos y el sector privado de modo que todos los países de ALC cuenten con bases sólidas para que prospere la economía digital.

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