La historia reciente de República Dominicana es, en muchos aspectos, un éxito: un crecimiento del PIB excepcional en comparación con el resto de la región, una clase media que supera a la población en pobreza y mejoras en la calidad de vida. Sin embargo, al enfocarnos en las niñas y mujeres dominicanas, la historia parece no ser la misma.
Por un lado, el ritmo de reducción de la pobreza no ha sido proporcional al crecimiento económico y las mujeres son uno de los grupos más afectados, encontrándose en una situación de mayor precariedad que los hombres. Por otro lado, debajo de los indicadores económicos, subyacen desigualdades, muchas veces acentuadas por normas sociales existentes.
“Permanecer en el aula y terminar la escuela constituye uno de los factores más críticos y determinantes para el futuro de las dominicanas”, explica Alejandro de la Fuente, economista sénior del Banco Mundial y uno de los autores del Diagnóstico sobre la igualdad de género en la República Dominicana del Banco Mundial.