El rápido crecimiento de la población joven en el país (el 60 % de los etíopes tiene menos de 30 años) representa un importante desafío para el empleo. Cada año, ingresan en el mercado laboral 2 millones de nuevas personas que buscan trabajo, lo que crea un dilema para el Gobierno: cómo satisfacer esta enorme demanda de empleo. En los últimos años, el Gobierno de Etiopía ha establecido varios parques industriales para incentivar la inversión extranjera directa en el sector manufacturero con el objetivo de atraer inversiones, crear empleos, aumentar los ingresos en divisas, promover la fabricación sostenible, establecer vínculos y facilitar la transferencia de tecnología.
El Proyecto de Competitividad y Creación de Empleo de Etiopía (i), respaldado por el Banco Mundial, desempeñó un papel importante en este proceso hasta su fecha de cierre en mayo de 2023. Respaldó el desarrollo del marco jurídico e institucional para el programa gubernamental de parques industriales, haciendo hincapié en los servicios orientados a los inversionistas, como las ventanillas únicas, la asistencia posterior y los sistemas de seguimiento de los clientes.
Bole Lemi 2 y Kilinto —dos de las nuevas zonas industriales recientemente establecidas y financiadas por el proyecto— han generado resultados importantes: la creación de 19 000 empleos, la movilización de USD 118 millones en inversión privada gracias al aporte de USD 425 millones del Banco Mundial, la generación de más de USD 180 millones en ventas y la capacitación de más de 7800 personas en habilidades interpersonales y técnicas. Los nuevos puestos de trabajo beneficiaron predominantemente a las mujeres (66 %) de entre 18 y 25 años, un grupo para el que el empleo suele asociarse con una serie de efectos sociales y económicos positivos, pero que actualmente experimentan casi el doble de los niveles de desempleo que la población general de Etiopía.
"Este trabajo me ha enseñado muchas lecciones importantes. Ahora tengo habilidades; he aprendido la importancia de la gestión del tiempo y de las personas. Mi plan es iniciar mi propio negocio utilizando las competencias que adquirí en los últimos seis años", dijo Kedija Ahmed, supervisora de línea en una fábrica de ropa en el parque industrial Bole Lemi II. Comenzó como trabajadora de la línea de producción y ascendió a supervisora. La vida de Kedija ha cambiado gracias a su trabajo estable, que ahora le permite cursar estudios superiores durante la noche.
Se produjo un cambio transformador con la introducción de un programa de vinculación "de empresa a empresa", que complementa los esfuerzos de desarrollo de pequeñas y medianas empresas (pymes) independientes. Esta iniciativa apoyó a 43 pymes locales a través de donaciones de contrapartida y asistencia técnica. En 32 de ellas se forjaron nuevas alianzas comerciales con grandes empresas que operaban dentro de los parques industriales. El programa de empresa a empresa (B2B) abrió nuevos mercados (nuevos compradores y mayores órdenes), mejoró la capacidad técnica y el cumplimiento de las pymes, y ayudó a crear más empleos, como resultado del aumento del volumen de negocios y de los pedidos.
El proyecto también promovió prácticas ambiental y socialmente responsables como la iluminación con energía solar y el cuidado infantil en el lugar de trabajo, y apoyó activamente a las comunidades afectadas por el proyecto mediante la provisión de educación, cuidado infantil, infraestructura básica y asistencia para los medios de subsistencia.
Otra joven que tuvo oportunidades de empleo en la fábrica de ropa también compartió su historia con el presidente Banga. Misayenesh, que no terminó la escuela secundaria debido a circunstancias familiares difíciles, pudo conseguir un trabajo confiable como costurera en el parqueindustrial Bole Lemi. Los impactos económicos y sociales positivos de estar empleada son evidentes. Ahora tiene un futuro mejor y puede ayudar a mantener a su familia y contribuir al crecimiento económico y el desarrollo del país.
