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ARTÍCULOMayo 13, 2024

La función de la AIF en una arquitectura de la ayuda mundial cada vez más compleja

The World Bank

TITULARES

  • La arquitectura de la ayuda mundial se ha transformado mucho en las últimas dos décadas, y se registra un aumento de los flujos financieros oficiales que beneficia a los países de ingreso bajo.
  • Sin embargo, ello ha conducido a una mayor complejidad y fragmentación de la arquitectura de la ayuda y a un menor volumen de recursos en condiciones concesionarias. La multiplicidad de donantes y canales crea obstáculos para los países de ingreso bajo que tienen una capacidad de ejecución deficiente.
  • La AIF es el asociado preferido para enfrentar los desafíos causados por una arquitectura de la ayuda compleja. Su presencia mundial y capacidad para convocar a las partes interesadas facilitan una mejor coordinación de los numerosos esfuerzos.

En las últimas dos décadas, la arquitectura de la ayuda mundial ha experimentado una transformación importante. En este período se ha registrado un aumento considerable del volumen de los flujos financieros oficiales, lo que beneficia especialmente a los países de ingreso bajo. Sin embargo, este cambio también ha dado lugar a una mayor complejidad y fragmentación de la arquitectura de la ayuda y a una notoria disminución de los recursos en condiciones concesionarias.

Los flujos financieros oficiales aumentaron a USD 1 billón en 2021, un 53 % más que en 2010. A pesar de esta expansión significativa, no obstante, la arquitectura de la ayuda enfrenta numerosos desafíos, ya que la demanda de financiamiento para el desarrollo crece más rápido que los flujos financieros.  Los países de ingreso bajo necesitan USD 2,4 billones anuales hasta 2030 para hacer frente a las crisis climáticas, los conflictos, las pandemias y las preocupaciones sanitarias. Aunque el volumen de los flujos financieros oficiales se ha incrementado, el número de canales de donantes también se ha expandido de manera rápida y orgánica y no ha beneficiado a la arquitectura general de la ayuda.

Entre 2002 y 2021, el número de entidades de financiamiento oficial subió de 62 a 112. Esta proliferación refleja la aparición de nuevos donantes y la creación de nuevas instituciones multilaterales.Durante el mismo período, la cantidad de organismos donantes que proporcionan financiamiento se duplicó, de 215 a 565.

Con la exploración de oportunidades de cofinanciamiento y alianzas entre los fondos verticales y los BMD [bancos multilaterales de desarrollo], podemos atender necesidades de financiamiento urgentes, lograr economías de escala y movilizar de manera eficaz los recursos escasos para beneficiar a los países en desarrollo.
Fatimetou Mint Mohamed
Akihiko Nishio
Vicepresidente de Financiamiento para el Desarrollo
Gráfico AIF

El aumento de los flujos de ayuda ha provocado una rápida proliferación de donantes y organismos donantes (Fuente: OCDE, CAD y CRS.)

La carga para los países de ingreso bajo

El crecimiento poco manejable ha dado lugar a una elusión significativa de los presupuestos gubernamentales. Además, muchos donantes y diversos canales han creado obstáculos para los países de ingreso bajo con una capacidad de ejecución deficiente, en particular aquellos que ya tienen problemas de endeudamiento o enfrentan situaciones de fragilidad y conflicto.

Por ejemplo, en Etiopía, el número promedio de organismos donantes ha aumentado un 24 % en los últimos 20 años, por lo cual el país debe gestionar más de 200 entidades donantes en la actualidad. La situación es grave en los países pequeños. Tayikistán (con una población de menos de 10 millones de habitantes) debe administrar 130 organismos, y en Malawi (19 millones de habitantes) existen 171 entidades.

Los países receptores enfrentan desafíos derivados de la existencia de múltiples donantes que tienen sus propios requisitos, como auditorías de proyectos, evaluaciones ambientales, informes sobre adquisiciones, estados financieros e información actualizada. Esto se traduce en una influencia normativa limitada y políticas contradictorias, lo que hace que la situación sea más compleja para los países donantes y receptores.

El aumento de la proliferación de donantes ha provocado la fragmentación de los flujos de ayuda, especialmente de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD). El monto promedio de las donaciones de la AOD es ahora la mitad que hace 20 años. Entre 2000 y 2021, el volumen de las donaciones de la AOD pasó de un promedio de USD 1,7 millones a USD 800 000. El volumen de las donaciones es especialmente preocupante dado que los países de ingreso bajo tienen escasa capacidad, y los mayores costos de transacción imponen una carga desproporcionada sobre ellos.

Gráfico AIF

La mayor proliferación de donantes ha llevado a la fragmentación de los flujos de ayuda (Fuente: OCDE, CAD y CRS.)

Hacia un mayor equilibrio

Para mejorar la prestación de ayuda se requiere un enfoque equilibrado y complementario. Una solución capaz de beneficiar a todos implica combinar las fortalezas de los proveedores de ayuda horizontal a través de mejores asociaciones y cofinanciamiento.

La AIF como asociado preferido

En este contexto, la AIF es uno de los asociados preferidos que ofrece una solución a los desafíos que plantea una arquitectura de la ayuda compleja y representa a una comunidad mundial de países, que incluye 59 donantes (tanto tradicionales como no tradicionales, entre ellos todos los países del grupo BRIC) y que conforman el mayor fondo dirigido a los países de ingreso bajo.

La presencia global de la AIF y su capacidad de convocar a diversas partes interesadas, incluidos Gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y otros asociados en la tarea del desarrollo, facilitan una mejor coordinación y armonización de los esfuerzos. Su modelo financiero híbrido único le permite movilizar recursos adicionales para los países de ingreso bajo. Estas características hacen de la AIF un actor fundamental para hacer frente a los actuales desafíos del desarrollo. Por lo tanto, la capacidad de financiamiento de la AIF se salvaguarda y se aumenta como parte de la próxima reposición de los recursos de la entidad —la AIF-21—, durante la cual se debería establecer un nuevo paquete de financiamiento sin precedentes.

En las últimas dos décadas, los canales de donantes han aumentado a más de 200 organismos en algunos países. La asistencia para fines específicos también se ha incrementado rápidamente, y los flujos financieros oficiales se han reducido a cantidades más pequeñas. Estas tendencias ponen de relieve la función fundamental e insustituible de la AIF. Más del 90 % del financiamiento de la entidad se canaliza a través de los Gobiernos de los países receptores, lo que ayuda a reducir el riesgo de desvío de la ayuda. El dinero de cada donante de la AIF se multiplica entre tres y cuatro veces en los países receptores. Por tratarse del único fondo triple A para los países más pobres del mundo, la AIF proporciona una eficiencia financiera sin parangón a los donantes.