Reina Solano, cabeza de familia y madre de cinco hijos, vive en una modesta casa en Higüey, provincia de La Altagracia. Su familia y ella fueron parte de los 35,000 hogares identificados entre los más afectados por el huracán Fiona. Las fuertes lluvias y vientos de hasta 150 kilómetros por hora causaron inundaciones severas y daños masivos, destruyendo hogares e infraestructura clave en la República Dominicana.
“Fiona fue un desastre para mí. Hizo destrozos", cuenta.
Al poco tiempo, Reina se benefició con el Bono de Emergencia del programa de protección social SUPÉRATE, una ayuda del gobierno para solventar temporalmente las pérdidas que había tenido en su hogar. “Recibí dinero mensual que utilicé para comprar comida para mis hijos”, explica.
Sin embargo, la tregua fue breve. “Después de Fiona vino (el huracán) Franklin. Se llenó de agua toda la calle y amanecimos en la iglesia”, recuerda.
Para los dominicanos este ciclo de desastres pone de relieve la importancia del sistema de protección social en un país altamente vulnerable al cambio climático.
En el ojo de la tormenta
La República Dominicana, por su ubicación geográfica y condición insular, es extremadamente vulnerable a sequías, inundaciones, tormentas, huracanes, deslizamientos e incendios forestales. Según el Índice Mundial de Riesgo 2023, está entre los 41 países con mayor riesgo del mundo. Además, estimaciones del Banco Mundial afirman que los eventos climáticos pueden ocasionar pérdidas de hasta el 1% del PIB.
De acuerdo con el reciente informe sobre Clima y Desarrollo de la República Dominicana (CCDR), el panorama se agrava con el cambio climático, que para el 2050 se espera que impacte significativamente la salud, la infraestructura, los ecosistemas y el turismo.
El CCDR también hace hincapié en que los desastres climatológicos acentúan la desigualdad social del país: las inundaciones, por ejemplo, golpean con especial crudeza a la población más pobre, que vive en zonas vulnerables y carece de recursos para afrontar sus consecuencias. Sin medidas de adaptación o mitigación, 110 mil personas más podrían caer en la pobreza para el año 2050.
Un sistema de protección social puesto a prueba
“El riesgo no solo es perder su casa y bienes. Los hogares más pobres y vulnerables que no tienen recursos para afrontar los efectos de un choque climático - por ejemplo, una sequía que agote la única fuente de ingresos de una familia rural- corren el riesgo de adoptar comportamientos nocivos para su bienestar, como comer menos”, sostiene Miriam Montenegro, especialista sénior en Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.
Un reciente análisis de las estrategias empleadas por los hogares de la República Dominicana entre 2019 y 2021 para enfrentar los efectos adversos ocasionados por las inundaciones y las tormentas tropicales, confirmó que las familias más pobres recortaron sus gastos en alimentación, salud y educación.
“La ocurrencia de los eventos adversos climáticos pone de relieve la necesidad crítica de contar con una acción acelerada que fortalezca la resiliencia y la adaptación del país de una manera inclusiva”, explica Montenegro.
Fortalecer la resiliencia de los más vulnerables ante el cambio climático
En este sentido, el Banco Mundial ha jugado un papel fundamental financiando iniciativas como:
- Un préstamo para Políticas de Desarrollo con una Opción de Desembolso Diferido ante Catástrofes (Cat-DDO por sus siglas en inglés) de US$230 millones pone a disposición fondos ante una emergencia para preparación, respuesta y recuperación (en 2018 el primer Cat-DDO fue aprobado y en 2020 proporcionó liquidez inmediata para apoyar la respuesta a la pandemia de la COVID-19).
- Un proyecto de US$200 millones para atender las consecuencias de emergencias.
- Un préstamo de US$100 millones para mejorar la eficiencia de los programas sociales como SUPÉRATE e incrementar la resiliencia de la población vulnerable.
Además, durante los últimos 5 años, el Banco Mundial ha sido un socio estratégico proporcionando asistencia técnica para respaldar el diseño e implementación de un sistema de protección social adaptativo, brindando apoyo constante a SIUBEN (Sistema Único de Beneficiarios), SUPÉRATE y ADESS (Administración de Subsidios Sociales), las instituciones clave de protección social en el país.
SUPÉRATE es en la actualidad el programa más importante del sistema de protección social de la República Dominicana que ayuda a las familias dominicanas más necesitadas brindándoles la oportunidad de invertir en la salud y educación de sus hijos a través de transferencias monetarias condicionadas, asegurando que cumplan con ciertos criterios, como llevar a los más pequeños a la escuela. También tiene como objetivo apoyar a participantes con capacitaciones que les permitan desarrollar habilidades para el trabajo así también como mejorar sus enlaces para una mejor inserción laboral.
Conoce más sobre el sistema de protección social adaptativa dominicano.