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El nuevo informe del Banco Mundial, "Paraguay: Estrategias para Impulsar el Crecimiento Inclusivo y la Reducción de la Pobreza", reconoce los importantes avances del país en la mejora del bienestar de su población. La tasa de pobreza se ha reducido significativamente, pasando del 51.4% en 2003 al 24.7% en 2022, gracias a un crecimiento económico inclusivo y programas sociales efectivos.
Sin embargo, el informe también señala que en los últimos años el ritmo de reducción de la pobreza se ha desacelerado. Además, persisten desafíos importantes en términos de desigualdad y vulnerabilidad a choques externos, lo que subraya la necesidad de acciones estratégicas para mantener y acelerar el progreso alcanzado.
Para abordar estos desafíos, el informe presenta cuatro recomendaciones clave:
Invertir en capital humano: La mejora de la calidad educativa y el acceso equitativo a la educación son fundamentales para el futuro de Paraguay. Priorizar la educación temprana, abordar las disparidades educativas en comunidades rurales e indígenas, y alinear la formación con las demandas del mercado laboral son pasos cruciales para desarrollar una fuerza laboral calificada y competitiva.
Crear empleos de calidad: El aumento de la productividad y la creación de empleo de calidad son esenciales para mejorar los ingresos y reducir la vulnerabilidad. Esto implica apoyar a las MIPYMES, fomentar la innovación y atraer inversiones en sectores estratégicos que puedan generar empleos con mejores salarios y beneficios.
Fortalecer el sistema fiscal: Mejorar la progresividad del sistema tributario y aumentar la base tributaria para financiar inversiones sociales son claves. Simultáneamente, expandir y mejorar la focalización de los programas de protección social puede ayudar a reducir la vulnerabilidad y promover la movilidad económica.
Aumentar la resiliencia climática: Dada la vulnerabilidad de Paraguay a los eventos climáticos extremos, es esencial invertir en infraestructura resistente al clima, desarrollar sistemas de alerta temprana y apoyar la adaptación en sectores clave como la agricultura.
El informe también destaca la importancia de abordar las desigualdades persistentes, especialmente las relacionadas con el género, la ubicación geográfica y la etnia, para lograr un desarrollo inclusivo.