El jaguar (Panthera onca), el mayor felino de América, desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio ecológico de la selva amazónica. La Amazonía, que alberga alrededor del 90% de la población mundial de jaguares, depende de estos superdepredadores para regular las especies de presa. Al controlar las poblaciones de herbívoros como los capibaras y depredadores más pequeños, estos felinos ayudan a preservar la rica biodiversidad de la selva. Más allá de su importancia ecológica, tienen un profundo significado cultural, ya que son venerados como símbolos sagrados y protectores de la selva por las comunidades indígenas.
El jaguar enfrenta crecientes amenazas debido a la degradación del hábitat y la deforestación, que están reduciendo su territorio a un ritmo alarmante y evidenciando la necesidad urgente de implementar esfuerzos de conservación. En las últimas dos décadas, la Amazonía ha perdido aproximadamente un 17% de su cubierta forestal, y las nuevas pérdidas podrían empujarla más allá de un punto de inflexión hacia condiciones similares a las de una sabana. Para los jaguares, esto implica territorios cada vez más reducidos y fragmentados, lo que aumenta el riesgo de conflictos entre humanos y fauna silvestre. Al acercarse a los asentamientos humanos en busca de alimento, el ganado se convierte en una presa fácil, intensificando las tensiones con las comunidades locales.
Además de la pérdida de hábitat, enfrentan amenazas directas como la caza ilegal y el tráfico de sus dientes y huesos en un mercado negro en expansión. Estas presiones combinadas han provocado una disminución del 25% de su población. Actualmente, se estima que la región amazónica alberga aproximadamente 161.196 individuos, según estudios recientes. (Estrategia de Conservación de Jaguar 2020-2030, WWF).
La tecnología se ha convertido en una herramienta vital en las estrategias para proteger los hábitats de este superdepredador. Las cámaras trampa equipadas con sensores de movimiento se utilizan ampliamente para vigilar sus poblaciones y ofrecen información muy valiosa sobre su número, comportamiento y hábitat. Un ejemplo, apoyado por el Programa de Paisajes Sostenibles de la Amazonía (ASL) es Wildlife Insights. La Inteligencia Artificial también ha ayudado analizando grandes conjuntos de datos de cámaras trampa y sensores remotos para predecir tendencias en los movimientos y el uso del hábitat de los jaguares. También se emplean drones para vigilar la tala ilegal y la caza furtiva, ofreciendo vigilancia en tiempo real para proteger los hábitats de los jaguares. Además, las imágenes por satélite y los sistemas de información geográfica (SIG) pueden ayudar a identificar zonas cruciales para la restauración del hábitat y la creación de corredores.
La creación y el mantenimiento de corredores ecológicos son una estrategia de conservación vital que permite a los jaguares desplazarse libremente, acceder a diversas fuentes de alimento y encontrar oportunidades para reproducirse. Estos corredores se mapean estratégicamente utilizando modelos predictivos basados en datos satelitales, lo que garantiza conexiones fluidas entre hábitats críticos.
Varias estrategias de conservación protegen activamente el futuro de los jaguares y de la Amazonía.
Esta imagen de una cámara trampa muestra un jaguar deambulando por la selva amazónica ecuatoriana. Cortesía de WWF Ecuador
En sus esfuerzos por conservar, restaurar y proteger los paisajes de toda la región amazónica, el ASL contribuye a la protección del jaguar. En Ecuador, gracias al proyecto «Corredores de Conectividad en dos Paisajes Prioritarios en la Región Amazónica Ecuatoriana», se están estableciendo corredores ecológicos en las regiones prioritarias de la Amazonia. Los corredores Cuyabeno - Limoncocha - Yasuní y Palora - Pastaza permitirán el desplazamiento de la fauna, incluido el gran felino, y la dispersión de la flora favoreciendo la salud de los ecosistemas. El establecimiento de corredores viene acompañado del fortalecimiento de la gobernanza, el establecimiento de acuerdos comunitarios de conservación, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y bioempresas, el fomento del monitoreo de la biodiversidad por parte de las comunidades y la realización de actividades de educación ambiental.
Con el apoyo del proyecto «Fortalecimiento de la gestión de paisajes protegidos y productivos en la Amazonia surinamesa», Surinam reafirma su compromiso de reforzar la conservación del jaguar. En este contexto, se está elaborando un Plan Integral de Gestión del Jaguar para hacer frente a los retos locales y globales mediante la protección de los hábitats, la lucha contra amenazas como la caza furtiva y la promoción de prácticas sostenibles. Esta iniciativa también da prioridad a la mejora de la capacidad institucional, el fomento de la participación de la comunidad, la promoción de la colaboración interinstitucional, la mejora de los sistemas de vigilancia y el fortalecimiento de la aplicación de la ley contra el tráfico ilegal de jaguares y sus partes.
Para conmemorar el Día Mundial del Jaguar (29 de noviembre) de este año, se han organizado diversas actividades educativas. La jornada comenzará con una visita escolar al zoológico de Paramaribo y continuará con programas dirigidos a escuelas y comunidades locales. Estas iniciativas tienen como objetivo sensibilizar sobre el comportamiento de esta especie y fomentar la convivencia con los jaguares en los vecindarios donde su presencia es una realidad.
El destino del jaguar es un espejo de la salud de la Amazonía. Proteger a estos majestuosos felinos no solo implica salvaguardar una especie emblemática, sino también preservar un ecosistema crucial y fortalecer nuestro compromiso de vivir en armonía con la naturaleza. Los jaguares no son únicamente una especie que requiere conservación; son un pilar fundamental para mantener la biodiversidad y garantizar la sostenibilidad de la región amazónica.