Evaluación continua, automatización, personalización, independencia, mejor gestión del tiempo y la información, estímulo creativo… Con la rápida adopción de la Inteligencia Artificial (IA) en prácticamente todos los ámbitos de la vida humana, uno de los ecosistemas más susceptibles de crecimiento y desarrollo es el de la educación.
La IA ha llegado para transformar el rostro productivo en América Latina y el Caribe. Actualmente entre el 2 y el 5% de los empleos se encuentran en el umbral de la automatización total, entre el 8 y el 14% podría volverse más productivo al adoptar una herramienta de inteligencia autogenerativa, y entre el 26 y el 38% se encuentra expuesto a la AI. Esto, de acuerdo con el estudio ¿Buffer o cuello de botella? Exposición laboral a la IA generativa y la brecha digital en América Latina, elaborado por el Banco Mundial y la Organización Internacional del Trabajo.
Para América Latina, esto trae de nueva cuenta una discusión pendiente en torno al aprovechamiento de estos momentos de inflexión tecnológica, ya que si bien la región ha dado pasos firmes en el desarrollo de talento e infraestructura, aún queda el reto de cerrar la brecha, en mancuerna con los líderes globales en IA.
De acuerdo con el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024), desarrollado en conjunto por la CEPAL y el CENIA, en un rango evaluativo de cien puntos posibles, Chile lidera el ranking con 73,07 puntos, seguido por Brasil (69,30) y Uruguay (64,98), naciones que han implementado estrategias nacionales sólidas dirigidas a la integración de tecnologías IA en sectores diversos.
De implementarse de forma correcta, regulada, asequible y medible, la IA brinda la oportunidad de mejorar la labor docente y el aprovechamiento de los estudiantes de la región, esto gracias a herramientas que mejoran la experiencia educativa. Casos como el de Ecuador -en donde un programa de tutoría con inteligencia artificial guiado por profesores logró mejoras sustanciales en matemáticas- o el de Uruguay,donde se han desarrollado directrices para que el uso de la IA respete los métodos de enseñanza locales a un ritmo controlado.