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ARTÍCULOMarzo 21, 2025

Proteger los bosques y fortalecer las comunidades en Costa Rica

TITULARES

  • Costa Rica continúa siendo un líder en los mercados de carbono y la implementación de programas REDD+.
  • Los créditos de carbono ayudan a ampliar los esfuerzos de conservación del país, al tiempo que aumentan la resiliencia y brindan apoyo a las comunidades indígenas.
  • Las comunidades utilizan los pagos por concepto de unidades de reducción de emisiones de carbono para financiar proyectos locales, mejorar la infraestructura y reforzar las oportunidades económicas.

José Ulises Uva Ríos, mientras se encuentra de pie en un edificio comunitario rodeado de la frondosa selva tropical costarricense, reflexiona sobre cómo el financiamiento del carbono está ayudando a las comunidades a proteger los bosques y apoyar la conservación. En su calidad de presidente de la Asociación de Desarrollo Integral del Territorio Indígena Cabécar de Talamanca (ADITICA) ha sido testigo directo del impacto de estos esfuerzos.

ADITICA ha jugado un papel clave en las iniciativas de Costa Rica —que generan créditos de carbono— destinadas a reducir la deforestación y la degradación de los bosques. Gracias al acuerdo de compra de reducciones de emisiones (ACRE) entre el país y el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF, por sus siglas en inglés), Costa Rica recibe pagos por concepto de reducciones verificadas de emisiones. Estos fondos luego se distribuyen a comunidades como la de José a través del mecanismo de pago por servicios ambientales de Costa Rica, con lo que se reconoce el papel esencial de las comunidades locales en la protección de los bosques y el apoyo a los esfuerzos de conservación.

Este proyecto nos ha permitido cumplir muchos de nuestros sueños que durante tantos años estuvieron en espera. Permite que los territorios indígenas tengan un impacto directo en la toma de decisiones y el desarrollo de los planes ambientales, forestales y territoriales.
Fatimetou Mint Mohamed
José Ulises Uva Ríos
Presidente de la Asociación de Desarrollo Integral del Territorio Indígena Cabécar de Talamanca
Bosque Tropical Talamanca

Un bosque tropical en el territorio de las comunidades indígenas cabécar de Talamanca en Costa Rica. 

Banco Mundial

Los créditos de carbono al servicio de las personas

Costa Rica, donde los bosques pluviales tropicales abarcan casi el 50 % del territorio (i), es ampliamente reconocido como líder mundial en materia de conservación y uso sostenible de sus abundantes recursos naturales. En el marco del ACRE, firmado en diciembre de 2020, el país puede recibir hasta USD 60 millones en tres pagos por la reducción de un total de 12 millones de toneladas de emisiones de carbono antes de fines de 2025.

Costa Rica percibió recientemente un segundo pago de USD 17,5 millones, luego de recibir un monto inicial de USD 16,4 millones en agosto de 2022. Estos pagos reconocen los esfuerzos nacionales para lograr los objetivos de reducir las emisiones derivadas de la deforestación y mejorar el secuestro de carbono incluidos en el acuerdo.

Una parte de los fondos derivados de los pagos se entrega directamente a las comunidades locales a través de un plan de distribución de beneficios, para garantizar que quienes contribuyan a la reducción de emisiones se beneficien de manera concreta por sus esfuerzos.

María Elena Herrera, coordinadora del proyecto y jefa de la Secretaría de REDD+, ha sido testigo de cómo estos pagos están marcando una diferencia en las comunidades que han enfrentado durante mucho tiempo obstáculos para acceder a recursos: “Este proyecto ha generado mucha capacidad. También ha abordado numerosas necesidades comunitarias. Las comunidades, por ser indígenas o de un lugar remoto tienen muchas necesidades que no han sido atendidas por el Gobierno nacional. Estos recursos complementan esas necesidades que tiene la gente”.

El liderazgo de Costa Rica en los mercados de carbono

Con el apoyo del Banco Mundial y el FCPF, Costa Rica se ha posicionado como líder en los mercados de REDD+ jurisdiccionales, y se ha convertido en el primer país latinoamericano en recibir pagos por concepto de reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal.

Costa Rica ha seguido innovando en el ámbito del financiamiento del carbono y es el primer país que ha vendido créditos de carbono “sobrantes” de alta integridad —aquellos que exceden sus compromisos asumidos — a través de un reciente acuerdo de venta de 100 000 créditos a un integrante de la Coalición LEAF (i).

Jorge Mario Rodríguez Zúñiga, viceministro de Ambiente, destaca cómo la participación de Costa Rica en los mercados de carbono y esta colaboración con el Banco Mundial han respaldado la economía verde y resiliente a largo plazo del país: “El FCPF ha contribuido a generar datos sólidos que muestran de qué manera ciertas acciones de conservación de los bosques pueden secuestrar carbono eficazmente. Esta información facilita la venta de créditos de carbono, garantiza la continuidad de los pagos por servicios ambientales y fortalece la capacidad del programa de pagos por servicios ambientales para medir y recompensar el secuestro de carbono”.

Costa Rica está llevando su Programa de Pago por Servicios Ambientales un paso más allá al incorporar la conservación de la biodiversidad y el agua dulce, con lo que refuerza su papel como líder en las finanzas sostenibles y la gestión ambiental.

Mirar hacia el futuro para fortalecer la resiliencia y la participación de las comunidades locales

Costa Rica está profundizando su compromiso con la inclusión social y la resiliencia climática a través de una nueva iniciativa respaldada por el fondo fiduciario EnABLE. Desarrollado en colaboración con redes de pueblos indígenas, el proyecto complementa el Plan Ambiental Territorial del país y prioriza la preservación del patrimonio cultural autóctono a la vez que promueve el ecoturismo, la agricultura sostenible y los emprendimientos locales. En la iniciativa se pone especial énfasis en la distribución transparente de los recursos, el monitoreo participativo y la gestión colaborativa entre los territorios indígenas, las partes interesadas regionales y el Banco Mundial.

Un objetivo clave es garantizar que las voces de los pueblos nativos se incluyan en la política climática nacional y la toma de decisiones, para fortalecer su papel en la elaboración de la agenda ambiental del país. Con el fortalecimiento de las estructuras de gestión y el fomento de las oportunidades económicas, Costa Rica continúa empoderando a las comunidades y reforzando las prácticas de ordenación sostenible de la tierra.

ADITICA office and communal meeting space in the indigenous territory of Cabecar Talamanca

Una oficina de ADITICA y un espacio de reunión para las comunidades indígenas cabécar de Talamanca, que contribuyen a la conservación de los bosques.

Banco Mundial

Las comunidades impulsan el cambio

La trayectoria de Costa Rica en los mercados de carbono demuestra cómo estos mecanismos financieros empoderan a las comunidades locales, mejoran la gestión forestal y proporcionan recursos que pueden reinvertirse en conservación y desarrollo económico. Los pagos por concepto de reducción de emisiones no solo refuerzan la gestión ambiental, sino que también permiten a las comunidades mejorar la infraestructura local, crear nuevas oportunidades económicas y generar resiliencia a largo plazo.

Farlin Telles Ríos, secretario de la Junta Directiva de ADITICA, subraya el impacto tangible de estos esfuerzos: “Para mí, el proyecto es importante porque nos permitió desarrollar infraestructura en las comunidades. Estoy muy contento con el alcance de este proyecto”.

Mediante inversiones continuas facilitadas por el financiamiento del carbono, Costa Rica está demostrando que la protección de los bosques puede ir de la mano de la resiliencia económica, la inclusión y la sostenibilidad ambiental, y estableciendo un modelo que otros países pueden seguir.

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