Niños refugiados juegan en Belgrado, Serbia. © Zeljko Sinobad / Shutterstock
Niños refugiados juegan en Belgrado, Serbia. © Zeljko Sinobad / Shutterstock
Zahra, de Afganistán, es una madre de tres hijos que busca una nueva vida en Europa. A comienzos de 2016, Zahra emprendió con sus dos hijas, de 17 y 14 años, y su hijo de 4 años una audaz travesía hacia Europa, un viaje que describe como la experiencia más horrible de su vida. Después de una caminata a través de Turquía, un viaje en una balsa inflable a Grecia, y otra larga caminata por la ex República Yugoslava de Macedonia, Zahra se encuentra ahora en Serbia.
Los días se mezclan en su mente y no recuerda cuánto tiempo tomó cada tramo. Solo recuerda haber caminado durante días “a través de la jungla”, como la describe, entre la ex República Yugoslava de Macedonia y Serbia.
“[Estoy aquí] solo para mantener a mis hijos vivos y bien, y llevarlos a Alemania”, dice Zahra.
Aunque su plan es que su familia se reúna con su esposo, en este momento Zahra y su familia no pueden seguir su viaje.
Con una decisión adoptada en marzo de 2016 para poner fin a la migración irregular desde Turquía a los países de la Unión Europea (UE) (i) se cerró la ruta de migratoria a través de los Balcanes occidentales para Zahra y miles de otros migrantes como ella, obligándolos, al menos por ahora, a permanecer en Serbia, el último país antes de ingresar en la UE.
La mayor parte de estas personas procedía de Afganistán (62 %), Iraq (13 %), Pakistán (12 %) y Siria (5 %), pero muchas más permanecían como no registradas y con paradero desconocido. (PDF, en inglés)
Pese a que más del 90 % de estas personas han sido alojadas en refugios administrados por el Gobierno, su situación sigue siendo inestable. Entre ellos, las mujeres y los jóvenes, en particular los menores no acompañados por un adulto, representan grupos particularmente vulnerables y marginados.
El aislamiento, la incertidumbre, las luchas diarias por la subsistencia, la falta de oportunidades para participar en actividades sociales y otros desafíos representan riesgos para su bienestar.
© ACNUR
El Banco Mundial y el desplazamiento forzado
Reconociendo que el desplazamiento forzado es un desafío para el desarrollo, especialmente en situaciones prolongadas, el Banco Mundial amplía el apoyo para los desplazados y las comunidades de acogida, (i) trabajando de manera complementaria con asociados humanitarios y usando los sistemas nacionales cuando es posible. A fines de 2016, había aproximadamente 22,5 millones de refugiados en todo el mundo. (i) Serbia albergaba a unas 36 500 personas, una proporción de más de 4 refugiados por cada 1000 ciudadanos.
Ajustándose a su mandato de reducir la pobreza, el Grupo Banco Mundial se ocupa del bienestar de los desplazados y de las comunidades que los acogen. Los impactos económicos y sociales son importantes: los desplazados tienen un capital social limitado y pocos activos, no pueden hacer planes o encontrar medios de subsistencia y no cuentan con un acceso apropiado a los servicios básicos. Suelen sufrir traumas y enfrentar una considerable incertidumbre y, a veces, ser víctimas de discriminación. Las comunidades de acogida y los países, algunos de los cuales a su vez son de ingreso bajo, también enfrentan problemas como las crisis tributarias y la mayor demanda de servicios y de infraestructura.
El Banco colabora activamente para abordar este desafío a través de financiamiento, generación de datos, realización de estudios analíticos e implementación de operaciones y proyectos, trabajando con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y con asociados de los ámbitos humanitario y del desarrollo.
, de manera que las personas, en primer lugar, no tengan que arriesgar sus vidas y huir.
Durante este periodo transitorio, el Fondo de Innovación para la Juventud (YIF) del Banco Mundial trabajó con estos grupos vulnerables para apoyarlos mediante el proyecto “Colaborar con las mujeres y los jóvenes solicitantes de asilo, migrantes y refugiados que pasan por Serbia”, implementado por la organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro de Serbia Asylum Protection Center. (i) El YIF es un fondo del Banco Mundial destinado a empoderar a los jóvenes e impulsar ideas innovadoras en proyectos de todas las áreas del Banco Mundial. El proyecto YIF, creado en 2004, sigue involucrando a los jóvenes como asociados para promover la innovación, crear impacto y aprovechar los recursos. El fondo forma parte de un grupo más amplio denominado Comunidad “Youth to Youth” (Y2Y). (i)
El Fondo de Innovación para la Juventud (YIF) brinda una oportunidad para que el personal joven del Grupo Banco Mundial canalice nuevas ideas diseñando e implementando proyectos de desarrollo en todo el mundo. Gracias a fondos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) para empoderar a los jóvenes e inspirar más innovación en los proyectos de desarrollo, se otorgan donaciones a propuestas de todas las líneas de actividades y de todos los países del Grupo Banco Mundial sobre una base muy competitiva. Creado en 2004 como uno de los programas emblemáticos de Y2Y del Grupo Banco Mundial, el YIF continúa involucrando a los jóvenes como colaboradores para promover la innovación, crear impacto y aprovechar los recursos de la nueva generación de profesionales del desarrollo.
El proyecto, que se dirige exclusivamente a mujeres y jóvenes, se centró en cuatro objetivos generales: fortalecer el diálogo entre estas personas y los serbios de las comunidades locales; aumentar su autoestima, independencia y habilidades sociales; elevar sus conocimientos regionales y mundiales acerca de sus desafíos, y sensibilizar a las comunidades locales y regionales sobre las dificultades que enfrentan día diario.
Además, se focalizó no solo en los solicitantes de asilo, los refugiados y los migrantes, sino también en los serbios de las comunidades locales para aumentar su conocimiento de esta realidad y conectar a ambos grupos. Entre febrero y junio de 2017, el Asylum Protection Center organizó más de 30 actividades, en las que participaron más de 200 solicitantes de asilo, refugiados y migrantes, y más de 200 ciudadanos serbios.
Esta iniciativa es un ejemplo del apoyo del Banco Mundial a los países que acogen a un gran número de personas desplazadas. Esta asistencia tiene como objetivo ayudar a los países a diseñar y aplicar políticas que permitan a los refugiados reconstruir sus vidas con dignidad y ser económicamente independientes. Esto, a su vez, los ayudará a contribuir con las comunidades de acogida, proporcionando una manera más sostenible de abordar esta creciente crisis.
Invertir en oportunidades
Los talleres de empoderamiento fueron realizados por un psicólogo capacitado, quien alentó a los participantes a abrirse, a tener más confianza, a reflexionar sobre sus roles tradicionales y a abordar algunas de sus cargas emocionales. Para abordar los prejuicios y las barreras sociales, así como para contrarrestar los estereotipos de género, los talleres se centraron en promover la independencia y la participación de las mujeres a través del intercambio de experiencias, ayudándolas a liberarse de normas sociales, culturales y tradicionales que podrían estar dificultando sus vidas.
También se realizaron talleres interculturales para crear un espacio seguro en que los participantes conocieron mejor aspectos de la cultura local, debatieron temas y riesgos que pudieron haber surgido durante sus experiencias como personas desplazadas. Se alentó a las mujeres a compartir las normas culturales de sus respectivos países, explorar los roles de género, estudiar el comportamiento de las comunidades locales y poner en práctica sus habilidades para desenvolverse socialmente.
Junto con estos talleres de empoderamiento e interculturales, se realizó además una serie de actividades de integración para ayudar a promover una mayor inclusión social entre las mujeres y los niños migrantes, los refugiados y los solicitantes de asilo.
Estos eventos tuvieron como propósito establecer un primer contacto entre los participantes y sus comunidades locales, facilitando una mejor comunicación e interacción al promover la diversidad cultural, la solidaridad y la integración. Estos eventos incluyeron visitas a exposiciones de museos y participación en un festival de música en Belgrado, en actividades escolares y excursiones.
El proyecto asimismo puso a prueba un innovador “programa de amistad” a través del cual las voluntarias locales ayudaron a las solicitantes de asilo con diversas actividades, como ir al médico, comprar medicamentos en la farmacia, buscar un departamento y otras rutinas diarias con las que muchas de ellas no estaban familiarizadas. La iniciativa tiene el potencial de implementarse en otros países y en otros proyectos y servir como una herramienta eficaz para aumentar el compromiso, la concientización y la inclusión comunitaria.
El poder del arte
En el marco de este programa, además de los talleres de empoderamiento e inclusión, se llevaron a cabo diversos eventos, exhibiciones y excursiones para ayudar a las poblaciones vulnerables a enfrentar mejor sus difíciles circunstancias y aumentar su nivel de comprensión de su entorno.
Se organizaron talleres para brindar a las mujeres y los niños la oportunidad de expresarse a través del arte y la artesanía, la pintura y el dibujo, y practicar consejos relacionados con la belleza. Estas actividades permitieron a los participantes compartir cómo se sentían, charlar y reír con personas de las comunidades locales.
También se organizaron salidas al teatro para los niños, dándoles la oportunidad de relajarse y jugar; proporcionándoles una sensación de bienestar, y permitiéndoles ser niños otra vez.
Durante el mes de Ramadán de 2016, estos solicitantes de asilo, refugiados y migrantes participaron en artes creativas, junto con miembros de la comunidad, durante la “Feria de artesanías de Belgrado”. Los participantes aprovecharon esta oportunidad para asistir a sesiones de manualidades, compartir experiencias, y conversar sobre sus vidas y sueños.
Una de las actividades más populares fue una demostración de pintura tradicional con jena. La comunidad local estaba muy interesada en saber consejos de belleza de las mujeres solicitantes de asilo. Incluso los hombres de las comunidades locales participaron en esta actividad, creando un ambiente de alegría e inclusión entre los solicitantes de asilo, refugiados y migrantes.
Otro aspecto destacado de esta interacción fue una exposición de arte, que se realizó el 28 de mayo de 2017 en Belgrado. En la exhibición “Solicitantes de asilo: A la espera de una nueva vida” (página en serbio) se mostraron fotos y videos documentales de mujeres y niños solicitantes de asilo que viven en Serbia bajo una nueva luz: presentándolos como personas que tienen muchas más similitudes que diferencias con quienes les rodean y cuyas principales aspiraciones son la paz, un hogar seguro y un futuro sin miedo, persecución e incertidumbre.
Este evento brindó a todos los visitantes la posibilidad de conocer las condiciones de vida dramáticas de los migrantes y los emotivos testimonios de mujeres y niños que huyeron de la guerra, la violencia y la pobreza. La exposición permitió acortar la distancia entre los ciudadanos locales y los solicitantes de asilo en Serbia y facilitó la oportunidad de compartir experiencias para romper con los estereotipos y conceptos erróneos.
Más por hacer
Aunque todas estas actividades fueron fundamentales para ayudar a muchos solicitantes de asilo, refugiados y migrantes a adaptarse a su situación actual y a integrarse aún más en sus respectivas comunidades, es evidente que se necesita hacer mucho más para ayudar a estos grupos vulnerables.
El éxito de este proyecto debería repetirse y ser usado como base, dijo un grupo de participantes del Gobierno serbio, ONG locales e internacionales y expertos del Banco Mundial en el último evento del proyecto llevado a cabo en junio de 2017.
Si bien el futuro de estos solicitantes de asilo, refugiados y migrantes puede seguir siendo incierto, su papel y participación en las comunidades que los acogen no tiene por qué serlo. Al fomentar simultáneamente un mayor entendimiento entre estos grupos vulnerables de sus comunidades y crear conciencia entre los habitantes locales, iniciativas como esta sirven para impulsar la inclusión y ayudar a las personas a sentirse en casa, aunque solo sea por un corto periodo.