Impulsores de acceso e inclusión
Los rápidos cambios e innovaciones en la tecnología, especialmente la expansión de los teléfonos celulares, han impulsado el acceso y la inclusión. , una asociación mundial de operadores de redes móviles. Los teléfonos móviles y otros puntos de acceso han llevado los servicios financieros a las personas en lugar de demandar que las personas viajen largas distancias hasta los bancos reales de ladrillo y cemento.
Las empresas tecnológico-financieras (o fintech) están revolucionando rápidamente el panorama del sector financiero, haciendo que sea más fácil que antes ampliar el acceso. Por ejemplo, las súper plataformas como Ali Baba/Ant Financial, están expandiendo rápidamente el acceso a través de los mercados de Internet o las redes sociales.
Esta innovación y “movilidad” de los servicios financieros ha sido clave.
Infografía: La vía hacia la inclusión financiera. Haga clic aquí para ver la infografía completa.
“Tener” frente a “usar” cuentas financieras
Los objetivos mundiales de la inclusión financiera también han evolucionado. Tener acceso a una cuenta financiera es un gran comienzo, pero no es suficiente. Tener una cuenta financiera y usarla son dos cosas diferentes, según muestran los datos de Findex.
Algunos mercados emergentes como China, India, Kenya y Tailandia tienen hoy en día un acceso financiero del 80 % o más. A medida que los países avanzan en el acceso a las cuentas, deben centrarse en mejorar el uso.
China es un excelente ejemplo de cómo se puede pasar del acceso al uso de las cuentas: en la actualidad, más del 80 % de los adultos de China tiene una cuenta. El 85 % de los adultos que compra algo en línea también paga en línea (en lugar de pagar en efectivo contra entrega).
Para aumentar el uso de las cuentas, los países pueden digitalizar los pagos en efectivo: transferencias gubernamentales y salarios. Alternativamente, pueden comenzar invirtiendo en infraestructura fundamental, como identificaciones digitales e historiales crediticios en línea: si las personas pueden demostrar quiénes son y pueden proporcionar un historial crediticio, es mucho más probable que las instituciones financieras les permitan abrir una cuenta.
Cerrar las brechas restantes
A medida que los países se van centrando en el uso de las cuentas, también deben enfocarse en extender el acceso a los servicios financieros a segmentos de población que son más difíciles de alcanzar, como las mujeres, los pobres y aquellos que viven en zonas rurales. Según los últimos datos Findex, casi la mitad de las personas no bancarizadas son mujeres, viven en hogares pobres o están fuera de la fuerza laboral.
Los servicios financieros deben adaptarse a las necesidades de los usuarios nuevos, que pueden necesitar productos personalizados y servicios complementarios de alfabetización financiera que expliquen cómo usar los productos financieros.
La competencia financiera −saber y entender cómo usar los servicios financieros− es lo que le dio a Mohirahon la confianza para abrir su propia tienda. Del mismo modo ocurrió con Farzona, una refugiada afgana que vive en Tayikistán. Participar en la capacitación en alfabetización financiera le enseñó a registrar todas sus compras. “Eso me ayudó a limitar el gasto innecesario. Ahora soy inteligente con mi dinero. Esta técnica me permitió aumentar los ahorros, aumentando mi presupuesto familiar”, dice.
A medida que estos nuevos consumidores ingresan al sector financiero formal, la capacitación en capacidad financiera los ayuda a tomar decisiones informadas. Sin embargo, también deben estar protegidos de las prácticas comerciales dañinas, por lo que es importante que los países establezcan marcos sólidos de protección del consumidor financiero.
Además, centrarse en las mujeres es clave para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. . Los países que tenían una brecha de género en 2011 cuando Findex comenzó, continúan teniéndola hoy en día, y es particularmente amplia en Asia meridional.