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Mayo 18, 2018

Ganancias en la inclusión financiera, ganancias para un mundo sostenible

© Nyani Quarmyne/IFC

 

En Zambia, Mary Banda tiene un pequeño restaurante en uno de los mercados más antiguos de Lusaka. Antes de enterarse de que los servicios financieros podían hacer más fácil la manera de hacer negocios, sus ganancias eran bajas. Pero hoy, sus ganancias han aumentado, tanto porque bancariza su dinero como porque usa servicios móviles de transferencia de dinero.

Usar servicios financieros le simplificó la administración de su negocio y aumentó sus ganancias. Y las ganancias del negocio ahora pagan las matrículas escolares de sus hijos.

Banda dice que las mujeres no deben temer a los bancos. “Es muy importante ahorrar dinero porque el sector informal donde operamos no tiene seguridad social”.

La inclusión financiera puede parecer un concepto esotérico, pero su significado es más que real para , incluidos más de 500 millones de personas en los últimos tres años.

Con acceso a una cuenta financiera, las personas ya no necesitan depender y realizar transacciones únicamente en efectivo, o usar sus colchones como cajas de ahorro. El acceso financiero conecta a las personas con el sistema financiero formal, facilitando la vida cotidiana y permitiéndoles generar activos, mitigar las crisis relacionadas con emergencias, enfermedades o lesiones y realizar inversiones productivas.

Tómese a Mohirahon B de Tayikistán como ejemplo. Ella comenzó su propio negocio de costura después de realizar una capacitación en alfabetización financiera, donde aprendió a manejar dinero y hacer presupuestos. O a Sameh Seddik de Egipto, que amplió su negocio en Luxor, que ahora emplea a 40 costureras, todas mujeres, gracias a un microcrédito destinado a ampliar la inclusión financiera en Egipto. Mientras tanto, en México, ampliar el acceso al financiamiento en las zonas rurales ayuda a prosperar a los agricultores y las empresas rurales.

Sin acceso financiero, estos microempresarios contarían una historia diferente.

 

El Grupo Banco Mundial y la inclusión financiera

La inclusión financiera se ha convertido en un desafío crítico para el desarrollo y es un tema candente entre los responsables de formular políticas, los profesionales del desarrollo y el sector privado. De hecho, la base de la inclusión financiera se puede encontrar en 7 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En 2011, el Grupo Banco Mundial puso en marcha Global Findex, una base de datos que realiza el seguimiento de los esfuerzos de inclusión financiera en todo el mundo. Su tercera edición acaba de aparecer en abril de 2018.

Al mismo tiempo, como parte de sus esfuerzos por mejorar la estabilidad del sector financiero, desarrollar un sector privado próspero y crear empleos, el Grupo Banco Mundial se dio cuenta de que demasiadas personas carecían de acceso a una cuenta financiera que las ayudara a participar en la economía.

Los datos del Findex 2011 mostraron que 2500 millones de adultos no estaban bancarizados y cerca de 200 millones de microempresas a medianas empresas de las economías en desarrollo carecían de acceso a servicios financieros y créditos asequibles.

Es por eso que en 2013, el Grupo Banco Mundial anunció una visión global para el acceso financiero y puso en marcha el Acceso Financiero Universal para 2020 (UFA2020) para permitir que los adultos de todo el mundo obtengan acceso a una cuenta de transacciones. Desde entonces, más de 30 asociados de todo el sector financiero se han unido para ayudar a alcanzar este objetivo.

Se ha avanzado mucho en los últimos años en pos de ampliar el acceso financiero y

El número de personas no bancarizadas continúa disminuyendo, incluso cuando aumenta la población.

 

La inclusión financiera aprovecha todas las partes del Grupo Banco Mundial y continúa siendo parte de las operaciones de préstamos y asesoría de la institución. El Banco Mundial colabora con los Gobiernos y los reguladores para apoyar una reforma regulatoria responsable, mientras que las inversiones de la Corporación Financiera Internacional (IFC) ayudan a que se expandan y fortalezcan las empresas eficientes más allá de las fronteras, lo que estimula la demanda de servicios financieros. Esto es particularmente cierto en la labor del Grupo Banco Mundial para cerrar la brecha de género en la inclusión financiera, que es un tema de la AIF18.

El Grupo Banco Mundial está en camino de lograr su compromiso de llegar a 1000 millones de nuevos titulares de cuentas a través de sus servicios de préstamos, asesoría y analíticos.

 

Impulsores de acceso e inclusión

Los rápidos cambios e innovaciones en la tecnología, especialmente la expansión de los teléfonos celulares, han impulsado el acceso y la inclusión. , una asociación mundial de operadores de redes móviles. Los teléfonos móviles y otros puntos de acceso han llevado los servicios financieros a las personas en lugar de demandar que las personas viajen largas distancias hasta los bancos reales de ladrillo y cemento.

Las empresas tecnológico-financieras (o fintech) están revolucionando rápidamente el panorama del sector financiero, haciendo que sea más fácil que antes ampliar el acceso. Por ejemplo, las súper plataformas como Ali Baba/Ant Financial, están expandiendo rápidamente el acceso a través de los mercados de Internet o las redes sociales.

Esta innovación y “movilidad” de los servicios financieros ha sido clave.

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Infografía: La vía hacia la inclusión financiera. Haga clic aquí para ver la infografía completa.

“Tener” frente a “usar” cuentas financieras

Los objetivos mundiales de la inclusión financiera también han evolucionado. Tener acceso a una cuenta financiera es un gran comienzo, pero no es suficiente. Tener una cuenta financiera y usarla son dos cosas diferentes, según muestran los datos de Findex.

Algunos mercados emergentes como China, India, Kenya y Tailandia tienen hoy en día un acceso financiero del 80 % o más. A medida que los países avanzan en el acceso a las cuentas, deben centrarse en mejorar el uso.

China es un excelente ejemplo de cómo se puede pasar del acceso al uso de las cuentas: en la actualidad, más del 80 % de los adultos de China tiene una cuenta. El 85 % de los adultos que compra algo en línea también paga en línea (en lugar de pagar en efectivo contra entrega).

Para aumentar el uso de las cuentas, los países pueden digitalizar los pagos en efectivo: transferencias gubernamentales y salarios. Alternativamente, pueden comenzar invirtiendo en infraestructura fundamental, como identificaciones digitales e historiales crediticios en línea: si las personas pueden demostrar quiénes son y pueden proporcionar un historial crediticio, es mucho más probable que las instituciones financieras les permitan abrir una cuenta.

Cerrar las brechas restantes

A medida que los países se van centrando en el uso de las cuentas, también deben enfocarse en extender el acceso a los servicios financieros a segmentos de población que son más difíciles de alcanzar, como las mujeres, los pobres y aquellos que viven en zonas rurales. Según los últimos datos  Findex, casi la mitad de las personas no bancarizadas son mujeres, viven en hogares pobres o están fuera de la fuerza laboral.

Los servicios financieros deben adaptarse a las necesidades de los usuarios nuevos, que pueden necesitar productos personalizados y servicios complementarios de alfabetización financiera que expliquen cómo usar los productos financieros.

La competencia financiera −saber y entender cómo usar los servicios financieros− es lo que le dio a Mohirahon la confianza para abrir su propia tienda. Del mismo modo ocurrió con Farzona, una refugiada afgana que vive en Tayikistán. Participar en la capacitación en alfabetización financiera le enseñó a registrar todas sus compras. “Eso me ayudó a limitar el gasto innecesario. Ahora soy inteligente con mi dinero. Esta técnica me permitió aumentar los ahorros, aumentando mi presupuesto familiar”, dice.

A medida que estos nuevos consumidores ingresan al sector financiero formal, la capacitación en capacidad financiera los ayuda a tomar decisiones informadas. Sin embargo, también deben estar protegidos de las prácticas comerciales dañinas, por lo que es importante que los países establezcan marcos sólidos de protección del consumidor financiero.

Además, centrarse en las mujeres es clave para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. . Los países que tenían una brecha de género en 2011 cuando Findex comenzó, continúan teniéndola hoy en día, y es particularmente amplia en Asia meridional.

 

"Cuando el gobierno deposita los pagos de asistencia social u otros subsidios directamente en las cuentas bancarias digitales de las mujeres, el impacto es sorprendente. Las mujeres adquieren poder de decisión en sus hogares y, con más herramientas financieras a su disposición, invierten en la prosperidad de sus familias y ayudan a impulsar un crecimiento económico amplio."
Melinda Gates
Copresidenta de la Fundación Bill y Melinda Gates.

 

 

Los servicios financieros son cada vez más importantes en situaciones de fragilidad y conflicto. Poder proporcionar servicios financieros de calidad antes, durante y después de periodos de crisis humanitarias puede mejorar la resiliencia de las personas y ayudar a mantener los medios de subsistencia. Por ejemplo, las transferencias de efectivo de emergencia, en particular a través de mecanismos digitales, pueden ayudar a abordar la vulnerabilidad inmediata y mitigar el impacto de las crisis.

Por qué es importante

La inclusión financiera se traduce en muchos otros beneficios potenciales de desarrollo, especialmente a partir del uso de servicios financieros digitales, incluidos los servicios de dinero móvil, las tarjetas de pago y otras aplicaciones de tecnología financiera (o fintech).

Como titulares de cuentas, es más probable que las personas usen otros servicios financieros, como crédito y seguros, para iniciar y ampliar negocios, invertir en educación o salud, administrar riesgos y superar crisis financieras, lo que puede mejorar la calidad general de sus vidas.