Una funcionaria de salud del Centro Magomeni en Dar es Salam, Tanzanía, examina a un paciente. © Arne Hoel/Banco Mundial.
Una funcionaria de salud del Centro Magomeni en Dar es Salam, Tanzanía, examina a un paciente. © Arne Hoel/Banco Mundial.
Hace ocho años, Cecilia Rodríguez tuvo una gran revelación cuando le diagnosticaron artritis reumatoide, (i) una enfermedad autoinmune que causa inflamación y dolor en las articulaciones. Se dio cuenta de que lo que estaba promoviendo como directora de un centro de atención primaria de salud en Chile era muy diferente de lo que realmente necesitaba como paciente.
En respuesta, creó la fundación sin fines de lucro Me Muevo, junto con su hermana, quien también padece artritis reumatoide, para ayudar a las personas afectadas por esta enfermedad crónica. Además, se convirtió en defensora del paciente: Me Muevo forma parte de un movimiento cada vez mayor de organizaciones dirigidas por pacientes en Chile. “Los sistemas de atención de salud tienden a orientarse hacia el tratamiento de enfermedades agudas y rara vez se organizan para ayudar a los pacientes con enfermedades crónicas”, dijo Cecilia. “Llamamos a la ONG Me Muevo porque aprendimos que con esta condición tienes que mantener tu cuerpo en movimiento, pero también porque ‘me muevo’ significa ‘actúo’”.
Cecilia forma parte de un creciente movimiento mundial que procura garantizar que la cobertura sanitaria universal (CSU) se haga realidad. La CSU se basa en la simple idea de que
El Día de la CSU, que se celebra el 12 de diciembre de cada año, es un momento para poner de relieve los avances hacia la CSU en el mundo. Gracias al fuerte liderazgo nacional y reformas ambiciosas, la mayoría de los países han aumentado el acceso a los servicios de salud y las medidas para garantizar su asequibilidad. Sin embargo, a pesar de esto, , según una investigación reciente (i) del Grupo Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lograr la CSU para 2030 es un compromiso mundial incluido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También es clave para cumplir con el doble objetivo del Grupo Banco Mundial de poner fin a la pobreza extrema y aumentar la prosperidad compartida; esto no se podrá conseguir mientras millones de personas se vean empobrecidas cada año debido a los gastos médicos. , como lo indican los datos de 2018 para 183 países presentados en los Indicadores de protección financiera y equidad sanitaria (HEFPI) (i) del Grupo Banco Mundial.
El costo de la atención de salud es una carga financiera importante para las familias. , viéndose obligadas a menudo a elegir entre su salud y otras necesidades familiares, como alimentos, matrícula escolar o transporte. Si estos 800 millones de personas vivieran en un país, representarían la tercera población más grande del mundo. Esta carga financiera se observa en todas las regiones del mundo.
Una cifra tan grande puede ocultar el sufrimiento diario que enfrentan las personas y las familias cuando no pueden obtener la atención de salud que necesitan: el bebé que no está inmunizado y muere de neumonía; el niño con retraso del crecimiento cuyo desempeño escolar y aprendizaje se ven afectados permanentemente; la adolescente embarazada que no puede acceder a servicios de planificación familiar y se ve forzada a abandonar la escuela, y la madre que sufre una hemorragia posparto que no tiene acceso a transfusiones de sangre.
Esta El capital humano son los conocimientos, las habilidades y la salud que las personas acumulan a lo largo de su vida y que les permiten desplegar su potencial como miembros productivos de la sociedad. Sin una buena salud, los niños no pueden ir a la escuela y aprender, y los adultos no pueden trabajar y contribuir a sus hogares y economías. Una población sana, educada y con capacidad de adaptación es absolutamente imprescindible para que los países compitan de manera eficaz en la economía mundial.
“La única manera de brindar atención de salud a todas las personas en todo el mundo es si cambiamos fundamentalmente el sistema para que los Gobiernos y las personas demanden más inversiones en salud”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial.
Cuando las inversiones en salud comienzan en la primera infancia y se mantienen a lo largo de la vida —para los bebés, niños, adolescentes, adultos y adultos mayores—, constituyen una base sólida para el crecimiento y la competitividad de los países.
Infografía: Seguimiento de la cobertura universal de salud: Informe de seguimiento mundial 2017 (i)
El camino hacia la CSU es diferente para cada país, y el Grupo Banco Mundial apoya a los países brindándoles financiamiento, asesoramiento sobre políticas y asistencia técnica; generando investigación y conocimientos, y convocando a diversas partes interesadas en torno a objetivos comunes. La CSU es el motor que impulsa las inversiones del Grupo Banco Mundial en materia de salud, nutrición y población, que en el ejercicio de 2018 sumaron alrededor de USD 14 000 millones.
A través de su nuevo Proyecto de Capital Humano, un esfuerzo para acelerar más y mejores inversiones en las personas, el Grupo Banco Mundial se ha comprometido a ampliar sus inversiones en sectores como la salud. El Índice de Capital Humano (i) del proyecto mide y clasifica a los países según la cantidad de capital humano que un niño nacido hoy puede esperar haber logrado a los 18 años gracias a las inversiones en salud y educación, y muestra cuántos ingresos desaprovechan los países debido a las brechas de capital humano. Los Gobiernos de los países son los mayores impulsores del cambio y la inversión en capital humano, incluida la salud.
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Para hacer realidad la cobertura sanitaria universal en 2030 se necesita empoderar a las personas, las comunidades y la sociedad civil de modo que puedan participar de manera plena y activa en el movimiento en favor de la CSU y lograr que los Gobiernos sean responsables de asegurar una atención médica de alta calidad, asequible y accesible. Las personas deben conocer sus derechos en el ámbito de la salud, participar en el diseño de una atención médica que responda a sus necesidades, e involucrarse en el monitoreo de la atención sanitaria para que puedan abogar por un cambio cuando no se entrega lo que se promete. Para garantizar esto, el Grupo Banco Mundial y la OMS convocan de manera conjunta al UHC2030, (i) un movimiento mundial de instituciones, Gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para crear sistemas de salud más sólidos para la cobertura sanitaria universal.
Infografía: Seguimiento de la cobertura universal de salud: Informe de seguimiento mundial 2017 (i)
Será necesario un liderazgo eficaz, políticas e inversiones acertadas y un compromiso general para “poner en primer lugar la recta final” y llegar a los más vulnerables. No hay tiempo que perder.