Pago de transferencia en efectivo en Sierra Leona. Foto: © Dominic Chavez/Banco Mundial.
Pago de transferencia en efectivo en Sierra Leona. Foto: © Dominic Chavez/Banco Mundial.
Juan y su familia huyeron de su hogar en 1995 durante el período de insurgencia en Perú. Al igual que muchos otros peruanos, tuvieron que dejar atrás todas sus pertenencias, incluidas sus cédulas de identidad y otros documentos. Al no tener un carné de identidad, Juan (i) —junto con 3 millones de otros peruanos cuyos récords del registro civil se perdieron o destruyeron en esa época— no pudo matricularse en la escuela ni tener acceso a servicios sociales básicos.
Mariam, (i) una comerciante transfronteriza de Uganda, tenía dificultades para subsistir debido a los problemas que enfrentaba al cruzar la frontera para comprar y vender mercancías en Kenya. Dado que no contaba con la identificación necesaria, no podía pasar por los cruces fronterizos regulares y se veía obligada a viajar largas distancias a través de zonas peligrosas donde podía ser víctima de robos y explotación.
En Rajastán, India, la subsistencia de Shanti (i) depende de los ingresos que recibe de MNREGA (un programa que garantiza el empleo en las zonas rurales) y de una pensión para ella y su esposo con discapacidad. Hace unos años, un cartero entregaba este efectivo al primer miembro de la familia que encontrara. En algunas ocasiones, Shanti no recibía la cantidad completa porque un familiar cobraba su dinero antes que ella. Incluso cuando la recibía, ella no tenía una manera segura de guardar el dinero porque no era titular de una cuenta bancaria. Para abrir una cuenta en un banco necesitaba presentar un documento de identidad emitido por el Gobierno, algo que Shanti y muchas mujeres como ella no tenían.
¿Quién es usted? ¿Qué edad tiene? ¿Dónde vive? La identidad se puede interpretar de muchas maneras. Sin embargo, Los tipos de documentos de identidad que se requieren para transacciones básicas varían de un país a otro, pero en general los certificados de nacimiento, las cédulas nacionales y documentos similares, tales como pasaportes y licencias de conducir, tienden a ser las identificaciones o credenciales más comunes que se usan para fines oficiales.
Sin embargo, se estima que 1000 millones de personas en todo el mundo (i) carecen de credenciales de identificación básicas —entre ellos hasta 1 de cada 4 niños y jóvenes cuyos nacimientos no han sido registrados— (i) y muchos otros tienen documentos de identidad poco fiables porque son de baja calidad o no se pueden verificar de manera fidedigna. Según estimaciones del McKinsey Global Institute, (i)
La mayoría de "los 1000 millones invisibles" vive en África al sur del Sahara y Asia meridional. Pertenecen por lo general a poblaciones extremadamente pobres y altamente vulnerables. De acuerdo con la encuesta ID4D-Findex, (PDF, en inglés) Además, los refugiados, los apátridas, las personas con discapacidad y los habitantes de zonas rurales y remotas suelen enfrentar los mayores obstáculos para obtener documentos de identidad oficiales.
La invisibilidad tiene consecuencias importantes para una serie de resultados de desarrollo que dependen de la prestación de servicios a las personas o de que estas puedan acceder a tales servicios. Al no tener una manera fiable y segura de probar su identidad, personas como Juan, Mariam y Shanti Devi no podrán acceder a servicios sociales y de atención médica esenciales, matricularse en la escuela, abrir una cuenta bancaria, obtener un teléfono móvil, conseguir un empleo, votar en una elección, o registrar un negocio en el sector formal, junto con otros servicios básicos, derechos y oportunidades que les permitirían mejorar sus vidas.
“” dijo Makhtar Diop, vicepresidente de Infraestructura del Banco Mundial.
Dada la función crítica de la identificación en el desarrollo, los Estados miembros de las Naciones Unidas (ONU) adoptaron la meta 16.9 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): (i) «proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos» de aquí a 2030. La identificación es también una herramienta clave para muchas otras metas de los ODS, tales como la inclusión financiera y económica, la protección social, la atención médica y la educación, la igualdad de género, la protección infantil, la agricultura, el buen gobierno y la migración segura y organizada.
Pueden ayudar al sector público a reducir el fraude y las filtraciones (i) en las transferencias que el Gobierno entrega a las personas, facilitar nuevas maneras de prestar los servicios y aumentar la eficiencia administrativa en general. Los sistemas de identificación digital pueden ayudar a las empresas a disminuir los costos operativos relacionados con el cumplimiento de las regulaciones (p. ej., verificación de la identidad del cliente de manera electrónica, o e-KYC), ampliar las bases de clientes, generar nuevos mercados y promover un entorno propicio para la actividad empresarial. (i)
A medida que las sociedades y las economías se tornan más complejas, interconectadas y dinámicas —y aumenta la formalización, la escala y la digitalización de los programas públicos— también aumenta la necesidad de poder probar y verificar la identidad de las personas de una manera fiable y rigurosa. Los países y las comunidades han avanzado rápidamente, con el apoyo de las tecnologías digitales, de enfoques de identificación informal y localizada basada en las conexiones personales a sistemas de identificación que abarcan todo un país (p. ej., documentos de identidad nacionales). Con el aumento del acceso a internet y una mayor presencia en línea de las personas, los servicios y las transacciones, ha surgido una nueva generación de sistemas, proveedores y tecnologías de identificación. Esto ha permitido transacciones presenciales y a distancia más convenientes y seguras, allanando el camino para acceder a oportunidades en la economía digital.
Fuente original: Gelb A., y Diofasi, A. 2018. «Identification Revolution: Can Digital ID be Harnessed for Development?» Ciudad de Washington: Brookings.
El Grupo Banco Mundial y sus asociados se han comprometido a ayudar a los países a establecer sistemas de registro civil y de identificación fiables e inclusivos. En 2014, el Grupo Banco Mundial puso en marcha la iniciativa Identificación para el Desarrollo (ID4D) (i) para aprovechar los conocimientos de los diferentes sectores y dar forma a una respuesta coherente a este desafío fundamental. , y trabaja estrechamente con asociados como la Fundación Bill y Melinda Gates, el Gobierno de Australia, Omidyar Network, el Gobierno del Reino Unido, otros asociados en la tarea del desarrollo y el sector privado.
En Marruecos, ID4D apoya un proyecto del Banco Mundial que financia el diseño y la implementación de un nuevo Registro Nacional de Población e Identificación digital. El nuevo sistema de identificación digital servirá como base de los esfuerzos para reformar el sistema de redes de protección social del país y promover las transacciones a distancia, electrónicas y sin efectivo. En el marco de su participación, el Banco ayuda a facilitar los intercambios de conocimientos entre Marruecos e India para difundir el sistema de identificación digital de este último país (Aadhaar) y un sistema más amplio denominado India Stack. Esta cooperación incluye la adaptación de estas experiencias al contexto de Marruecos. Este último país está también siendo pionero en el uso de un software de código abierto para el Registro Nacional de Población, adoptando la Modular Open Source Identification Platform (MOSIP) (i) como su principal solución tecnológica.
Mientras los países invierten recursos importantes para cerrar la brecha en materia de identificación y cumplir los requisitos en esta área en la era digital, tienen una oportunidad sin igual de establecer la siguiente generación de sistemas de identificación en que las personas y la privacidad sean centrales, esto es sistemas de identificación “fiable”. Esto incluye sistemas de identificación que no son excluyentes, protegen la información personal, dan a las personas un mayor control sobre sus datos y responden a las necesidades de la población y de diferentes instituciones de los sectores público y privado. Al asegurar la fiabilidad y la integridad de los datos a lo largo del tiempo y adoptar estándares abiertos y la interoperabilidad, la nueva generación de sistemas de identificación pueden también mejorar la utilidad, sostenibilidad y adaptabilidad de los sistemas a un panorama tecnológico en constante cambio.
El establecimiento de sistemas de identificación fiable requiere un diseño con un propósito y opciones de implementación, como se indica en los 10 Principios sobre la Identificación para el Desarrollo Sostenible (pdf). Estos principios se formularon a través de un proceso de consultas coordinado por el Grupo Banco Mundial y el Centro para el Desarrollo Mundial en 2017. Han sido suscriptos hasta ahora por 25 organizaciones, entre ellas la ONU y organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, asociados en la tarea del desarrollo y asociaciones del sector privado. Al promover la aplicación de estos principios, el Grupo Banco Mundial —así como sus países clientes y sus asociados para el desarrollo— puede ayudar a asegurar que los sistemas de identificación se centren en las personas y se ajusten a los objetivos de la era digital.
, beneficiando a los individuos. Por ejemplo, las bases de datos de registros digitalizadas —en comparación con los libros de contabilidad guardados en una oficina local— facilitan la verificación a distancia de los documentos de una persona (incluida la verificación automática), haciendo más eficiente la prestación de servicios y permitiendo a los organismos de identificación reemplazar las credenciales y los archivos perdidos, robados o destruidos.
Los mecanismos de autenticación digital posibilitan las transacciones automáticas que son más seguras y fiables que las realizadas mediante sistemas de autenticación manual (a saber, comparar visualmente a una persona con la foto de su documento de identidad) y pueden reducir la cantidad de información personal que se revela en una transacción (p. ej., credenciales basadas en atributos). (i) El uso del reconocimiento biométrico automático (p. ej., usando las huellas digitales o escaneando el iris) puede ayudar a asegurar que las identidades sean únicas (esto es, que las personas no pueden inscribirse varias veces) y proporcionan un método de autenticación libre de contraseñas y conveniente.
Sin embargo, si bien la tecnología digital puede aumentar la privacidad y la seguridad de cierta manera, puede también aumentar muchos de los riesgos asociados con la recopilación y la gestión de datos personales. Además de las posibles violaciones a la privacidad, la digitalización de los registros de identificación puede crear asimismo nuevas barreras en materia de acceso e inclusión. Ciertas poblaciones —p. ej., los trabajadores manuales con huellas digitales desgastadas, los ancianos o las personas con discapacidad— podrían tener dificultades para inscribirse o usar sistemas de identificación que dependen de algunos datos biométricos, lo que puede ocasionar exclusión si no existen otras opciones. La utilización de la biometría genera también un conjunto específico de riesgos relacionados con la protección de los datos, que se debe estudiar cuidadosamente y mitigar de manera integral en cada aplicación de esta tecnología. De modo similar, los sistemas de identificación dependientes de tecnologías que no están disponibles de manera universal o consistente entre la población (p. ej., conexión a internet, correo electrónico, teléfonos móviles) pueden empeorar la brecha digital.
Por lo tanto, Esto exige marcos jurídicos y regulatorios (i) integrales para posibilitar los sistemas de identificación y proporcionar salvaguardias. También exige un enfoque de privacidad y seguridad mediante el diseño (i) que integre los controles técnicos, administrativos y de gestión en el diseño del sistema, desde el inicio. Por otra parte, la consulta y la comunicación tempranas y permanentes con el público y la sociedad civil pueden ayudar a asegurar que los sistemas de identificación se diseñen tomando en consideración a las personas y se implementen de una manera responsable e inclusiva.
Para equilibrar las oportunidades y abordar los riesgos asociados, la iniciativa ID4D ayuda a los países, los asociados para el desarrollo y los expertos en desarrollo a optar por alternativas de diseño y tecnologías fundamentadas y adecuadas en función del contexto. Sobre la base de los principios mencionados anteriormente, la Guía para profesionales de la ID4D, publicada recientemente, presenta a los lectores decisiones fundamentales y opciones técnicas de mejores prácticas para encarar desafíos comunes. La guía incluye estrategias de registro para facilitar la cobertura universal, procesos y tecnologías para aumentar la privacidad y seguridad, y orientación acerca de estándares y adquisiciones para mejorar la interoperabilidad y evitar el monopolio de proveedores y tecnologías.
Es sabido que
Después del término del conflicto civil, Perú se comprometió a declarar la identificación como una prioridad nacional. Asegurar la identidad única de los ciudadanos y residentes fue un símbolo importante de reintegración y reconciliación, especialmente para aquellos sin documentos de identidad. Como resultado de este compromiso, en Perú existe hoy una cobertura de identificación prácticamente universal. Con su nuevo carné de identidad, Juan pudo matricularse en la escuela, recibir asistencia de programas sociales que lo ayudaron a sobresalir en sus estudios y recibir una beca para ingresar a la universidad.
Con su documento de identidad, Mariam pudo cruzar la frontera de Kenya de forma segura. Esto le ayudó a expandir su negocio en Uganda (i) y abrir una cuenta bancaria para proteger y manejar sus finanzas con seguridad. También pudo reducir los costos de las transacciones comerciales, como los pagos por sobornos y multas, y ha podido enviar sus mercaderías a Rwanda y Tanzanía.
En India, (i) la vida de Shanti Devi cambió cuando recibió una nueva identificación digital a través del sistema Aadhaar de identificación biométrica. Sus beneficios en efectivo son transferidos directamente a su cuenta bancaria, la que pudo abrir con su número del sistema Aadhaar y su huella digital. Ahora puede hacer pagos digitales a cualquier persona o negocio y también recibir pagos digitales, incluso sin tener que usar un teléfono inteligente. Con su documento de identidad está facultada plenamente para ejercer sus derechos y acceder a servicios y oportunidades económicas.
Dado el creciente número de países en proceso de implementar nuevos sistemas de identificación digital o modernizar los ya existentes, es crucial que se incorporen las mejores prácticas para maximizar el impacto y minimizar los riesgos, particularmente para las personas más pobres y marginadas como Juan, Mariam y Shanti Devi.
Los países deben entender bien los aspectos fundamentales. Tienen que crear capacidad, instituciones, leyes y regulaciones, y luego elegir tecnologías adecuadas e inclusivas. Un sistema de identificación digital nacional, que sea fiable, requerirá inversiones a largo plazo para ampliar la accesibilidad de los sistemas de registro civil y de identificación. Esto conlleva eliminar obstáculos jurídicos y administrativos, reducir la distancia entre las personas y el punto de registro más cercano, minimizar los cargos relacionados con el registro y la emisión de documentos de identidad, y crear incentivos especiales para promover el registro, en particular para las poblaciones vulnerables y marginadas.
Mejorar la calidad de los sistemas de identificación será igualmente crítico. Los nuevos sistemas deben responder a las necesidades actuales de los individuos y de las sociedades y, al mismo tiempo, deben poder adaptarse y ampliarse según las necesidades del futuro. Aún más importante es que las personas sigan siendo el aspecto central del diseño de cualquier sistema de identificación digital para que puedan controlar su información y proteger sus datos. Para hacerlo, los países y la comunidad internacional deben fomentar el diálogo y la relación entre los Gobiernos, la sociedad civil, los asociados en la tarea del desarrollo y el sector privado para defender a nivel mundial una ‘identificación fiable’, e intercambiar información y aprovechar los conocimientos y la experiencia.
Con un esfuerzo concertado, se puede subsanar la brecha en materia de identificación que existe en el mundo y asegurar que los sistemas de identificación digital empoderen a las personas, abran nuevas oportunidades para todos y se conviertan en plataformas transformadoras en pro del desarrollo sostenible e inclusivo.