Permitir a las personas alcanzar su potencial
Poner a las personas en el centro del desarrollo y proteger las vidas y los medios de subsistencia es un objetivo fundamental de la misión del Grupo Banco Mundial.
Las personas están mejor equipadas para salir de la pobreza y llevar una vida productiva cuando tienen acceso a educación de calidad y capacitación, servicios de salud y protección social, y cuando las mujeres y las niñas se benefician de mejores oportunidades. También son más resilientes cuando las cosas van mal y están mejor preparadas para enfrentar una pandemia o una crisis climática.
Hasta el momento en que la pandemia de COVID-19 provocó caos en todo el mundo, el desarrollo humano había registrado un progreso constante, según el Índice de Capital Humano que mostró que varios países de ingreso bajo habían logrado los mayores avances. Pero el impacto de la pandemia ha sido devastador para muchas personas, especialmente los pobres y los más vulnerables.
Con el fin de responder a ello, Este financiamiento incluye asistencia para gestionar la respuesta a emergencias de salud, fortalecer los sistemas sanitarios, proteger y recuperar el aprendizaje, proteger a las personas pobres y vulnerables, apoyar a las empresas, crear empleos, y poner en marcha rápidamente una recuperación verde, resiliente e inclusiva.
Los países están tomando medidas para obtener mejores resultados para las personas en estas áreas, con el apoyo del Banco Mundial.
Invertir en la salud de las personas fortaleciendo los sistemas sanitarios
La crisis de la COVID-19 ha ejercido una mayor presión sobre los sistemas de salud ya sobrecargados. En algunos lugares, la interrupción de los servicios esenciales de salud materna y de los programas de vacunación infantil de rutina ha llevado a un aumento de los niveles de la mortalidad materna e infantil, como resultado de las muertes no causadas por la COVID-19. Intervenciones en la primera infancia, como el proyecto financiado por el Banco para abordar el retraso del crecimiento en Rwanda (i), son fundamentales para garantizar que los bebés reciban la nutrición que necesitan y evitar así daños duraderos en su desarrollo físico y capacidad de aprendizaje. “(Los trabajadores de la salud de la comunidad) nos ayudan a realizar un seguimiento del crecimiento de nuestros hijos, llamándonos periódicamente y alentándonos a pesar a nuestros hijos. Nos han enseñado qué es una dieta equilibrada y cómo prepararla”, dijo una madre de Rwanda que se beneficia de los servicios de desarrollo de la primera infancia. Mantener la continuidad de tales servicios durante una emergencia es crucial para prevenir el impacto de la desnutrición en los niños pequeños a lo largo de toda su vida.