A pesar de que la primera generación del mercado del carbono trastabilla, ahora es más importante que nunca tener un precio sólido el carbono si queremos evitar el peligroso cambio climático.
Aunque se cumplan plenamente, los actuales compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero colocan al mundo en una trayectoria de aumento de más de 2 grados de temperatura. Ahora sabemos que el objetivo adoptado por la comunidad internacional para mantener el incremento de la temperatura media del planeta en 2°C conlleva graves riesgos. Un calentamiento desastroso del planeta no representa solo un problema ambiental, sino que es una amenaza fundamental para cualquier intento de acabar con la pobreza y amenaza la prosperidad de millones de personas.
Para entender mejor el impacto del cambio climático en el desarrollo, el Banco Mundial encargó el informe científico Turn Down the Heat: Why a 4°C Warmer World Must Be Avoided (Bajemos la temperatura: Por qué se debe evitar un planeta 4°C más cálido). El documento concluyó que se producirá un aumento de 4°C en la temperatura media de la Tierra a fines de este siglo, con consecuencias devastadoras si no se toman medidas concertadas ahora.
En el Grupo del Banco Mundial, estamos intensificando nuestro trabajo de mitigación, adaptación y gestión del riesgo de desastres, y aumentando de manera inmediata nuestra colaboración con otros para:
i) Crear ciudades con un bajo nivel de emisiones de carbono y con capacidad de adaptación al cambio climático mediante la movilización de financiamiento directo y conocimientos, y la ayuda a las urbes de rápido crecimiento para que eviten la infraestructura contaminante;
ii) avanzar en la agricultura climáticamente inteligente a través de la creación de una alianza de acción para el logro de una ganancia triple: aumento de rendimientos e ingresos, mayor resistencia de los cultivos al cambio climático, y ayuda para el secuestro del carbono del suelo, y
iii) trabajar con otros para acelerar la eficiencia energética, la inversión en energías renovables y el acceso universal a modernas formas de energía.
Pero reconocemos que nuestro trabajo no es suficiente. Se necesita una respuesta mundial que impulse actividades de mitigación en los principales países emisores, obtenga incentivos y precios justos, y logre que el financiamiento fluya para estimular el crecimiento con bajas emisiones de carbono. Se requiere una respuesta de la misma magnitud que el problema del cambio climático, una respuesta que nos sitúe en un nuevo camino para acabar con la pobreza y generar prosperidad compartida.
Según nuestro punto de vista, esa respuesta mundial deberá incluir el respaldo a la eliminación de los subsidios a los dañinos combustibles fósiles y la fijación de un precio del carbono sólido y predecible. Nos comprometemos a seguir trabajando con otros para llevar a cabo ambas ideas.
Fijación del precio del carbono
Seamos claros: como primer paso hacia la acción en materia de cambio climático, necesitamos un compromiso político de alto nivel y objetivos nacionales ambiciosos de reducción de las emisiones.
Una clara señal en materia de precios en las principales economías es esencial para establecer incentivos adecuados y dirigir los flujos financieros hacia inversiones en bajas emisiones en lugar de un crecimiento con altas emisiones de carbono.
Se puede lograr un precio del carbono a través de mercados o impuestos, y diferentes instrumentos serán apropiados en distintos países para diversos sectores de la economía. Sin embargo, los mecanismos basados en el mercado tienden a generar reducciones de emisiones a gran escala de manera más eficiente y rápida, y con el problema del clima, el paso del tiempo no nos beneficia.
Un mercado mundial más grande y de mayor liquidez también respaldará el nivel de ambición necesario para disminuir las emisiones ya que reducirá los costos de mitigación, catalizará la innovación y movilizará la inversión en tecnologías de bajas emisiones de carbono en el mundo.