A pesar de su impresionante crecimiento económico y su estatus como país de ingreso alto, Panamá sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo. No obstante, el país ha dado pasos importantes hacia la reducción de la pobreza y el cierre de brechas sociales, lo que lo posiciona favorablemente para continuar avanzando hacia la construcción de una sociedad más equitativa.
¿Qué acciones puede tomar Panamá para fomentar una sociedad más equitativa?
En octubre conmemoramos el Día Internacional de Erradicación de la Pobreza, un momento oportuno para reflexionar sobre cómo los países, especialmente en una región como Centroamérica, donde el 37% vive con ingresos por debajo de la línea de pobreza de $6.85 al día (PPA 2017), pueden trabajar para construir sociedades más inclusivas.
El próximo informe del Banco Mundial, titulado "Panamá: Del Crecimiento a la Prosperidad", elaborado en colaboración con el gobierno, incluyendo el Ministerio de Economía y Finanzas y el Instituto Nacional de Estadística y Censo, destaca tanto los logros como los retos que enfrenta el país en este camino.
Logros y avances
Es innegable que Panamá ha experimentado un crecimiento económico muy superior al promedio regional, lo que ha resultado en una significativa reducción de la pobreza. En 1989, la mitad de la población vivía en pobreza. Hoy esa cifra se ha reducido a uno de cada diez. Este avance es notable; sin embargo, el crecimiento no ha significado prosperidad para todos.
Desigualdad: El Talón de Aquiles de Panamá
A pesar de estos avances, la desigualdad sigue siendo el talón de Aquiles del país. En las comarcas, el 76% de la población aún vive en pobreza, según los datos de 2023. El informe del Banco Mundial identifica que la disparidad en la capacidad de generar ingresos, la limitada capacidad del sistema fiscal para redistribuir riqueza y la exposición a desastres naturales asociados al cambio climático, son factores clave que perpetúan la inequidad y afectan a los hogares más pobres.
Recomendaciones para avanzar hacia una sociedad más equitativa
Para enfrentar estos desafíos, el informe propone una estrategia basada en tres pilares:
Cierre de brechas territoriales y étnicas: Existe una enorme brecha urbano-rural. Cerca de la mitad de los hogares en las comarcas carecen de acceso a servicios esenciales como electricidad, agua potable y saneamiento, y el logro educativo sigue siendo muy bajo en comparación con las áreas urbanas. Es esencial priorizar la inversión pública en las zonas más rezagadas, mejorar el acceso a servicios básicos y promover oportunidades económicas en áreas rurales. Además, es necesario fortalecer los programas de asistencia social. Aunque las acciones recientes país en el desarrollo en infraestructura y programas sociales han sentado una base sólida, se requiere un enfoque más robusto y dirigido.
Promover el capital humano y la creación de empleos productivos: El capital humano en Panamá es uno de los más bajos en comparación con países de ingresos similares. Solo el 16% de los estudiantes de nivel medio alcanzan competencias mínimas en matemáticas. Mejorar la educación y la formación laboral, así como eliminar las barreras al acceso a la educación de los grupos más vulnerables, es crucial para aumentar la productividad y mejorar la calidad del empleo. El gobierno ha avanzado en expandir la cobertura educativa y fortalecer programas de capacitación técnica, pero aún quedan retos por delante.
Fortalecer la resiliencia de los hogares ante amenazas naturales: Panamá está altamente expuesto a desastres naturales como inundaciones y sequías, siendo las inundaciones el riesgo natural más recurrente. Según el informe, las más severas pueden afectar hasta un 18% de la población. Aunque Panamá ha mejorado su capacidad de respuesta a desastres, las comunidades más pobres siguen siendo las más afectadas. Es fundamental desarrollar políticas de protección social más robustas y adaptativas, así como identificar los hogares más expuestos a desastres. A mediano plazo, será necesaria una inversión en infraestructura crítica y resiliente.
Llamado a la Acción
Panamá ha demostrado que el crecimiento económico sostenido puede generar cambios positivos en la sociedad. Sin embargo, al abordar las disparidades en la generación de ingresos, mejorar el capital humano y fortalecer la resiliencia ante desastres naturales, Panamá puede pasar del crecimiento a la prosperidad compartida. Este es el camino hacia un Panamá más justo y equitativo, donde el crecimiento beneficie a todos de manera sostenible.
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