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OPINIONESDiciembre 16, 2024

La integración de personas migrantes, refugiadas y retornadas: un motor para fortalecer el bienestar y la economía

Trabajador migrante paseando en Guatemala con su café

Trabajador migrante de camino al trabajo con su café en Guatemala. Fuente: Shutterstock

Publicado por primera vez en la Revista Summa.

¿Sabías que el bienestar generado por las ganancias de la movilidad transfronteriza supera con creces al de la liberalización comercial? Esto se debe a que, al facilitar el movimiento de personas, se fomenta el intercambio de conocimientos, habilidades y culturas, lo que puede mejorar la productividad y la innovación. Hoy, que se celebra el Día Internacional del Migrante, aprovecho hacer unas reflexiones sobre la importancia de integrar a personas migrantes, refugiadas y retornadas para fortalecer cadenas de valor y garantizar un desarrollo sostenible en Centroamérica.

Ejemplos en América Latina lo confirman. En Colombia, la integración de migrantes genera el doble de retorno fiscal, y en Perú, hasta cuatro veces lo invertido. En Costa Rica, los inmigrantes nicaragüenses aportan al menos el 6.5% del PIB; mientras que, en Panamá, la contribución fiscal de los venezolanos podría superar los US$283 millones si se regularizara su estatus. Estos datos reflejan el impacto positivo que la integración de personas migrantes y refugiadas puede tener en las economías locales y regionales.

Centroamérica tiene la oportunidad de replicar y potenciar estos beneficios, pero para ello es esencial invertir en la gente y adoptar políticas inclusivas que -combinen esfuerzos públicos y empresariales.

Empuje necesario del sector privado

El sector privado puede jugar un rol protagónico al apostar por un modelo de desarrollo integral y sostenible. ¿Cómo puede hacerlo? Fortaleciendo el futuro económico de sus propias empresas al ampliar su base de trabajadores, clientes y mercados. Esto ya se ha demostrado en experiencias documentadas por el Banco Mundial, que comparte su aprendizaje a través del curso virtual gratuito “Sector Privado para los Refugiados (PS4R): Comprender el vínculo entre el sector privado y los refugiados”.

Precisamente Gabriela Roca, directora de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos del Grupo AG, ha reconocido que “hay una escasez de capital humano en sectores clave y que el sector privado puede ser catalizador y promotor de diálogo para traer a la mesa soluciones frente a la realidad actual”.

Las sociedades han avanzado al reconocer el impacto positivo de incluir a todas las poblaciones en los modelos de desarrollo y cada vez más sectores están dispuestos a aprender e involucrarse en esta agenda. Un pasado que deja a muchos sin oportunidades va quedando atrás, y hoy entendemos que la inclusión es vital para un crecimiento económico sostenible basado en la prosperidad compartida.

Salomón Kattan, director ejecutivo de Fecarroz, resalta la escasez de mano de obra como un desafío clave para la producción de arroz en Centroamérica, un sector vital para la seguridad alimentaria y la identidad regional. Aunque gran parte del arroz consumido es importado, fortalecer la producción local no solo genera ingresos, sino que también mejora la gobernabilidad democrática, reduce tensiones sociales y combate la emigración irregular e insegura. Además, integrar a personas migrantes, retornadas y desplazadas en los procesos de producción y consumo beneficia tanto a comunidades de origen, tránsito y destino.

Tres ideas para invertir en movilidad humana desde el sector privado

Sea en países de origen, tránsito o destino, desde el Banco Mundial proponemos tres ideas para orientar a los tomadores de decisión, empresas, cámaras de comercio y asociaciones empresariales de forma que puedan responder a los flujos migratorios de manera más inclusiva:

1. Invertir en la regularización de empresas y personas

Aunque existe un consenso global sobre los beneficios de la formalización empresarial, pocas veces se aplica la misma lógica a la regularización de las personas, lo que resulta paradójico puesto que las empresas están constituidas por personas. Incorporar formalmente a trabajadores migrantes, refugiados o retornados permite ampliar la fuerza laboral y eliminar barreras legales; así como mejorar la calidad de esos empleos y su seguridad, fortaleciendo también la seguridad jurídica de las empresas.

Esto nos pone ante el reto de mejorar la coordinación entre el gobierno nacional y local. Mientras las municipalidades gestionan buena parte de la formalización de negocios mediante permisos, licencias y subvenciones, la regularización de personas a menudo depende del ámbito nacional, en el cual predominan las consideraciones políticas. Si ambos procesos no se alinean, se pierden importantes beneficios económicos y sociales que surgen con la llegada de nuevos habitantes, debilitando, tanto las cadenas de valor, como las oportunidades de desarrollo inclusivo.

Empresas y personas formalizadas equivalen a cadenas de valor más sólidas, oportunidades de acceso a financiamiento y una mayor capacidad para acceder a participar más competitivos.

2. Invertir en el crecimiento de MIPYMES con potencial de inclusión

Los gobiernos, nacionales y locales deben facilitar un ecosistema institucional robusto para que las empresas crezcan, generen empleo e inviertan. Esto se puede lograr añadiendo flexibilidad a los requisitos necesarios para abrir un negocio o incluso una cuenta bancaria.

Por ejemplo, muchos bancos locales no reconocen la documentación legal de personas refugiadas, retornadas o migrantes como estatutos de protección o categorías especiales migratorias, lo que limita su capacidad de operar formalmente y acceder a crédito, proveedores o clientes. Otros reportan barreras de carácter social, como es el caso del personal de vigilancia que, quizás por desconocimiento, impide el ingreso de personas sin documentación “tradicional” a sucursales bancarias o edificios públicos, convirtiéndose en una barrera de acceso y en pérdida de potenciales clientes.

3. Invertir en cohesión social considerando la vocación económica particular de las comunidades de acogida.

Por último, la cohesión social es un elemento crítico para el éxito empresarial. Las comunidades integradas son más estables, crean entornos propicios para la inversión y el desarrollo de negocios. En su libro Arrival City, Doug Sanders documenta cómo vecindarios como Washington Heights en Nueva York, Pilsen en Chicago o Columbia Heights en Washington D.C. juegan un papel crucial en la integración y "graduación" de migrantes y refugiados provenientes de Centroamérica y otros países latinoamericanos. Estos vecindarios sirven como un “trampolín” para que los recién llegados se establezcan a un costo relativamente bajo, con redes de apoyo y posibilidades de integración.

La integración de personas migrantes no es solo responsabilidad social: es una estrategia de inversión inteligente. Nuestra labor es contribuir a que más actores conozcan y adopten estas experiencias exitosas. En este Día Internacional del Migrante, ¡lideremos el cambio hacia una Centroamérica más próspera!

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