El compromiso surge del acuerdo de esta semana de hacer de la resiliencia ante los desastres una prioridad mundial apremiante
WASHINGTON, DC, 23 de septiembre de 2011—En una acción sin parangón, siete importantes aliados mundiales asumieron hoy el compromiso de cooperar en la planificación y financiación de estrategias para la reducción de riesgo de desastres y la resiliencia ante los desastres en ‘puntos álgidos’ en todo el planeta. Además del Presidente del Banco Mundial, estos socios mundiales clave de asistencia humanitaria y de desarrollo que hablaron en el evento incluyeron el Ministro de Finanzas de Japón; el Presidente de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional; el Comisario de le Unión Europea para la Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y Respuesta a las Crisis; el Secretario de Estado para Desarrollo Internacional del Reino Unido; la Administradora del Programa de Desarrollo de las ONU; el Administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional; y la Subsecretaria General de la ONU para Asuntos Humanitarios y Coordinación de Asistencia Humanitaria de Emergencia.
Hablando en el margen de las reuniones anuales del Banco Mundial y el FMI, en un evento auspiciado por la Unión Europea, el gobierno de Japón y el Banco Mundial / Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres (GFDRR por sus siglas en inglés), en alianza con el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), los siete aliados identificaron algunas acciones específicas que ayudarían a hacer de la reducción de los riesgos y la resiliencia, una prioridad central del desarrollo. Los socios acordaron lo siguiente:
- Integrar sistemáticamente la resiliencia social, física, ambiental y económica ante eventos extremos y de cambio climático en todas sus estrategias y programas de desarrollo.
- Priorizar ‘puntos álgidos’ para el riesgo climático y de desastres en el mundo, donde el desarrollo de la resiliencia ante los desastres es urgente.
- Coordinar la acción internacional y el financiamiento basado en las prioridades del país para desarrollar resiliencia local y nacional en lugares álgidos de desastre.
- Priorizar las inversiones que ofrecen el mayor retorno por el dinero invertido, sobretodo sistemas de información meteorológicos y climáticos, el fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana y preparación a las emergencias, la vinculación de estos sistemas con disparadores para la pronta acción, la generación de redes de seguridad para la poblaciones vulnerables, el uso de financiación y seguros contra el riesgo de desastres, la promoción del manejo sostenible del suelo, la protección de las infraestructuras críticas y, lo que es de mayor importancia, el fortalecimiento de las instituciones nacionales y locales.
- Apoyar una recuperación rápida y resiliente, coordinando acciones en situaciones post-desastre, para, de esta manera, vincular y canalizar la transición desde la ayuda hasta la reconstrucción y desarrollo. La Necesidad de Urgencia.
Los desastres recientes en Haití, Pakistán, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Japón constituyen evidencias persuasivas de que las contramedidas para hacer frente a los eventos extremos, deben ocupar el núcleo de las políticas y los planes de todo país, sea rico o pobre. Adicionalmente, la crisis en curso, desencadenada por la sequía en el cuerno de África, constituye un crudo recuerdo de que los actores humanitarios y del desarrollo deben cooperar estrechamente en el monitoreo y la pronta respuesta a los desastres de lenta aparición, a fin de evitar las emergencias catastróficas. Munich Re anunció recientemente que en el año 2011 se han registrado las mayores pérdidas a causa de desastres, sólo hasta junio del presente año.
Los países pobres y de ingresos medianos son los que más sufren. Según un informe reciente del Banco Mundial y la ONU, titulado Natural Hazards, UnNatural Disasters: the economics of effective prevention, se calcula que las tormentas, inundaciones, terremotos y sequías fueron responsables de más de 3,3 millones de muertes y US$ 2,3 billones en daños (en dólares US del 2008) entre los años 1970 y 2010. A futuro, el crecimiento de las ciudades y el cambio climático darán forma a los riesgos de desastres. El número de personas expuestas a tormentas y terremotos en las grandes ciudades podría duplicarse a 1,5 mil millones hasta el año 2050. Gran parte de este aumento en la exposición se verá en Asia y el Pacífico. Además, hasta el fin de siglo, incluso sin el cambio climático, se anticipa que se tripliquen a US$ 185 mil millones al año los daños causados por peligros meteorológicos.
Los desastres naturales más frecuentes son las inundaciones. En un documento reciente del Banco Mundial sobre ciudades e inundaciones, se estima que en el año 2010, éstas afectaron a 178 millones de personas. El proceso de urbanización sin precedentes – y con frecuencia sin regulación ni planificación – en el mundo en desarrollo, gran parte del cual ocupa fértiles llanuras de inundación y/o regiones costeras, constituye una de las principales causas de la mayor exposición a las inundaciones. En la China, 100 millones de personas se han trasladado del interior a las áreas costeras en los últimos 20 años. A nivel mundial, hasta el año 2100, 600 millones de personas ocuparán las tierras costeras de las llanuras de inundación debajo de la máxima cota hídrica.
Avanzando el Diálogo
El compromiso de trabajar juntos llega tras un acuerdo alcanzado a inicios de esta semana en Nueva York por parte de donantes y organismos de desarrollo internacionales, en el sentido de establecer una coalición mundial de campeones de alto nivel para aumentar la resiliencia ante los desastres. El evento de hoy es parte de un proceso continuo de diálogo sobre este tema, involucrando a partes interesadas y pertinentes en todo el mundo. Se propuso llevar a cabo una “Mesa Redonda sobre Resiliencia”, como parte de las Reuniones Anuales del Banco Mundial/FMI regulares, para evaluar el progreso realizado sobre las acciones identificadas. A fin de fortalecer los esfuerzos internacionales para la reducción de riesgos de desastres, ya se ha planificado una sesión de alto nivel en la ciudad de Sendai, una de las ciudades principales en el área de Tohoku, Japón afectada por el tsunami, en el margen de las reuniones anuales Banco Mundial/FMI a tener lugar en Tokio en el año 2012.
CITACIONES:
Valerie Amos
Subsecretaria General de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios y Coordinadora de Ayuda a Emergencias
Esta iniciativa podría proteger de daños a millones de personas – pero hacerlo correctamente requiere un nivel de colaboración e innovación sin precedencia. Ahora tenemos que convertir este compromiso en acción.
Jun Azumi
Ministro de Finanzas de Japón
Es mi sincero deseo que todos los aquí reunidos apoyen el momentum para mejorar colectivamente la respuesta a las emergencias y la preparación frente a los desastres; confío en que el Banco Mundial y Naciones Unidas están al centro de estos esfuerzos para desarrollar la resiliencia. Durante las Reuniones Anuales (BM/FMI) del año próximo que se llevarán a cabo en Tokio, Japón y el Banco Mundial auspiciarán un evento de alto nivel en Sendai, la ciudad más grande en el área afectada por el desastre, para reforzar los esfuerzos internacionales para la reducción del riesgo de desastre.
Helen Clark
Administradora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
Desarrollar resiliencia involucra algo más que hacer frente a las consecuencias de desastres; requiere, entre otras cosas, inversiones en la infraestructura, sistemas de alerta, un aumento en la concientización de la comunidad y protección social.
Kristalina Georgieva,
Comisaria Europea para la Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y Respuesta a la Crisis
Esta es una iniciativa vital en momentos donde enfrentamos la crisis humanitaria más grande en al Cuerno de África. Desarrollar la resiliencia podrá empoderizar los países vulnerables a resistir no solamente desastres imprevistos sino también ciclos y patrones de adversidad. La Comisión Europea se ha comprometido a invertir de 8 a 10% de su presupuesto humanitario en reducción de desastres y resiliencia.
Andrew Mitchell
Secretario de Estado para el Desarrollo Internacional, Reino Unido
Si queremos reducir la pérdida de vidas en futuros desastres, tiene sentido enfocarse con antelación en ayudar a aquellos que sabemos que están en riesgo para que estén mejor preparados para a enfrentar por si mismos las amenazas que enfrentan. Gran Bretaña ha tomado un rol de liderazgo al atender la presente hambruna en Somalia, con nuestra ayuda alimentaria hemos llegado a 800.000 personas. Es de vital importancia desarrollar comunidades resilientes que estén mejor preparadas y puedan resistir los impactos de los desastres, si queremos reducir la pérdida de vidas y de sustento en futuros desastres.
Sr. Mahmoud Mohieldin
Director Ejecutivo, Banco Mundial
El Banco Mundial tiene el compromiso de integrar la resiliencia frente a desastres como un componente fundamental en su estrategia de apoyo al país en los países vulnerables en todo el mundo. El evento de hoy refuerza la cooperación entre los principales actores internacionales en el campo humanitario y de desarrollo y espero trabajar estrechamente con la UN y otras partes interesadas para mejorar la resiliencia de las comunidades vulnerables en todo el mundo.
Sadako Ogata
Presidente, JICA
Las agencias de desarrollo deben proveer más apoyo oportuno, en colaboración con las agencias humanitarias, para una transición desde la ayuda humanitaria hacia la reconstrucción. Necesitamos un mayor enfoque en seguridad humana, proteger a las personas vulnerables y empoderarlas para que estén preparadas y puedan ayudar a mitigar futuros desastres. La clave para esto es la “inclusión”, es decir permitir que la gente participe atendiendo estos temas y así pueda gozar de un desarrollo sostenible sin desigualdades.
Rajiv Shah
Administrador, USAID
En tal que comunidad internacional debemos continuar enfocando nuestra atención en ayudar a desarrollar la resiliencia de las comunidades para prevenir, enfrentar y recuperarse de los desastres. Esto conlleva un esfuerzo de toda la sociedad en la que trabajamos, junto a naciones anfitrionas, gobiernos locales, la sociedad civil y el sector privado para identificar enfoques innovadores. Me alientan el diálogo de hoy día y el compromiso de nuestros socios clave globales para trabajar juntos en la planificación y financiamiento de la reducción de riesgos y estrategias de resiliencia.
Acerca del Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres (GFDRR)
Establecido en el año 2006, el Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres (GFDRR) es una asociación de 38 países y 7 organizaciones internacionales comprometidas a ayudar a los países en vía de desarrollo a reducir su vulnerabilidad a los riesgos naturales y a adaptarse al cambio climático. La misión de esta asociación es canalizar la reducción de los riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático en las estrategias de desarrollo del país por medio del apoyo a una implementación del Marco de Acción de Hyogo, dirigida y manejada por el país.