COMUNICADO DE PRENSA

Informe del Banco Mundial: Países en desarrollo recibirán más de US$350.000 millones en remesas en 2011

Noviembre 30, 2011




Ginebra, 1 de diciembre de 2011 (Ciudad de Washington, 30 de noviembre de 2011, 20.00 horas). Se prevé que los flujos de remesas hacia los países en desarrollo sumen un total de US$351.000 millones en el presente año y que a nivel mundial, incluido los envíos hacia economías de ingreso alto, estos alcancen los US$406.000 millones, según un informe recientemente actualizado sobre migración y remesas del Banco Mundial.

Las estimaciones para 2011 indican que los cuatro principales receptores de remesas registrados oficialmente son India (US$58.000 millones), China (US$57.000 millones), México (US$24.000 millones) y Filipinas (US$23.000 millones). Otros de los beneficiados son Pakistán, Bangladesh, Nigeria, Viet Nam, Egipto y Líbano.

Aunque la desaceleración económica está atenuando las perspectivas de empleo de los migrantes en algunas naciones de ingreso alto, se espera no obstante que las transferencias privadas globales mantengan su crecimiento y que lleguen a US$515.000 millones en 2014. De este monto, el mundo en desarrollo recibirá US$441.000 millones, sostiene la última versión de la Reseña sobre migración y desarrollo publicada por el Banco durante la quinta reunión del Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo celebrado en Ginebra.

“A pesar de la crisis económica que ha repercutido negativamente en los movimientos de capital privado, las remesas hacia los países en desarrollo no se han visto afectadas y se proyecta que crecerán en 8% en 2011”, sostuvo Hans Timmer, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo de la institución. “De hecho, este año aumentaron los montos dirigidos hacia la regiones en desarrollo por primera vez desde el inicio de la crisis”.
 
Los altos precios del petróleo ayudaron a sostener las remesas desde Rusia hacia Asia central y desde el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG) hacia los países de Asia meridional y oriental. Además, la depreciación de la moneda en algunas naciones de origen de gran cantidad de migrantes (como México, India y Bangladesh) generó incentivos adicionales para transferir dinero toda vez que en esos países se redujo el costo de los bienes y servicios con respecto al dólar de Estados Unidos.

Los flujos de remesas hacia cuatro de las seis regiones en desarrollo designadas por el Banco Mundial crecieron más de lo esperado: 11% hacia Europa oriental y Asia central; 10,1% hacia Asia meridional; 7,6% hacia Asia oriental y el Pacífico, y 7,4% hacia África al sur del Sahara. Todo esto ocurrió a pesar de las difíciles condiciones económicas por las que atraviesa Europa y otros lugares de destino de los migrantes provenientes de África.

No sucedió lo mismo con los envíos de dinero que llegaron a América Latina y el Caribe: el 7% registrado fue inferior a lo esperado debido a la sostenida debilidad de la economía estadounidense mientras que  en Oriente Medio y Norte de África, afectado por disturbios sociales relacionados con la “primavera árabe”, se produjo el menor aumento (2,6%) entre todas las regiones en desarrollo.

El Banco proyecta que los flujos de remesas sigan creciendo en el futuro: 7,3% en 2012; 7,9% en 2013, y 8,4% en 2014.

Sin embargo, existen algunos riesgos serios que harían descender dichas estimaciones. El persistente desempleo en Europa y EE. UU. está afectando las perspectivas de quienes ya emigraron y endureciendo la actitud política respecto de la llegada de nuevos inmigrantes. Por otra parte, la inestabilidad del tipo de cambio y la incertidumbre en torno a la evolución de los precios del petróleo implican riesgos adicionales para el panorama de los envíos de dinero.

Más recientemente, algunos de los Estados del CCEAG, que dependen en gran medida de los trabajadores migrantes, están considerando restringir los cupos de entrada a fin de salvaguardar los puestos de trabajo para sus propios ciudadanos.

“A más largo plazo, este tipo de políticas podría afectar las transferencias privadas de dinero hacia los países en desarrollo”, dijo Dilip Ratha, director de la Unidad de Migración y Remesas del Banco y coautor de la mencionada reseña. “Sin embargo, el riesgo de amenazas a mediano plazo es relativamente bajo”.

El envío de remesas podría recibir un fuerte impulso adicional si la comunidad mundial para el desarrollo alcanza su objetivo acordado de reducir el costo promedio global de las remesas en 5 puntos porcentuales en cinco años (la meta ‘cinco por cinco’ del Grupo de los Ocho y del Grupo de los Veinte).

El costo de las remesas ha disminuido de manera sostenida —de 8,8% en 2008 a 7,3% en el tercer trimestre de 2011— debido a la creciente competencia entre los grandes corredores, como del Reino Unido a Nigeria y de los Emiratos Árabes Unidos a India. No obstante, sigue siendo elevado, en especial en África y en naciones pequeñas, donde se trata de un ingreso vital para los pobres.

“Además de racionalizar la normativa que rige a los proveedores de servicios de transferencias privadas, es urgente mejorar la información sobre el tamaño del mercado de las remesas a nivel de los corredores nacionales y bilaterales”, indicó Ratha. “Esto permitiría estimular la competencia en el mercado y ayudaría a supervisar mejor los avances en pro de la meta ‘cinco por cinco’”.

El Banco Mundial ha dado pasos considerables hacia la creación de mecanismos financieros que permitan aprovechar la migración y las remesas para los objetivos del desarrollo. En este sentido, los bonos de la diáspora pueden ser un poderoso instrumento de movilización de los ahorros de este grupo para el financiamiento de proyectos específicos del sector público o privado y el mejoramiento del perfil de endeudamiento del país de destino. La institución ha creado un Grupo de Trabajo sobre la Implementación de los Bonos de la Diáspora para facilitar la entrega de asistencia técnica a los Gobiernos de países en desarrollo.

“El Banco ha acumulado experiencia considerable en este ámbito y esperamos trabajar con los Gobiernos de los países solicitantes en la exploración de fuentes alternativas de financiamiento para proyectos de desarrollo”, señaló Ratha.

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COMUNICADO DE PRENSA N.º
2012/175/DEC

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