Beijing, 18 de enero de 2012. Los países en desarrollo deben prepararse para más riesgos de regresión económica, ya que la crisis de la deuda de la zona del euro y el frágil crecimiento de diversas economías emergentes están oscureciendo el panorama a nivel general, advierte el Banco Mundial en la última edición del informe Perspectivas económicas mundiales (GEP, por sus siglas en inglés).
La institución ha corregido a la baja su previsión de crecimiento para 2012, a 5,4% para los países en desarrollo y a 1,4% para los países de ingreso alto (-0,3% para la zona del euro). En junio de 2011, el Banco pronosticó un crecimiento de 6,2% y 2,7%, (1,8% para la zona del euro), respectivamente. En este momento se espera que la economía mundial crezca en 2,5% y 3,1%[1] en 2012 y 2013, respectivamente.
Un crecimiento más lento ya se manifiesta en el debilitamiento del comercio internacional y en los precios de los productos básicos. Se calcula que las exportaciones mundiales de bienes y servicios crecieron solo 6,6% en 2011 (a diferencia del 12,4% conseguido en 2010) y se prevé un aumento de solo 4,7% en 2012. Mientras tanto, los precios mundiales de la energía, metales y minerales, y de los productos agrícolas han disminuido 10,25%, y 19%, respectivamente, desde los récords registrados a comienzos de 2011. La baja en los precios de los productos básicos ha contribuido a mitigar la inflación en la mayoría de los países en desarrollo. Aunque los precios internacionales de los alimentos descendieron en los últimos meses, bajando en 14% desde el nivel máximo registrado en febrero de 2011, la seguridad alimentaria de los más pobres, incluidos quienes viven en el Cuerno de África, sigue siendo un problema alarmante.
“Los países en desarrollo deben evaluar sus vulnerabilidades y prepararse para más crisis, mientras todavía hay tiempo”, advirtió Justin Yifu Lin, primer economista y primer vicepresidente de Economía del Desarrollo del Banco Mundial.
Los países en desarrollo tienen ahora menos espacio fiscal y monetario para aplicar medidas correctivas como lo hicieron en 2008 y 2009. Por esta razón, si el flujo financiero internacional se agota y se deteriora súbitamente el comercio mundial, su capacidad para reaccionar podría estar limitada.
Para prepararse para ese escenario, Hans Timmer, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial, sostuvo que: “Los países en desarrollo deberían encontrar financiamiento anticipado para sus déficits presupuestarios, dar prioridad al gasto en redes de protección social e infraestructura y someter a pruebas de esfuerzo a sus instituciones bancarias nacionales”.
A pesar de que las perspectivas económicas de los países de ingreso bajo y mediano son todavía favorables, la onda expansiva de la crisis en las economías de ingreso alto se está haciendo sentir en todo el mundo. A la fecha, el riesgo soberano de los países en desarrollo ha aumentado en 45 puntos básicos en promedio y los flujos bruto de capital hacia estos países cayó a US$170.000 millones en el segundo semestre de 2011, mucho menor a los US$309.000 millones que recibieron en el mismo período de 2010.
“La escalada de la crisis no dejará a nadie indemne. Las tasas de crecimiento de los países desarrollados y en desarrollo podrían caer tanto o más que en 2008 y 2009”, agregó Andrew Burns, jefe del Equipo de Tendencias Macroeconómicas Mundiales y autor principal del informe. “No podemos dejar de enfatizar en la importancia de tener planes de contingencia”.
Si bien la región de Asia oriental y el Pacífico se recuperó rápidamente del desastre de Tohoku en Japón en marzo de 2011, las inundaciones en Tailandia y la agitación en Europa han comenzado a minar su crecimiento. Después de crecer 9,7% en 2010, el PIB de la zona aumentó, según se estima, en 8,2% en 2011 pero se proyecta que disminuya a 7,8% en 2012 y 2013. China, que contribuye con el 80% del PIB regional, vio disminuir su crecimiento de 10,4% en 2010 a 9,1% en 2011, según indican las proyecciones. Se espera que las medidas aplicadas por las autoridades para desalentar el crecimiento excesivamente rápido en ciertas áreas específicas de la economía bajen esa cifra a 8,4% en 2012.
Por su parte, a pesar de la agitación financiera que afecta a todo el mundo desde agosto de 2011 y la disminución de la demanda externa, especialmente de los países de la zona del euro, el crecimiento del PIB en Europa y Asia central aumentó marginalmente del resultado de 2010 a 5,3% en 2011. Sin embargo, la desaceleración que afecta a los países de ingreso alto de Europa, algunas problemáticas presiones inflacionarias y la reducción en los flujos de capital debido a la crisis de la eurozona podrían frenar el crecimiento regional a 3,2% en 2012, antes de volver a recuperarse y llegar a 4,0% para 2013. La estrecha vinculación comercial y financiera con los países europeos de ingreso alto dejará a esta región particularmente expuesta a los acontecimientos de la zona del euro.
América Latina y el Caribe creció en torno al 4,2% en 2011 y se espera que el crecimiento disminuya a 3,6% en 2012, antes de volver a repuntar y alcanzar 4,2% en 2013. El debilitamiento de la economía mundial, la incertidumbre de la crisis de la deuda de los países de la zona del euro, la ralentización de la economía china y la aplicación de políticas que han frenado la demanda local son algunos de los factores que están pesando en las perspectivas de crecimiento. Se prevé que Brasil, cuyo crecimiento se detuvo en el tercer trimestre, crezca en torno al 3,4% en 2012, ligeramente superior a la cifra de 2011, pero muy inferior al 7,5% de 2010. Varios países de la región podrían verse duramente afectados por esta crisis, especialmente si los precios internacionales de los productos básicos caen repentinamente.
Los dramáticos cambios políticos en Oriente Medio y el Norte de África perturbaron considerablemente la actividad económica en algunos de los países de la región, mientras que el deterioro de la situación externa está comenzando a ampliar los efectos adversos en el comercio, los precios de los productos básicos, el turismo y en otras fuentes de ingreso. Los países en desarrollo que exportan petróleo y los de ingreso alto del Consejo de Cooperación del Golfo se han beneficiado sustantivamente de las alzas en los precios de este producto, pero siguen siendo vulnerables a una repentina caída en dichos precios. El PIB de los países en desarrollo de la región creció alrededor de 1,7% en 2011 y se pronostica que se mantenga bajo en 2012 (2,3%), subiendo a un estimado de 3,2% para 2013.
El PIB de Asia meridional descendió a un estimado de 6,6% en el año calendario de 2011, inferior al 9,1% de 2010, lo cual refleja la aguda desaceleración en India en el segundo semestre del año así como otras turbulencias externas. El debilitamiento de la demanda externa ha afectado negativamente a las exportaciones y las remesas que recibe la región desde el extranjero han aumentado solo moderadamente. La demanda doméstica también ha decrecido, debido al encarecimiento del crédito, el aumento en el precio de los insumos, la inquietud por la crisis mundial y el retraso en la aplicación de reformas. Se espera que en 2012 el crecimiento del PIB disminuya aún más, llegando a 5,8% antes de recuperar el ritmo y alcanzar 7,1% en 2013. La alta inflación y el déficit fiscal siguen siendo preocupantes.
El crecimiento en África al sur del Sahara se mantuvo firme en 2011 en 4,9%. Sin incluir a Sudáfrica, que representa una tercera parte del PIB regional, el crecimiento en el resto de la región fue aún más sólido, con una tasa de 5,9% en 2011, perfilándose como una de las regiones en desarrollo de más rápido crecimiento. El aumento en el flujo de inversiones y en el gasto de los consumidores, además de la incorporación de nuevas exportaciones de minerales en varios países, son todos factores que deberían contribuir a acelerar el crecimiento de la región a 5,3% en 2012 y 5,6% en 2013. Sin embargo, las exportaciones de mercancías, las visitas turísticas, los precios de los productos básicos, la inversión extranjera directa y el flujo de remesas son fuentes de ingreso que pueden ser afectadas por una recesión en la zona del euro.
[1] Si se usa la ponderación de la paridad del poder adquisitivo, el crecimiento mundial podría ser de 3,4% y 4,0% en 2012 y 2013, respectivamente.