CIUDAD DE WASHINGTON, 19 de abril de 2012. Tres cuartas partes de la población pobre del mundo no poseen una cuenta bancaria, no solo debido a la pobreza, sino también a los costos, las distancias de traslado y la cantidad de trámites necesarios para obtenerla, según indica el Banco Mundial.
De acuerdo con la encuesta realizada en 2011 a unas 150 000 personas de 148 países, más del 75% de los adultos que ganan menos de US$2 al día no utilizan los servicios de una institución financiera formal. El fenómeno de los “no bancarizados” también está vinculado a la desigualdad de ingreso: el 20% más rico de los adultos que viven en países en desarrollo tiene más del doble de posibilidades de contar con una cuenta en una institución formal que el 20% más pobre.
Quienes no tienen acceso a servicios bancarios formales a menudo deben recurrir a prestamistas que suelen cobrar altas comisiones. Las personas no bancarizadas también tienen menos posibilidades de iniciar actividades comerciales propias o contratar seguros contra circunstancias inesperadas.
La inclusión financiera —o la posibilidad de estar “bancarizado”— puede tener un efecto transformador, ya que permite a las personas pobres forjarse un futuro más seguro. La capacidad de ahorrar y acceder a préstamos les da la posibilidad de obtener bienes, iniciar una actividad comercial, invertir en educación, lograr una calificación crediticia aceptable y, con el tiempo, ser propietarios de una vivienda.
“La prestación de servicios financieros a los 2500 millones de personas que no están bancarizados podría reforzar el crecimiento económico y las oportunidades de las personas pobres de todo el mundo”, dijo el presidente del Grupo del Banco Mundial, Robert B. Zoellick. “Si se aprovechan las posibilidades de los servicios financieros, realmente se podrá ayudar a las personas a afrontar costos de educación, ahorrar para adquirir una vivienda o abrir un pequeño negocio que ofrezca trabajo a otros. El nuevo informe sobre los ‘no bancarizados’ del mundo ratifica esta premisa: mientras más utilicen los pobres de hoy los servicios bancarios, más se asegurarán su futuro”.
Las mujeres son las principales perjudicadas por la falta de acceso a los servicios financieros. Solo un 37% de las mujeres de países en desarrollo tiene cuentas bancarias, en comparación con el 46% de los hombres. La brecha es aún mayor entre los pobres: las mujeres que viven con menos de US$2 al día tienen un 28% menos de posibilidades que los hombres de tener una cuenta bancaria.
A nivel mundial, un 22% de los adultos informa que ha ahorrado a través de una institución financiera formal en los últimos 12 meses, de acuerdo con la base de datos sobre la inclusión financiera en el mundo, del Banco Mundial, llamada “Global Findex”. Esta base de datos ofrece el panorama más amplio que se puede obtener de las modalidades que utiliza la gente de todo el mundo para ahorrar, pedir préstamos, hacer pagos y gestionar riesgos. Incluso entre quienes sí poseen una cuenta bancaria formal, solo el 43% de los adultos la utiliza para ahorrar. Sin embargo, el 61% de los titulares utiliza sus cuentas para recibir pagos de un empleador, el Gobierno o miembros de la familia que viven en otro lugar.
Los datos fueron recopilados por Gallup, Inc. utilizando el modelo de la Encuesta Mundial Gallup. El Grupo de Investigación para el Desarrollo del Banco está conformando la base de datos gracias a una donación a 10 años de la Fundación Bill y Melinda Gates.
Pocos adultos de los países en desarrollo utilizan productos financieros formales para gestionar riesgos. Más del 11% está tiene un préstamo pendiente de reembolso por emergencias o necesidades de salud, pero más del 80% de estos adultos solo utiliza las fuentes de crédito informales. Del total de adultos de países en desarrollo que se dedican a la agricultura, la silvicultura o la pesca, solo el 6% cuenta con seguros relativos a las cosechas, las precipitaciones o el ganado.
“Los datos nacionales confiables y comparables son muy importantes para la formulación de políticas eficaces. Espero que los encargados de las políticas utilicen esta investigación para ayudar a garantizar que todos, en todo lugar, tengan acceso a servicios financieros”, dijo su alteza real la princesa Máxima de los Países Bajos, asesora especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre inclusión financiera para el desarrollo.
Las transferencias de dinero a través de los teléfonos celulares son una forma de servicio bancario no tradicional que gana cada vez más popularidad y habitualmente no requiere que los usuarios se desplacen o abran una cuenta en una sucursal física del banco. Los servicios bancarios móviles, que dan la posibilidad a quienes poseen una cuenta de pagar facturas, hacer depósitos o realizar otras operaciones a través de mensajes de texto, se han ampliado hasta abarcar el 16% del mercado en África al sur del Sahara, donde la banca tradicional se ha visto obstaculizada por problemas de transporte e infraestructura en general. Kenya, donde el 68% de los adultos informa que utiliza un teléfono celular para operaciones monetarias, ha experimentado un impresionante crecimiento de este mercado.
“Aproximadamente dos tercios de las personas no bancarizadas indican que la pobreza es el principal obstáculo para acceder al financiamiento, pero cerca de un tercio también menciona el costo de apertura y mantenimiento de la cuenta o la gran distancia a la que se encuentran los bancos, lo cual implica un largo viaje en autobús para muchos”, dijo Asli Demirgüç-Kunt, directora de Políticas de Desarrollo y primera economista de la Red de Finanzas y Desarrollo del Sector Privado del Banco.
La cartera de inclusión financiera del Banco asciende a un total de más de US$3000 millones, con proyectos en más de 60 países. Respalda planes de acción nacionales para la inclusión financiera y para el aumento del acceso a productos y servicios financieros, tales como créditos, cuentas de ahorro, sistemas de pago y seguros, mediante mecanismos de prestación de bajo costo (cajeros automáticos, teléfonos celulares, etc.).
ASPECTOS REGIONALES DESTACADOS
Países de ingreso alto: Nueve de cada 10 adultos que viven en economías de ingreso alto informan que poseen una cuenta en una institución financiera formal.
Asia oriental y el Pacífico: El 28% de los adultos de la región de Asia oriental y el Pacífico informó que han guardado sus ahorros en una institución financiera formal en los últimos 12 meses, en comparación con el 10% del resto del mundo en desarrollo.
Europa y Asia central: El 61% de los titulares de cuentas de Europa y Asia central utiliza sus cuentas para recibir sueldos, en comparación con el 32% del resto del mundo en desarrollo.
América Latina y el Caribe: El 41% de quienes no poseen una cuenta en América Latina y el Caribe indica que los costos son la razón principal para no abrir una cuenta formal. El 19% de los adultos de la región informa que tiene una tarjeta de crédito, en comparación con el 5% del resto del mundo en desarrollo.
Oriente Medio y Norte de África: Los titulares de cuentas de Oriente Medio y Norte de África acceden a sus cuentas con menos frecuencia que en otras regiones: el 17% de los adultos que poseen una cuenta formal informa que en un mes puede no realizar ningún depósito o extracción, porcentaje superior al 8% mundial.
Asia meridional: La relativa disparidad de género en la titularidad de cuentas formales es mayor en Asia meridional: poseen cuentas el 41% de los hombres y el 25% de las mujeres. El 73% de las personas con ahorros en Asia meridional informa que guarda dinero para gastos futuros, como educación o una boda.
África al sur del Sahara: El 16% de los adultos de la región informa que ha utilizado un teléfono celular para pagar facturas y enviar o recibir dinero en los últimos 12 meses, en comparación con el 3% del resto del mundo en desarrollo.