“No podemos permitir que el aumento a corto plazo del precio de los alimentos tenga consecuencias perjudiciales a largo plazo para los más pobres y vulnerables del mundo”.
Jim Yong Kim, Presidente del Banco Mundial.
CIUDAD DE WASHINGTON, 30 de julio de 2012. Habida cuenta de la excepcional sequía que está afectando a los Estados Unidos de América, las condiciones actuales de los cultivos en otras regiones productoras de cereales y el consiguiente aumento de los precios internacionales de los alimentos, el Banco Mundial ha manifestado hoy su preocupación por los efectos de esta inestabilidad en los pobres del mundo, que son sumamente vulnerables al alza de los precios de los alimentos.
“Cuando los precios de los alimentos registran fuertes subidas, las familias reaccionan sacando a sus hijos de la escuela y consumiendo alimentos más baratos y menos nutritivos, lo cual puede tener efectos catastróficos a largo plazo en el bienestar social, físico y mental de millones de jóvenes”, declaró el Presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim. “El Banco Mundial y sus socios están siguiendo de cerca esta situación para ayudar a los Gobiernos a implantar políticas que ayuden a las personas a afrontarla mejor”.
“Algunas medidas como los programas de alimentación escolar, las transferencias condicionadas de efectivo y los programas de alimentos por trabajo pueden ayudar a aliviar la presión sobre los pobres a corto plazo”, continuó Kim. “A medio y largo plazo, el mundo necesita políticas sólidas y estables e inversiones agrícolas continuas en los países pobres. No podemos permitir que el aumento a corto plazo del precio de los alimentos tenga consecuencias perjudiciales a largo plazo para los más pobres y vulnerables del mundo”.
Hasta ahora, las previsiones de los cultivos no apuntan a una posibilidad de escasez real de los principales cereales; sin embargo, las existencias son reducidas y las cosechas seguirán dependiendo de las condiciones climáticas mundiales, por lo que los precios son más vulnerables a una mayor inestabilidad.
La inestabilidad de los precios de los alimentos genera imprevisibilidad en el mercado y plantea riesgos fundamentales para los consumidores y los Gobiernos con respecto a la seguridad alimentaria. La inestabilidad también desincentiva la inversiones agrícolas necesarias para el desarrollo, debido al aumento de los riesgos financieros y la incertidumbre para los productores y los comerciantes.
Aunque los precios de numerosos alimentos básicos han registrado un considerable aumento, el Banco ha observado que las condiciones actuales difieren de la crisis de 2008. En 2008, si bien otros cereales sufrieron un aumento de precio, los precios del arroz y del trigo fueron los que más se incrementaron, aunque cayeron sustancialmente en 2009 debido a una reacción notable de la oferta por parte de los agricultores que buscaban beneficiarse del alza de los precios. En 2012, han aumentado los precios de todos los cereales salvo el arroz (trigo, maíz y soja):
- El precio del trigo ha aumentado más de un 50% desde mediados de junio.
- El precio del maíz se ha incrementado más de un 45% desde medianos de junio.
- La soja ha aumentado casi un 30% desde principios de junio y casi un 60% desde finales del año pasado.
Tan solo en junio los analistas esperaban una disminución de los precios tras las nuevas cosechas, no un aumento. En los Estados Unidos de América se procedió a una siembra temprana del maíz y algunas semillas de soja, y la desastrosa sequía era impredecible en esta fase. El incremento de los precios no solo afectará al pan y a los alimentos elaborados, sino también al forraje y, en última instancia, al precio de la carne.
En 2008, el precio del arroz aumentó más del triple, lo que tuvo una enorme repercusión negativa en los pobres, especialmente en Asia. Aunque el precio actual del arroz se mantiene elevado, las existencias de este cereal son relativamente holgadas. Además, los precios actuales del petróleo crudo, los fertilizantes y el transporte internacional de mercancías se sitúan en niveles más bajos que en 2008, con lo que se reducirán los costos de la importación de alimentos y también la siembra y el cultivo para la próxima temporada.
Los efectos de la sequía de los Estados Unidos de América en los mercados mundiales se ven exacerbados por el hecho de que otros países también están sufriendo actualmente problemas de producción a causa de las condiciones climáticas. Las precipitaciones casi continuas están ocasionando problemas a los cultivos de trigo en numerosos países europeos, mientras que los cultivos de trigo en de Rusia, Ucrania y Kazajstán se han visto muy afectadas por la falta de lluvia. En , las lluvias monzónicas se sitúan un 20% por debajo del promedio anual a largo plazo. Julio es un mes crítico para la siembra y puede acarrear importantes consecuencias negativas si las precipitaciones no mejoran.
En caso de que la situación actual empeore, el Grupo del Banco Mundial está preparado para ayudar a los países solicitantes a través de medidas como el aumento de la inversión agrícola y relacionada con la agricultura, el asesoramiento sobre políticas, el financiamiento por vía rápida, el Programa Mundial para y de donantes múltiples, y productos de gestión de riesgos. Asimismo, nos estamos coordinando con los organismos de las Naciones Unidas a través del Equipo de Tareas de Alto Nivel sobre de y con organizaciones no gubernamentales, y estamos apoyando a la Asociación para el Sistema de Información sobre los Mercados Agrícolas (SIMA) con el fin de mejorar la transparencia del mercado de alimentos y ayudar a los Gobiernos a adoptar respuestas informadas ante el aumento de los precios mundiales de los alimentos.
El Banco Mundial lleva mucho tiempo advirtiendo que cabe esperar que los precios de los cereales sean inestables y superiores a la media al menos hasta 2015. En los países más pobres, donde las personas gastan hasta dos tercios de sus ingresos diarios en alimentos, el alza de los precios representa una amenaza para el crecimiento mundial y la estabilidad social. Sin embargo, este aumento puede aportar a los agricultores pobres los ingresos que tan desesperadamente necesitan, lo que les permitiría invertir, incrementar su producción y, de ese modo, formar parte de la solución mundial para la seguridad alimentaria.
Hay casi 1000 millones de personas en el mundo que pasan hambre. Más del 60% de esas personas son mujeres. La malnutrición contribuye a las enfermedades infantiles y maternas, a la disminución de la capacidad de aprendizaje, a la reducción de la productividad y al aumento de la mortalidad. Un tercio de todas las muertes infantiles mundiales se atribuye a la malnutrición, y hasta el 80% de nuestra estructura cerebral se desarrolla durante los primeros 1000 días de vida, por lo que el acceso a alimentos nutritivos es esencial, en particular en el caso de los niños pequeños.
Cómo está ayudando el Banco Mundial
- En el ejercicio 2012, que terminó el 30 de junio, los nuevos compromisos del Grupo del Banco Mundial con respecto a la agricultura y los sectores conexos ascendieron a más de 9000 millones de dólares. Esta cifra superó el financiamiento estimado en el Plan de Acción del Banco para , que preveía un aumento del promedio de 4100 millones de dólares anuales en el ejercicio 2006 hasta un importe de entre 6200 millones y 8300 millones de dólares anuales en los ejercicios 2012. La asistencia del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y de Fomento (AIF) en el ejercicio 2012 fue la más elevada en 20 años.
- En respuesta a la sequía en el Cuerno de África, el Grupo del Banco Mundial está destinando 1800 millones de dólares a salvar vidas, mejorar la protección social y fomentar la recuperación económica y la capacidad de recuperación frente a la sequía.
- Un producto pionero de gestión de riesgos suministrado por Internacional (IFC) posibilitará la protección de los agricultores, los productores de alimentos y los consumidores de los países en desarrollo frente a la inestabilidad de los precios de los alimentos.
- El Banco está apoyando el Programa Mundial para y , creado por el Grupo del Banco Mundial en abril de petición del Grupo de los Veinte. Siete países y han prometido cerca de 1200 millones de dólares en 3 años, de los que se han recibido 752 millones.
- El Programa de Respuesta a la Crisis Mundial de los Alimentos ha llegado a 40 millones de personas de 47 países, a través de una ayuda para emergencias de 1600 millones de dólares. Desde julio de 2012, la respuesta de emergencia del Banco se canaliza a través del Servicio de Respuesta ante las Crisis de de Fomento y el Mecanismo de Respuesta Inmediata, recientemente aprobado, que sentarán las bases para la asistencia de emergencia en el futuro.
- El Marco para el fomento de la nutrición, destinado a luchar contra la malnutrición, fue aprobado por más de 100 socios, entre ellos el Banco Mundial.
- El Grupo del Banco Mundial se está coordinando con los organismos de las Naciones Unidas a través del Equipo de Tareas de Alto Nivel sobre de y con las organizaciones no gubernamentales.
- Está apoyando a la Asociación para el Sistema de Información sobre los Mercados Agrícolas (SIMA) con el fin de mejorar la transparencia del mercado de alimentos y ayudar a los Gobiernos a adoptar respuestas informadas ante el aumento de los precios mundiales de los alimentos.
- Está promoviendo una mayor inversión en investigación agrícola —también a través del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR)— y está supervisando el comercio agrícola con el fin de detectar una posible escasez de alimentos.
- Está apoyando la mejora de la nutrición entre los grupos vulnerables mediante programas comunitarios de nutrición destinados a aumentar el uso de los servicios de salud y a mejorar la atención. Como parte de su respuesta a la crisis alimentaria, el Banco ha apoyado el suministro de unos 2,3 millones de comidas escolares diarias a niños de países de ingreso bajo.
- La IFC invertirá hasta 1000 millones de dólares en el Programa de Financiamiento de Productos Básicos Indispensables, destinado a apoyar el comercio de bienes agrícolas y energéticos fundamentales, ayudar a reducir el riesgo de escasez de alimentos y energía y mejorar la seguridad alimentaria de los más pobres del mundo.