Kim delinea un ambicioso programa destinado a estimular un crecimiento inclusivo
CIUDAD DE WASHINGTON, 2 de abril de 2013. En un llamamiento para alcanzar nueva y mas ambiciosas metas para ayudar a los más vulnerables, el presidente del Grupo Banco Mundial (GBM) , Jim Yong Kim, delineó hoy un audaz programa para que la comunidad mundial logre poner fin a la pobreza extrema antes de 2030 y promover una prosperidad compartida a fin de incrementar, en cada país, los ingresos del 40% más pobre de la población.
“Nos hallamos en un auspicioso momento histórico, en que se combinan los éxitos de décadas pasadas con perspectivas económicas mundiales cada vez más propicias para dar a los países en desarrollo una oportunidad —la primera que jamás hayan tenido— de poner fin a la pobreza extrema en el curso de una sola generación”, dijo Kim en un discurso pronunciado en la Universidad de Georgetown. “Nuestro deber, ahora, debe consistir en hacer que a esas circunstancias favorables se aúnen decisiones deliberadas que materialicen esa oportunidad histórica”.
En su alocución, que precedió a las inminentes Reuniones de Primavera del GBM, Kim señaló que las economías en desarrollo se recuperaron rápidamente de la crisis y se encuentran en una posición fundamentalmente sólida, resultante de una mayor estabilidad macroeconómica, el fortalecimiento del Estado de derecho y el aumento de las inversiones en capital humano e infraestructura. La tasa de aumento de la productividad en el sector privado, el cual genera el 90% de los puestos de trabajo, es elevada.
Kim señaló que el primer objetivo de desarrollo del milenio, consistente en reducir a la mitad la pobreza extrema, se alcanzó en 2010, con cinco años de anticipación a lo previsto, tras las inversiones en redes de protección social realizadas durante años por los países en desarrollo y la ardua labor llevada a cabo por ellos para crear el espacio fiscal y los amortiguadores macroeconómicos que les permitan reaccionar eficazmente frente a eventuales crisis.
Kim describió tres factores claves para alcanzar la meta, de más difícil consecución, de eliminar prácticamente en su totalidad la pobreza extrema:
• Primero, para alcanzar ese objetivo antes de 2030 hará falta acelerar la tasa de crecimiento registrada en los últimos 15 años, y en particular lograr un crecimiento alto y sostenido en Asia meridional y África al Sur del Sahara.
• Segundo, será preciso desplegar esfuerzos por aumentar la inclusión y moderar la desigualdad, y garantizar que el crecimiento se traduzca en la reducción de la pobreza y, lo que es más importante, que esta se logre a través de la creación de empleos.
• Y tercero, será preciso evitar o mitigar posibles crisis, tales como nuevas crisis de los alimentos y de los combustibles o nuevas crisis financieras y desastres climáticos.
Kim señaló que muchos líderes mundiales han hablado durante muchas décadas de terminar con la pobreza, y que para poner en práctica esta visión hará falta un nivel de compromiso de toda la comunidad internacional del desarrollo que esté a la altura de la envergadura de este desafío histórico. Señaló asimismo su beneplácito ante las recientes exhortaciones a la acción formuladas por altas autoridades mundiales.
“Hace poco, varios políticos valientes se han comprometido a terminar con la pobreza en sus países, como Dilma Rousseff en Brasil y Joyce Banda en Malawi. Análogamente, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, hicieron suya la visión de terminar con la pobreza extrema a nivel mundial. Estas exhortaciones audaces exigen acciones”, expresó Kim.
Kim señaló que la meta de 2030 es sumamente ambiciosa: “Para alcanzar el objetivo de 2030 debemos reducir a la mitad la pobreza mundial una vez, luego reducirla a la mitad otra vez y después reducirla a la mitad por tercera vez, todo en menos de una generación”.
Kim sostuvo que para hacer frente a los desafíos mundiales no basta combatir la pobreza extrema. “Debemos realizar una labor colectiva tendiente a ayudar a todas las personas vulnerables, de todas partes, a superar ampliamente el umbral de la pobreza. Es lo que en el Grupo del Banco Mundial denominamos fomento de una prosperidad compartida”.
Aunque los esfuerzos del GBM se centran especialmente en los países que poseen menos recursos, la labor de la institución —señaló Kim— no se limita a los países pobres, por lo cual instó al Banco y a sus asociados a trabajar en pos de la segunda meta: aumentar los ingresos del 40% más pobre de la población de cada país.
“Cumplimos nuestra labor en todos los países en los que hay personas pobres, o donde la población sufre la exclusión económica. Este objetivo asegurará que abordemos las prioridades de la equidad y la inclusión de manera más sistemática en todo nuestro proceso de adopción de decisiones estratégicas”, expresó Kim.
Kim dejó en claro, sin embargo, que poner fin a la pobreza y fomentar una prosperidad compartida no son metas que el GBM pueda alcanzar por sí solo. “Se trata de objetivos que esperamos que nuestros asociados, nuestros 188 países miembros, logren con el apoyo del Grupo del Banco Mundial y la comunidad internacional del desarrollo”.
No obstante, manifestó categóricamente que el GBM ayudará, como mínimo, en cuatro areas.
• “Primero, nos valdremos de la ayuda de estos objetivos para tomar decisiones entre prioridades encontradas al identificar los proyectos con los que podamos ejercer el impacto más transformador.
• Segundo, haremos un seguimiento y observaremos de manera estrecha los avances alcanzados con miras al logro de estos objetivos, e informaremos anualmente sobre lo que se ha logrado y las lagunas que persisten. Estos informes anuales con gran cantidad de datos a disposición del público brindarán un registro claro de los progresos alcanzados.
• Tercero, nos valdremos de nuestro poder de convocatoria y promoción para recordar constantemente a los encargados de formular las políticas y a la comunidad internacional lo que hace falta para el logro de estos objetivos.
• Cuarto, y lo que tal vez sea lo más importante, colaboraremos con nuestros asociados para intercambiar conocimientos acerca de las soluciones para terminar con la pobreza y promover la prosperidad compartida”.
Kim señaló que el viernes 5 de abril faltarán 1000 días para terminar el año 2015, el vencimiento del plazo para el logro de los objetivos de desarrollo del milenio. Si bien los avances en el logro de los ODM han sido extraordinarios, continúan siendo desparejos entre las distintas poblaciones y sectores. Kim instó a la comunidad mundial a aprovechar estos últimos 1000 días para redoblar esfuerzos en las esferas en las que no se han registrado avances lo suficientemente firmes.
“Si actuamos hoy tenemos la oportunidad de crear un mundo para nuestros hijos que se caracterice por oportunidades crecientes y no por marcadas inequidades. Un mundo sostenible donde todos los hogares tengan acceso a energía limpia. Un mundo en el que todos tengan alimentos suficientes. Un mundo en el que nadie muera por causa de enfermedades prevenibles. Un mundo sin pobreza”.