WASHINGTON, 19 de diciembre de 2013 – El Banco Mundial anunció hoy la concreción de una transacción de seguros ante clima y precio del petróleo para la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE), la empresa estatal uruguaya de energía hidroeléctrica. La operación le brinda a UTE un seguro de 18 meses de duración ante sequías y precios del petróleo elevados, fenómenos que en el pasado han tenido un impacto financiero negativo sobre la empresa.
Cuando la falta de precipitaciones reduce el nivel de agua en los embalses que alimentan las centrales de energía de UTE, la compañía debe acudir a la generación térmica, que tiene un costo más elevado y requiere compras de petróleo. Y cuando el precio del petróleo es elevado, los costos de generación se vuelven aún más onerosos. Esto supone un problema para los consumidores y para el presupuesto nacional, dado que el Estado le brinda apoyo financiero a UTE.
“Uruguay es vulnerable a la volatilidad climática y en el precio del petróleo”, dijo el Ministro de Economía y Finanzas de Uruguay, Fernando Lorenzo. Sin embargo, agregó que “tenemos que gestionar estos desafíos y hacerlo de una manera creativa. Esta operación es un paso adelante positivo dado que nos ayuda a gestionar riesgos que tienen un gran impacto sobre el consumidor final, las empresas y las cuentas públicas.” Lorenzo añadió que “esta operación es complementaria a la constitución del Fondo de Estabilidad Energética realizada en el año 2010”.
En los últimos años el Banco Mundial ha sido pionero en un número de transacciones de gestión de riesgo a la medida en todo el mundo. Ahora está ampliando esta área de trabajo para responder a una mayor demanda por parte de clientes que buscan soluciones prácticas a problemas financieros complejos.
“Esta transacción, una de las más grandes que haya visto el mercado, es única”, dijo Madelyn Antoncic, vicepresidenta y tesorera del Banco Mundial. “Combinar la protección ante el riesgo de sequía y precios altos del petróleo es algo que funciona particularmente bien en el caso de empresas hidroeléctricas, y esta es la primera vez que una empresa de servicios públicos hace uso de esta herramienta. Esta transacción es un buen de ejemplo de cómo hemos enfocado nuestras capacidades financiera y técnica, combinadas con experiencias en otros países, para ofrecer soluciones que satisfacen necesidades específicas de nuestros clientes”.
La energía hidroeléctrica de UTE depende del nivel de agua en dos sistemas fluviales de Uruguay y Brasil: el Río Negro y el Río Uruguay. Para medir la amplitud de una sequía, la operación utiliza las mediciones pluviales de 39 estaciones meteorológicas diseminadas a lo largo de los dos sistemas fluviales. Los datos pluviométricos se recopilan diariamente para medir el desempeño frente a un nivel predeterminado, establecido como el disparador del contrato. Si las precipitaciones son menores que el disparador, el contrato pagará hasta $450 millones. El tamaño del pago dependerá de la intensidad de la sequía y del precio del petróleo. Si éste último es elevado, el pago será mayor para compensar el elevado costo de las compras de petróleo.
El monto del contrato es elevado dado que el riesgo financiero es significativo. En 2012, la falta de agua significó que la empresa tuvo que recurrir a otras fuentes de energía. Ese año el costo de satisfacer la demanda de electricidad llegó a un récord de US$1400 millones, muy por encima de las proyecciones iniciales de la empresa de US$953 millones. Para cubrir la brecha, UTE se endeudó en los mercados, recurrió al Fondo de Estabilización Energética de US$150 millones del país y aumentó la tarifa a los consumidores.
A corto plazo, uno de los objetivos de este contrato es proteger a los consumidores ante el riesgo de tarifas eléctricas elevadas y volátiles. A largo plazo, UTE se ha comprometido plenamente con un plan nacional para reducir la vulnerabilidad en el sector energético. Está invirtiendo en energía eólica y en gas natural para diversificar su base productiva, además de utilizar herramientas de mercado para la transferencia de riesgos.
“La cobertura dura tres semestres, aunque una vez que otras fuentes se unan al sistema, como la eólica y el gas natural de ciclo combinado, la vulnerabilidad del sistema energético en general descenderá”, dijo el Presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla. “Si bien la probabilidad de sobrecostos sigue existiendo, éstos serán menores y la prima que la empresa está dispuesta a pagar por la cobertura será recalculada”.
La participación del Banco Mundial en esta operación responde a su compromiso de ayudar a los países a reducir su vulnerabilidad ante desastres naturales y riesgos financieros. Además de asistencia técnica relativa a protocolos de mercado y recopilación de datos, el Banco actúa como contraparte de UTE en la operación, compensando su riesgo con dos empresas de reaseguros seleccionadas de forma competitiva: Allianz, a través de su alianza con Nephila, y Swiss Re.
“La gestión de riesgos financieros es una parte importante del panorama general en aquellos países preocupados por la seguridad energética”, dijo Hasan Tuluy, Vicepresidente para América Latina y el Caribe. “Pero las soluciones que nuestros clientes necesitan no son siempre comunes o simples. Esto es especialmente cierto para países de ingresos medios como Uruguay que tienen exigencias más complejas”.
La intermediación del Banco Mundial tiene un número de ventajas. Basándose en su experiencia financiera y presencia en el mercado, su participación ha ayudado a consolidar la confianza en la transacción y en los protocolos para recopilación de datos, que juntos han servido para atraer agentes del mercado. La asistencia técnica también ha incluido un largo debate con UTE respecto al nivel de cobertura requerido y cómo hacer uso de herramientas de mercado con otros enfoques financieros, como un fondo de estabilización y préstamos contingentes.
El Banco Mundial ha estado a la vanguardia respecto a la creación de soluciones innovadoras para la gestión de riesgos ante problemas globales que afectan a los países. Las innovaciones del Tesoro ayudan a clientes a mitigar riesgos financieros y el impacto financiero de riesgos catastróficos tales como huracanes, tsunamis, terremotos y sequías, creando reservas fiscales que los países pueden utilizar en caso de un desastre. Otros ejemplos poderosos de soluciones no estándar incluyen la recientemente ejecutada transacción de seguro del mercado de capitales que por primera vez cubre riesgos ante ciclones y tsunamis para seis islas del Pacífico a través del Programa Piloto de Seguros contra Riesgos Catastróficos del Pacífico y el Mecanismo de Seguros contra Riesgos Catastróficos del Caribe que cubre a dieciséis islas contra riesgos de terremotos y huracanes.