WASHINGTON, 7 de abril de 2014. El crecimiento económico de África al sur del Sahara continúa aumentando y pasará del 4,7 % de 2013 al 5,2 % previsto para 2014. Estos resultados son producto del incremento en las inversiones en recursos naturales e infraestructura y del fuerte gasto familiar, según la nueva edición de Africa's Pulse (El pulso de África), el documento que publica dos veces al año el Banco Mundial y en el que se analizan los factores que configuran las perspectivas económicas de África.
El crecimiento fue notablemente pujante en los países ricos en recursos naturales, entre los que figuran Sierra Leona y la República Democrática del Congo. Se mantuvo estable en Cote d’Ivoire y se recuperó en Malí, apuntalado por las mejoras en la estabilidad política y la seguridad. Por otro lado, los países que no cuentan con grandes riquezas naturales, en particular Etiopía y Rwanda, también registraron un sólido crecimiento económico en 2013.
Los flujos de capitales dirigidos a la región de África al sur del Sahara continuaron en aumento, y se estima que en 2013 llegaron al 5,3 % del producto interno bruto (PIB) regional, un valor significativamente superior al promedio de los países en desarrollo, del 3,9 %. La inversión extranjera directa neta en la región creció un 16 % hasta alcanzar en 2013 los US$43 000 millones, una cifra casi récord, impulsada por las nuevas reservas de petróleo y gas descubiertas en varios países, como Angola, Mozambique y Tanzanía.
Debido a la baja en los precios internacionales de los alimentos y los combustibles y a las políticas monetarias prudentes, la inflación de la región se desaceleró y en 2013 registró una tasa anual de 6,3 %, mientras que el año anterior había llegado al 10,7 %. Sin embargo, algunos países, como Ghana y Malawi, experimentaron un repunte de la inflación debido a la depreciación de su moneda. Las remesas dirigidas a la región se incrementaron un 6,2 % en 2013 y alcanzaron los US$32 000 millones, valor que supera la cifra sin precedentes de US$30 000 millones registrada en 2011. Estos flujos de fondos, combinados con la baja en los precios de los alimentos, impulsaron los ingresos y los gastos reales de los hogares.
El turismo también creció notablemente en 2013 y ayudó a respaldar la balanza de pagos de muchos países de la región. Según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas, la cantidad de turistas internacionales que llegaron a África al sur del Sahara aumentó 5,2 % en 2013 y llegó a la cifra récord de 36 millones. Esto representa un aumento respecto de los 34 millones de 2012 y ha contribuido al incremento de los ingresos públicos y del sector privado y a la generación de empleo.
“La implementación de programas universitarios de calidad en África, en particular en áreas como ciencias aplicadas, tecnología e ingeniería, podrían permitir mejorar drásticamente la competitividad, la productividad y el crecimiento de la región”, sostiene Makhtar Diop, vicepresidente del Grupo del Banco Mundial para África. “Se necesitan reformas estratégicas para ampliar el acceso de los jóvenes a la educación de base científica, tanto a nivel de los países como de la región, y para garantizar que se gradúen con conocimientos de avanzada que resulten pertinentes y satisfagan las necesidades de los empleadores del sector privado”.
Diop señala asimismo que varios países africanos se ubican ya de manera reiterada entre los de mayor crecimiento como consecuencia de las acertadas reformas macroeconómicas emprendidas en los últimos años y debido a que el resto del mundo ha ido modificando su percepción del continente y lo considera una región de grandes oportunidades para el comercio, la inversión, los negocios, la ciencia, la tecnología y el turismo. “Sin embargo, las deficiencias de la infraestructura física seguirán limitando las posibilidades de crecimiento de la región. Para lograr una transformación duradera en sus economías, la mayoría de los países de la región deberá aumentar significativamente el gasto en infraestructura”.
En la publicación Africa’s Pulse, se afirma que el déficit de infraestructura de la región es más agudo en el sector vial y energético y que, en toda África, el suministro eléctrico oneroso y poco confiable, sumado a las deficiencias de la red vial, continúan representando un costo elevado para las empresas y el comercio dentro de la región.
Aún persisten riesgos para el rápido crecimiento
Según Africa’s Pulse, si bien se espera que el crecimiento del PIB de la región continúe más sólido que en muchos otros países en desarrollo, aún se observan diversos riesgos importantes.
Precios de los productos básicos: La baja en la demanda de metales y de otros productos básicos clave, combinada con el incremento de la oferta, podría conducir a una caída más abrupta en sus precios. En particular, si la demanda china —que representa cerca del 45 % de la demanda total de cobre y una proporción importante de la demanda mundial de mineral de hierro— se muestra más débil que en los últimos años y la oferta continúa creciendo a un ritmo sólido, los precios del mineral de hierro y el cobre podrían caer más marcadamente, lo que generaría importantes consecuencias adversas para los países productores de metales.
Volatilidad de los precios locales de los alimentos: En muchos países de África al sur del Sahara, han surgido intensas presiones sobre los precios locales, debido en parte a fuertes depreciaciones de la moneda, como en Ghana y Zambia, y también a condiciones climáticas desfavorables. En los países francoparlantes de África occidental, la sequía de 2013 provocó pérdidas en los cultivos de hasta el 50 % en ciertas zonas de la región del Sahel. Las grandes depreciaciones de la moneda y la caída en las cosechas locales provocada por la intensificación de las sequías podrían perjudicar a los compradores pobres y generar un aumento de la inflación. Una mayor integración con mercados regionales más amplios podría reducir la magnitud de los efectos de las perturbaciones localizadas sobre los precios, mientras que la reducción de las barreras comerciales y una mejor infraestructura comercial permitirían responder con mayor rapidez y eficiencia ante la escasez localizada de alimentos.
Incertidumbre política: Los riesgos internos asociados con el malestar social y político y los nuevos problemas de seguridad siguen representando una importante amenaza a las perspectivas económicas de varios países de la región. En Sudán del Sur, el nivel de acatamiento del cese del fuego firmado el 23 de enero de 2014 por los bandos enfrentados sigue siendo tenue, y la producción de petróleo se ha visto interrumpida por episodios esporádicos de violencia. En la República Centroafricana, la inseguridad y el desplazamiento de gran cantidad de personas alteran gravemente la actividad económica y los medios de subsistencia. Asimismo, es posible que las elecciones nacionales que se celebrarán próximamente en varios países desaceleren el ritmo de las reformas estructurales tan necesarias.
En un análisis especial incluido en Africa's Pulse sobre el crecimiento y los patrones comerciales del continente, se sostiene que la diversificación de las exportaciones continúa representando un desafío complejo para muchos países de la región, en particular para los productores de petróleo.
“Si bien las exportaciones de África al sur del Sahara siguen concentradas en unos pocos productos básicos estratégicos, los países de la región han logrado avances significativos para diversificar sus socios comerciales”, afirma Francisco Ferreira, economista en jefe del Banco Mundial para África. “Durante los últimos 10 años, las exportaciones dirigidas a mercados emergentes como los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) han mostrado un sólido crecimiento, principalmente debido al prolongado auge de la demanda de los productos básicos. Los BRIC recibieron solo el 9 % de las exportaciones de África al sur del Sahara en 2000, pero una década después representaban el 34 % del total de las exportaciones”.
Ferreira sostiene que el total de las exportaciones de la región dirigidas a los BRIC superó las destinadas a la Unión Europea en 2010 y continúa aumentando. En 2012, las exportaciones a los BRIC alcanzaron los US$145 000 millones. China representó cerca de la cuarta parte (23,3 %) del total de exportaciones de mercancías de la región. Desde luego, este cambio en los socios comerciales también pone de relieve la vulnerabilidad de la región ante cualquier desaceleración que se produzca en los BRIC, en particular en China.
El comercio de servicios está desaprovechado
Según Africa's Pulse, la globalización de los servicios es una fuente potencialmente importante de crecimiento para los países en desarrollo. Gracias a la tecnología y la tercerización, los servicios tradicionales pueden superar sus antiguas limitaciones, como la proximidad física y geográfica. Los servicios modernos, como el desarrollo de programas informáticos, los centros de llamadas y los procesos empresariales tercerizados, pueden comerciarse como productos manufacturados de valor agregado, lo que permite a los países en desarrollo que se centran en dichos servicios, en la innovación y la tecnología aprovecharlos como un importante motor del crecimiento.
¿La región de África al sur del Sahara ha sacado provecho de estas posibilidades? Las exportaciones de servicios de la región, cuyo valor supera los US$50 000 millones, se ubican a la zaga de las restantes regiones en desarrollo; sin embargo, crecen a un ritmo anual cercano al 12 % en promedio. Los servicios tradicionales, como el transporte y los viajes, pasaron de representar el 73 % de las exportaciones totales de servicios en 2005 a menos del 64 % en 2012, mientras que durante el mismo período, las de servicios modernos de la región incrementaron su participación en casi 10 puntos porcentuales, de poco más de 26 % del total de exportaciones de servicios a cerca del 36 %.
En algunos países, como Mauricio, Rwanda y Tanzanía, las exportaciones de servicios modernos registraron tasas de crecimiento anual de más de 10 % entre 2005 y 2012: Rwanda partió de una base muy escasa, de menos de US$40 millones en servicios exportados en 2005, a más del doble de ese valor para 2012, cuando llegó a casi US$85 millones. Tanto en Mauricio como en Rwanda, la rápida expansión de los servicios modernos es resultado de la mayor actividad en los negocios transables y los servicios financieros. Cerca del 60 % de los empleados de grandes empresas de Mauricio pertenecen al sector de servicios, que ofrece más oportunidades de empleo que la agricultura o la manufactura.
“Mientras Mauricio, Rwanda y Tanzanía han experimentado un rápido aumento en los servicios modernos, otros países como Kenya han comenzado a surgir también como ámbitos donde estos servicios se convierten en motores del crecimiento y el desarrollo. Esta es una magnífica noticia para otros países africanos que buscan sumarse al negocio de los servicios globalizados”, afirma Punam Chuhan-Pole, economista principal del Banco Mundial para la región de África y autor del informe Africa's Pulse.