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COMUNICADO DE PRENSA

Informe del BM-FMI mide los avances en los objetivos de desarrollo, incluso el nuevo objetivo que promueve la prosperidad compartida del 40% inferior.

Octubre 08, 2014


WASHINGTON, 8 de octubre de 2014 –Es necesario trabajar mucho más para terminar con la pobreza y cerrar la brecha en el estándar de vida de quienes se encuentran en el 40% inferior de la escala de ingresos en todo el mundo y el 60% que está por encima, señala el Informe sobre Seguimiento Mundial (ISM) 2014/2015, publicado hoy por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El informe detalla por primera vez la doble meta que tiene el Grupo del Banco Mundial de poner fin a la pobreza extrema en 2030 y promover la prosperidad compartida, medida como el crecimiento en el ingreso del 40% inferior de la población. El ISM 2014/2015 sigue monitoreando los avances de los objetivos de desarrollo del milenio (ODM), que inspiraron la meta doble del GBM.

“El mundo ha avanzado sustancialmente en reducir la pobreza –disminuyó de manera impresionante en dos tercios– en los últimos 25 años, y ahora tenemos la oportunidad de ponerle fin totalmente en menos de una generación”, sostuvo el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim. “Pero no terminaremos nuestra labor a menos que encontremos la manera de reducir la desigualdad, que persiste obstinadamente en todo el mundo. La visión de un mundo más igualitario significa que tenemos que encontrar maneras de repartir la riqueza con los miles de millones de personas que casi no tienen nada”.

El informe señala que se ha logrado reducir bastante la pobreza extrema, es decir las personas que viven con menos de US$1,25 al día. No obstante, la cifra de pobreza sigue siendo inaceptablemente alta, con un poco más de 1000 millones de personas (14% de la población mundial) en 2011, en comparación con 1200 millones (19% de la población mundial) en 2008.

Las proyecciones del Informe muestran que la pobreza seguirá obstinadamente elevada en las regiones del sur de Asia y África al sur del Sahara, donde se calcula que en 2030 vivirán 377 millones de los 412 millones de pobres del mundo. En 2011, ambas regiones alojaban a 814 millones de los 1000 millones de pobres del mundo.

"Si es impactante que la línea de la pobreza sea de US$1.25 al día, lo es mucho más que 1/7 de la población del mundo viva por debajo de este umbral”, dijo Kaushik Basu, vicepresidente superior y economista en jefe del Grupo del Banco Mundial. "Los niveles de desigualdad y pobreza que prevalecen en el mundo de hoy son totalmente inaceptables. El Informe sobre Seguimiento Mundial de este año, que reúne en un solo libro un panorama estadístico del lugar donde se encuentra en mundo en relación con estos objetivos, es una aporte fundamental para cualquiera que desee acometer estos enormes desafíos de nuestra era."

En una nueva base de datos sobre prosperidad compartida de 86 países, que incluye a 24 países de ingreso alto, los resultados iniciales muestran que el ingreso del 40% inferior de la población creció más rápido que el promedio nacional en muchos de ellos. Se debe profundizar en el análisis para comprender qué factores explican los logros registrados en estos países.

Sin embargo, en términos de estándares de vida, el 40% inferior de la población del mundo en desarrollo está mucho peor en cuanto a acceso a educación, salud y saneamiento. Por ejemplo, los niños de los hogares más pobres tienen prácticamente dos veces más probabilidades de desnutrirse que aquellos que pertenecen al 60% superior. En el mundo de ingresos altos, analizado por primera vez en el Informe, la principal preocupación es la desigualdad de ingresos que ha alcanzado niveles sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. El análisis sobre los países de ingresos altos es un aporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El capítulo de la OCDE concluye que, entre los países de ingresos altos, el promedio de ingresos del 10% de la población es cercano a 9,5 veces el ingreso del 10% más pobre, en comparación con 7 veces hace 25 años. El capítulo también analiza en qué medida los países más ricos modifican sus sistemas tributarios y de transferencias a fin de mejorar su impacto redistributivo.

Respecto de los ODM, el Informe reitera que se logró el objetivo de la pobreza tres años antes de la fecha límite fijada para 2015. Además, se cumplieron otras tres metas secundarias y podría suceder lo mismo con las metas relativas a igualdad de género en la educación secundaria y la incidencia del paludismo. No obstante, los objetivos secundarios de saneamiento y mortalidad materna e infantil no se cumplirán antes de 2015.

“Pese a la debilidad de la economía mundial en 2014, seguimos proyectando que el crecimiento de los países en desarrollo de ingresos bajos será de 6% a mediano plazo, una buena noticia para los pobres del mundo. En general somos optimistas sobre las perspectivas de crecimiento de las tres regiones donde vivía casi el 95% de los pobres de mundo en 2011 –Asia oriental, Asia meridional y África al sur del Sahara– pero tenemos que tener en cuenta que hay muchos países en estas regiones donde las perspectivas de crecimiento son mucho menos prometedoras”, expresó Sean Nolan, subdirector del Departamento de Estrategia, Políticas y Revisiones del FMI.

El Informe reafirma la importancia del crecimiento para el desarrollo pero destaca también que el crecimiento tiene más posibilidades de reducir la pobreza y promover la prosperidad compartida si es inclusivo y sostenible. Tres elementos clave resultan ser de particular importancia: mayor inversión en capital humano, uso sensato de redes de seguridad y pasos para garantizar la sostenibilidad ambiental del desarrollo.

Las prioridades nacionales a la hora de invertir en educación difieren en todo el mundo. Los países en desarrollo tienen que poner más atención al desarrollo de la primera infancia, porque la nutrición deficiente a temprana edad tiene consecuencias de por vida para los logros en educación y la capacidad de los pobres de obtener mejores empleos remunerados y, en última instancia, romper el ciclo intergeneracional de la pobreza. En las economías de ingreso alto de la OCDE, se debe poner énfasis en asegurar que los niños de los grupos desfavorecidos asistan a la escuela preescolar como medio para progresar en la vida.

Las redes de seguridad bien diseñadas pueden desempeñar una función vital en el fomento del desarrollo humano inclusivo. En algunos países de ingreso medio y bajo, estas redes ayudan a los pobres y vulnerables, redistribuyen los beneficios del crecimiento y mejoran la capacidad de los pobres de aprovechar los beneficios del desarrollo económico. En los países desarrollados, los sistemas de protección social son inclusivos y eficientes si operan en conjunto con las políticas de empleo, en especial si promueven el empleo de los trabajadores jóvenes y de edad más avanzada.

Garantizar la sostenibilidad del medioambiente es vital y todos los países enfrentan desafíos por el agotamiento de los recursos naturales, la degradación de los ecosistemas, la contaminación y el cambio climático. Cuando se diseñan con atención, las estrategias de crecimiento verde pueden hacer frente a estos desafíos mejorando la gestión de los recursos naturales, reduciendo la contaminación y las emisiones, aumentando la eficiencia de los recursos y fortaleciendo la resiliencia.

“Estos tres elementos de inversión en capital humano, redes de protección y sostenibilidad ambiental, son centrales en la estrategia de desarrollo de cualquier país y fundamentales para el logro de la doble meta del GBM, los ODM o los objetivos de desarrollo sostenible que se espera sigan a los ODM”, agregó Jos Verbeek, autor principal del ISM 2014/2015.



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COMUNICADO DE PRENSA N.º
2015/138/DEC

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