Kim dice que las lecciones para Corea se aplican a todo el mundo
Seúl, 4 de noviembre de 2014. El presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, instó a los educadores y a las autoridades responsables de las políticas de Corea a lograr un mejor equilibrio en el sistema educativo nacional, que es extraordinario pero muy estresante, y señaló que ese país puede construir una economía más sólida y más creativa si alienta a los estudiantes a desarrollar una combinación de diversas competencias cognitivas y no cognitivas.
En su tercera visita a su tierra natal en calidad de presidente del Grupo Banco Mundial, Kim también hizo un llamado a eliminar las rígidas jerarquías socioeconómicas relacionadas con la edad y el género para que la economía coreana pueda beneficiarse del potencial que encierran las mujeres y los jóvenes. Dijo que las lecciones derivadas de los notables logros de ese país, así como los esfuerzos que se están realizando para encarar los desafíos actuales, revisten importancia no solo en Corea, sino que para todo el mundo.
“Desde un punto de vista histórico, Corea ha logrado avances verdaderamente extraordinarios en los últimos 50 años: ha creado una nación con un elevado nivel de instrucción, industrialización y prosperidad en un territorio que antes estuvo profundamente afectado por la pobreza y los conflictos”, dijo Kim. “Hoy, la próxima frontera socioeconómica de Corea consiste en dar rienda suelta a todo el potencial creativo de los estudiantes, las mujeres y los jóvenes, y fomentar el libre flujo de ideas en toda la economía”.
Kim intervino en un simposio patrocinado por el Ministerio de Educación, donde insistió en la necesidad de crear entornos de trabajo más abiertos e inclusivos y reducir la brecha de género en la participación en la fuerza laboral y los salarios.
En 2012, el número de mujeres que egresaron de la universidad fue mayor que el de hombres. Sin embargo, apenas el 56% de las mujeres en edad de trabajar tienen empleo actualmente, en comparación con el 78% de los hombres. Además, las mujeres coreanas ganan un 37% menos que los hombres coreanos, lo que constituye la mayor brecha de género en un país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
“Corea no está aprovechando bien la enorme productividad y creatividad de sus ciudadanas”, dijo Kim. “Una mayor integración de las mujeres en la fuerza laboral tendría considerables ventajas económicas para Corea. En un estudio se señala que con la reducción de la brecha entre hombres y mujeres en la fuerza de trabajo las tasas anuales de crecimiento del producto interno bruto podrían aumentar 0,6% en los próximos 20 años”.
Al explicar su visión global del capital humano en el siglo XXI, Kim señaló que la creatividad, la innovación y la energía emprendedora eran hoy más importantes que nunca, no solo para impulsar el crecimiento económico sino para resolver algunos de los problemas más graves del mundo, como el actual brote de ébola.
Médico y antropólogo de profesión, Kim reflexionó que tanto sus competencias académicas como sus experiencias transculturales habían cumplido un papel importante en su carrera, como haberle ayudado a encontrar formas creativas de tratar enfermos en países pobres y a establecer metas ambiciosas para el Grupo Banco Mundial.
“Emprender nuevos desafíos, resolver problemas en forma creativa y trabajar en diferentes situaciones y culturas son ahora tareas primordiales del capital humano”, dijo Kim. “En nuestra tarea de reducir la pobreza y generar una prosperidad compartida, la interacción económica entre los países de ingreso alto e ingreso mediano —cuyas cifras cabe esperar que aumentarán drásticamente para 2030— tendrá un alcance cada vez más global, estará cada vez más impulsada por la tecnología y se centrará cada vez más en los servicios. Para encarar estos desafíos, las economías de todo el mundo necesitarán muchas más personas que puedan pensar y resolver problemas con creatividad, y el punto de partida de Corea es muy alto”.
Kim explicó que el énfasis que pone en la necesidad de desarrollar una combinación adecuada de competencias se basa en estudios realizados por el Grupo Banco Mundial en colaboración con el Instituto Coreano de Fomento de la Educación (KEDI, por su sigla en inglés) y varios centros de estudios de ese país. Refiriéndose a una edición del estudio titulado Intelligence, personality, and creativity: Unleashing the power of intelligence and personality traits to build a creative and innovative economy (Inteligencia, personalidad y creatividad: Dar rienda suelta al poder de la inteligencia y los rasgos de personalidad para crear una economía creativa e innovadora) preparada para la conferencia, Kim observó que el sistema educativo coreano había hecho una excelente labor en desarrollar las competencias cognitivas y ciertas competencias no cognitivas, como la escrupulosidad y el tesón.
Las pruebas internacionales muestran que los niños y niñas coreanos de 15 años ocupan los primeros lugares del mundo en las pruebas de solución de problemas en forma creativa. Sin embargo, los costos psicológicos inherentes al sistema pueden estar impidiendo la creatividad, ya que los estudiantes se concentran demasiado en algunas materias y sus familias tienen dificultades para pagar costosas clases particulares.
“Corea tiene un sistema educativo con un desempeño altísimo, pero con ese nivel de rendimiento también se produce agotamiento y un creciente nivel de estrés para los estudiantes y sus familias”, dijo Kim, haciendo un llamado a lograr un mayor equilibrio en el etos impulsado por los resultados.
“El capital humano en el siglo XXI puede conceptualizarse como un equilibrio de factores: las competencias no cognitivas y cognitivas de cada persona, y la creatividad de jóvenes y viejos, de mujeres y hombres”, señaló. “Por lo tanto, el impulso de Corea para lograr una economía creativa e innovadora es un reto que los seguidores de Confucio apreciarían. Como el yin y el yang, lo que nos aguarda es un proceso de armonización para lograr el equilibrio de estos factores. En Corea, el actual diálogo nacional sobre cómo fomentar tasas de crecimiento económico sostenidas y elevar los niveles de vida es parte de esta progresión”.