Se prevé que su tasa de crecimiento económico aumente hasta llegar al 7,4 % en 2016.
Ciudad de WASHINGTON, 13 de abril de 2015. La vigorosa expansión registrada en India, aunada a los precios favorables del petróleo, hacen prever una aceleración del crecimiento económico en Asia meridional. La región es una de las más favorecidas en el mundo por el bajo precio del petróleo, pues todos los países que la integran son importadores netos de ese producto. Ya en el último trimestre de 2014 era la región de más acelerado crecimiento, según un informe del Banco Mundial.
De acuerdo con el informe semestral South Asia Economic Focus (informe económico sobre Asia meridional), las proyecciones indican un aumento sostenido de la tasa de crecimiento regional, que pasaría de 7 % en 2015 a 7,6 % a más tardar en 2017, en virtud de la persistencia de un sólido nivel de consumo y una creciente inversión. Dada la gravitación de India en el producto interno bruto (PIB) de la región, las proyecciones reflejan en gran medida la aceleración del crecimiento que previsiblemente se registrará en ese país, impulsada por reformas orientadas hacia los negocios y por preferencias más acusadas de los inversionistas.
La disminución de los precios del petróleo se ha reflejado en diferente grado en los precios internos de los productos petrolíferos en las diversas partes de la región. En Pakistán el traslado superó el 50 % en lo que respecta a la mayoría de los productos petrolíferos, pero no se dio en ninguna medida en Bangladesh.
Aunada a los precios favorables de los alimentos, la disminución del precio del petróleo ha contribuido a desacelerar pronunciadamente la inflación. En tan solo un año, la tasa de inflación de Asia meridional, que era la más alta entre las registradas en las regiones en desarrollo, pasó a ser la más baja. En marzo de 2013 el Índice de precios al consumidor de la región había aumentado un 7,3 % de un año a otro, en comparación con el 1,4 % registrado en marzo de 2015.
El informe pone de manifiesto la disminución de las vulnerabilidades externas. Las balanza en cuenta corriente es sólida en la mayoría de los países. La afluencia de capital a India pasó del 1,9 % al 3,4 % del PIB, aunque las inversiones de cartera más inestables representan actualmente una mayor proporción del total. Se han creado depósitos de reservas internacionales en todas partes de la región; incluso en Pakistán, que se encuentra ahora fuera de la zona de peligro.
Los resultados de la región en materia de exportación, en cambio, han sido desalentadores. Tras la promisoria recuperación experimentada el año pasado, el proceso se está desacelerando: en ninguna parte de la región la tasa de crecimiento de la exportación distaba mucho de cero al final de 2014.
“Para Asia meridional la evolución del precio del petróleo aún no ha surtido los máximos beneficios posibles, pero no se reflejará automáticamente en las cuentas del sector público o del consumidor”, señaló Martín Rama, economista principal para Asia meridional del Banco Mundial, quien agregó: “Los bajos precios del petróleo brindan la oportunidad de racionalizar los precios de la energía, reduciendo la carga fiscal que representan los subsidios y contribuyendo a la sostenibilidad ambiental”.
En el informe se señala que India ya ha adoptado alentadoras medidas encaminadas a desvincular los precios del petróleo de los déficits fiscales y a introducir un sistema impositivo que grave el carbono para hacer frente a las externalidades negativas resultantes del uso de combustibles fósiles. El desafío consistirá en mantener el rumbo frente a un aumento del precio del petróleo que bien puede darse a mediano plazo.
“Las economías suscitadas por la reducción del gasto en subsidios podrían utilizarse para atender las apremiantes necesidades de infraestructura, servicios básicos y respaldo focalizado para los pobres que experimenta la región”, señaló Annette Dixon, vicepresidenta de la Oficina Regional de Asia meridional del Banco Mundial. Del informe se desprende que la disminución de los precios del petróleo tenderá a beneficiar a los hogares de la región tanto en forma directa —a través de la reducción del gasto en energía— como indirecta, en virtud de la aceleración del crecimiento económico. No obstante, salvo en lo que respecta al queroseno, los hogares más ricos gastan más en productos petrolíferos, por lo cual tienden a beneficiarse en mayor medida.