Recuperación frágil en la Unión Europea y en los Balcanes occidentales
El crecimiento se está acelerando lentamente en la Unión Europea y los Balcanes occidentales, y pasó del 1,5 % al 1,9 % entre 2014 y 2015. Es probable que en Europa meridional, aunque siga registrándose un crecimiento moderado, se observe la aceleración más pronunciada, del 0,4 % al 1,3 % entre el año pasado y el presente año.
Empero, en Europa central se está logrando el crecimiento más rápido, a una tasa estimada del 3,3 % en 2015. Según la hipótesis básica de referencia, el crecimiento de este año se acelera en 2016 pero existe, sin embargo, considerable incertidumbre para la región en adelante.
“La recuperación en la Unión Europea sigue siendo frágil”, afirmó Hans Timmer, economista en jefe de la Oficina Regional de Europa y Asia central del Banco Mundial, al presentarse el informe. “La recuperación sostenida solo es posible si repuntan las inversiones, cuyo nivel sigue siendo el 12 % inferior al registrado en 2007. La fuerte dependencia del sector bancario que se observa en Europa y la engorrosa solución del sobreendeudamiento han retrasado este repunte. El aumento mundial de la volatilidad del mercado financiero, así como los riesgos geopolíticos persistentes, han tornado más incierto el repunte de las inversiones que hace falta”.
“El tamaño relativamente pequeño de los mercados de capital como fuente de financiamiento distinta de los préstamos bancarios también ha reducido la velocidad de la recuperación”, agregó Timmer. “Los avances hacia una unión de mercados de capital, si bien están lejos de prosperar, ayudarían a desarrollar las fuentes privadas de capital al unificar las reglas en toda la región y ayudarían a los inversores a evaluar mejor los riesgos para intensificar la inversión privada”.
Marcada reducción del ingreso en los países de la región dependientes del petróleo
En la parte oriental de la región de Europa y Asia central se ha registrado una franca contracción en los últimos 12 meses, y se prevé que el producto disminuirá el 0,9 % en 2015, y después se recuperará a un crecimiento moderado del 1,5 % en 2016 a medida que los países sigan adaptándose a la reducción del precio del petróleo. Las bajas más pronunciadas se han observado en la Federación de Rusia, donde según las proyecciones habrá una contracción del 3,8 % en 2015 y del 0,6 % en 2016, debido a la atonía de los mercados del petróleo.
El Cáucaso meridional, otros países de Europa oriental (Belarús, Moldova y Ucrania), y Asia central se han visto muy afectados por el cambio desfavorable de la coyuntura en la Federación de Rusia y la crisis del precio del petróleo, en forma directa e indirecta en virtud de la baja del precio del petróleo, las remesas y el comercio. Se prevé que las tasas de crecimiento en 2015 serán de la mitad de las registradas en 2014 en el Cáucaso meridional y Asia central, en tanto que se estima que en otros países de Europa oriental han bajado más a niveles de recesión.
En Turquía, se estima que el crecimiento aumentará moderadamente, del 2,9 % al 3,2 % entre 2014 y 2015. A medida que los mercados de la región se adapten a la baja de los precios y que las economías de los países adelantados, especialmente de la Unión Europea y los Estados Unidos, sigan creciendo se prevé que tanto en Europa oriental como en Asia central y en Turquía en 2016 se registre un crecimiento más alto, aunque modesto, en tanto que según las proyecciones en la Federación de Rusia continuará habiendo contracción, aunque a un ritmo más moderado.
En el caso de los países afectados adversamente en forma directa e indirecta por la baja del precio del petróleo en Europa oriental y Asia central, el PIB no explica por sí mismo el total de la pronunciada baja del poder adquisitivo de sus ciudadanos. El Ingreso interno real de un país comprende el PIB real y también las remesas recibidas del exterior, así como las ganancias o las pérdidas de las variaciones del precio de las exportaciones y las importaciones. El efecto de la crisis del precio del petróleo y la devaluación del rublo ha tenido un efecto adverso mucho mayor en el poder adquisitivo que el que se pone de manifiesto tan solo en el PIB.
Habida cuenta de la reducción del poder adquisitivo de muchos hogares de la parte oriental de la región, se prevé que las tasas de la pobreza aumentarán en varios países. Esto representa la inversión de la tendencia anterior a la baja de las tasas de pobreza en toda la región.
Los hogares pobres de los países exportadores de petróleo y las naciones receptoras de remesas se están viendo afectados por el aumento de los precios de las importaciones por causa de las devaluaciones, la desaparición de puestos de trabajo en la construcción y otros sectores no comerciables, y las presiones fiscales. Esto pone de relieve la necesidad de un ajuste rápido de la nueva realidad económica. El empeoramiento de las tasas de pobreza solo puede detenerse si los países aprovechan las nuevas oportunidades en los sectores comerciables.
Los ajustes cambiarios, junto con una política monetaria de disciplina y control para mantener bajo control la inflación interna, ayudarán a los países de la parte oriental de la región a recuperar la competitividad en los mercados mundiales. Asimismo, el ritmo de las reformas a largo plazo se ha desacelerado y persisten grandes diferencias en el caso de Europa oriental, Asia central y el Cáucaso meridional, por ejemplo, en materia de política de competencia, privatización en pequeña escala, regímenes de comercio y cambiarios, y liberalización de precios.
La revitalización de las reformas es un paso necesario con miras a crear resistencia económica y volver a poner a la región en el rumbo del crecimiento sólido. El Banco Mundial ayuda a los países clientes de la región de Europa y Asia central a abordar estos y otros desafíos con el objetivo de reducir la pobreza e impulsar la prosperidad compartida a través del diálogo sobre políticas, los estudios analíticos, el financiamiento de proyectos y los servicios de asistencia reembolsables.