COMUNICADO DE PRENSA

Crimen y productividad, condicionantes del crecimiento económico en Honduras

Abril 08, 2016

  • Nuevo análisis del Banco Mundial también señala la importancia de la calidad institucional
  • Estudio identifica fortalezas y políticas que podrían fomentar el desarrollo

TEGUCIGALPA, 8 de abril de 2016 – Honduras posee una ubicación estratégica clave y una base industrial con vocación exportadora que deben contribuir a una mayor inversión, un mayor crecimiento económico y una mayor generación de empleo. Sin embargo, para aprovechar el gran potencial del país es fundamental atacar la raíz de los altos niveles de crimen y violencia, la baja productividad y la débil calidad institucional, según un nuevo estudio analítico del Banco Mundial.

El documento, “Desatando el potencial económico para mayores oportunidades” (i) , señala como fortalezas la ubicación del país -con buen acceso a puertos de Estados Unidos gracias a la cercanía de Puerto Cortés- y los relativamente altos niveles de Inversión Directa Extranjera, alrededor del 6 por ciento del PIB. Otros aspectos positivos son su sector manufacturero, que representa un 20 por ciento del PIB (un porcentaje alto en comparación con otros países de América Latina y el Caribe) y el hecho de que una tercera parte de su población está entre los 10 y los 24 años.

A pesar de estas fortalezas, existen cuellos de botella que afectan el desarrollo del país, como una elevada inequidad en el acceso a la salud y la educación, infraestructura inadecuada o acceso relativamente bajo al capital, lo cual se traduce en altos niveles de pobreza. Honduras se encuentra entre los países más pobres del Hemisferio Occidental, con cerca de uno de cada cinco hondureños viviendo con menos de US$1,90 al día. Según el estudio, estos altos niveles de pobreza y desigualdad se pueden explicar por la existencia de tres factores condicionantes que se transforman en círculos viciosos.

El primero de ellos tiene su origen en los altos niveles de criminalidad y violencia, que tienen un costo del 10 por ciento del PIB (unos US$900millones). La criminalidad limita la competitividad, desalienta el espíritu empresarial y la inversión y frena la creación de empleo, lo cual afecta el crecimiento. A su vez, un crecimiento lento reduce las oportunidades económicas y amplía la posibilidad de que la población vulnerable se una a grupos criminales.

Un fenómeno similar ocurre con la baja productividad del país, que el documento relaciona, en gran parte, a los altos flujos de remesas que llegan como consecuencia de los altos niveles migratorios, y que en 2014 constituyeron cerca del 18 por ciento del PIB. Si bien las remesas han contribuido a la reducción de la pobreza, también afectan la participación en la fuerza laboral de las familias que las reciben, distorsionan los precios locales y causan una apreciación real de la moneda. Esto reduce la competitividad de los productores hondureños y frena el crecimiento económico, lo cual a su vez limita las oportunidades para mejores empleos, llevando a que más hondureños migren y esta emigración resulte en más remesas.

De acuerdo al informe (elaborado por los economistas Marco A. Hernández Ore, Liliana D. Souza y J. Humberto López) a estos dos factores - que han aparecido en los últimos 15 años - se le tiene que sumar un factor que ha estado presente desde hace varias décadas: la débil calidad institucional. Estas debilidades institucionales contribuyen a limitar el crecimiento, la inclusión social y el surgimiento de una clase media que demande una modernización institucional. Dinámicas de este tipo contribuirían a generar una situación de estancamiento, donde unas instituciones débiles limitan el desarrollo económico y, a su vez, la falta de desarrollo limita el fortalecimiento institucional.

El estudio incluye recomendaciones de políticas públicas para romper o revertir los diversos círculos viciosos. En cuanto a la criminalidad, resalta la necesidad de reforzar la prevención de la violencia y el cumplimiento de la ley, mientras que para romper el ciclo entre baja productividad, migración y bajo crecimiento recomienda mejorar la educación y las capacidades para competir. Las sugerencias para mejorar la calidad de las instituciones incluyen el fortalecimiento del estado de derecho y del sistema judicial y la mejora del marco de rendición de cuentas.

El análisis del Banco Mundial ofrece una visión de los aspectos que desde hace años limitan el desarrollo de Honduras y propone acciones efectivas en diferentes frentes para cambiar las dinámicas existentes”, señaló Giorgio Valentini, representante del Banco Mundial en Honduras. Sabemos que el Gobierno de Honduras está trabajando para solucionar muchos de los limitantes identificados en el análisis del Banco Mundial y para acelerar el crecimiento y la inclusión social, para así fomentar el desarrollo del país en beneficio de todos los hondureños”, agregó, por su parte, J. Humberto López, Director del Banco Mundial para Centroamérica.

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COMUNICADO DE PRENSA N.º
2016/003/HN

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