CIUDAD DE WASHINGTON, 12 de abril de 2016. Según un nuevo informe que ha hecho público hoy el Banco Mundial, las instituciones de desarrollo pueden tomar medidas inmediatas para hacer que la paz sea posible hoy en Siria. Que sigan librándose batallas hace que las perspectivas a corto plazo para la región de Oriente Medio y Norte de África continúen siendo sombrías, al tiempo que sigue deteriorándose la situación humanitaria y económica en los países asolados por la guerra.
La previsión económica para la región de Oriente Medio y Norte de África que ofrece el informe augura un promedio de crecimiento regional del producto interno bruto (PIB) del 3 % para 2016. Las perspectivas de un crecimiento más rápido son mínimas debido a la combinación de guerras civiles y flujos de refugiados, ataques terroristas, petróleo barato y una débil recuperación económica mundial. Las guerras civiles han perjudicado gravemente las economías de Siria, Libia, Yemen e Iraq, y han tenido efectos indirectos en las economías de Líbano y Jordania. A pesar del bajo precio del petróleo, se ralentizará el crecimiento de los países importadores de este producto en la región, a causa de la persistencia de los problemas de seguridad y de la escasa actividad turística y entrada de remesas. El crecimiento en los países exportadores de petróleo, incluidos los seis países del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, se verá afectado por los precios del petróleo, persistentemente bajos.
“Aunque la perspectiva a corto plazo sigue siendo ‘moderadamente pesimista’, existe la oportunidad de comenzar a abordar la principal fuente de la desaceleración —la guerra civil en Siria— mediante una estrategia de reconstrucción incluyente”, dijo Shanta Devarajan, economista jefe del Banco Mundial para la región de Oriente Medio y Norte de África.
Según el informe, la paz y la reconstrucción son las dos caras de una misma moneda, por lo que una estrategia de reconstrucción para Siria —el país que más ha padecido la devastación de la guerra— podría contribuir a promover una paz duradera.
Siria comienza su sexto año de guerra civil y el conflicto se ha cobrado más de 470 000 vidas, ha expulsado a la mitad de la población del país fuera de sus hogares y, a mediados de 2014, había destruido entre USD 70 000 millones y USD 80 000 millones en reservas de capitales. En el interior del país, la situación se ha deteriorado radicalmente durante el último año, especialmente en las zonas en disputa. Es acuciante la necesidad de más proyectos de mitigación y resiliencia en el interior del país. La falta de servicios básicos como asistencia sanitaria, agua, saneamiento, electricidad y educación ha tenido consecuencias humanitarias devastadoras.
El último informe del Grupo Banco Mundial MENA Economic Monitor (“La evolución económica en la región de Oriente Medio y Norte de África”) sostiene que, dada la persistencia del impacto de la guerra civil sobre la sociedad siria, y considerando que, para que pueda iniciarse, una reconstrucción en gran escala tendrá que esperar a que llegue la paz, las instituciones de desarrollo pueden comprometerse a respaldar una estrategia de construcción ambiciosa e incluyente que por sí misma podría fomentar la paz. En el informe se pone de manifiesto que un programa de desarrollo más audaz podría contribuir a que se generasen alivio y apaciguamiento en el corto plazo, y estabilidad en el largo.
El informe subraya la necesidad de que en Siria se participe de forma más activa en todos los sectores mediante alianzas con actores no estatales neutrales y consolidados. Si garantizan financiamiento en forma de donaciones y asistencia técnica, las organizaciones internacionales pueden brindar la necesaria asistencia que precisa el país al tiempo que se genera y difunde conocimiento. Ello contribuiría a que la comunidad internacional incrementara gradualmente su ayuda cuando se consiga la paz. Entre las intervenciones a corto plazo que pueden generar beneficios considerables en el contexto de un alto el fuego continuado, figuran la provisión sin más demora de empleos y de empoderamiento económico, especialmente para los hogares encabezados por mujeres. A corto plazo, con la formación de trabajadores de la salud se cubrirán las carencias del éxodo de los profesionales cualificados, y a largo plazo se incentivará a los proveedores de atención médica capacitados a regresar a Siria.
El informe exhorta a las organizaciones de desarrollo a promover un plan de reconstrucción integral e incluyente. “La reconstrucción de una Siria estable también significa abordar las causas subyacentes de la guerra civil, en particular, las disparidades regionales y la distribución desigual de los recursos”, dijo Quy‑Toan Do, economista superior del Banco Mundial y coautor del informe.“La reconstrucción del país no puede estar únicamente impulsada por proyectos de infraestructura, tiene que brindar instituciones incluyentes necesarias para reconstruir la confianza y mitigar las tensiones sociales”. Por consiguiente, se puede emplear una estrategia de reconstrucción creíble, en primer lugar, como instrumento para promover el acercamiento de las partes en conflicto hacia un acuerdo de paz.