WASHINGTON, 14 de abril de 2016 – El Presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, instaron hoy a los líderes mundiales y nacionales a que intensifiquen y aceleren las medidas y las inversiones en nutrición y en programas para el desarrollo en la primera infancia, como base fundamental del desarrollo equitativo y del crecimiento económico.
Las dos organizaciones anunciaron la creación de una nueva alianza que pretende lograr que el desarrollo en la primera infancia se convierta en una prioridad mundial en materia de políticas, programación y gasto público, con el fin de ofrecer a todos los niños acceso a servicios de calidad que mejoren su salud, nutrición, capacidad de aprendizaje y bienestar emocional.
Los avances en la neurociencia y los estudios económicos más recientes muestran que las experiencias vividas durante la primera infancia tienen un profundo impacto en el desarrollo del cerebro y en el aprendizaje posterior, así como en la salud y los ingresos en la edad adulta. Los niños que están mal alimentados, o los que no reciben cuidados ni estimulación temprana, tienen más probabilidades de aprender menos en la escuela y de ganar menos cuando son adultos.
En todo el mundo, millones de niños menores de cinco años corren el riesgo de no lograr nunca un desarrollo pleno. Uno de cada cuatro niños menores de cinco años (159 millones) sufre retraso en el crecimiento debido a la malnutrición, unas cifras que son considerablemente más elevadas en partes de África y Asia meridional. Casi la mitad de los niños de 3 a 6 años carecen de acceso a la educación preescolar. En África subsahariana, el 80% no están matriculados en programas preescolares.
“Ha llegado el momento de tratar el retraso en el crecimiento en la infancia como una emergencia económica y un problema para el desarrollo”, dijo el Presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim. “¿Cómo pueden competir los países en lo que sin duda será una economía mundial más digitalizada en el futuro si un tercio o más de sus niños sufren retraso en el crecimiento? Nuestra incapacidad para realizar las inversiones adecuadas en el desarrollo en la primera infancia condena a millones de niños a vivir en la exclusión. No podemos prometer la equidad en los resultados del desarrollo, pero podemos insistir en la equidad de oportunidades”.
Nuevas pruebas científicas demuestran que la exposición prolongada a la adversidad, como la que sufren los niños que crecen en los países afectados por conflictos o en hogares donde impera la violencia doméstica, puede causar estrés tóxico, una condición que también puede inhibir el desarrollo máximo del cerebro en la primera infancia.
“Lo que estamos aprendiendo acerca de todos los elementos que afectan el desarrollo de los cerebros de los niños –tanto si sus órganos están bien nutridos como si se estimulan sus mentes o se les protege contra la violencia– ya está cambiando la forma en que pensamos sobre el desarrollo en la primera infancia. Ahora debe cambiar la forma de actuar”, dijo el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake.
Por medio de la nueva alianza, el Grupo del Banco Mundial y UNICEF invitan a los gobiernos, a los asociados en el desarrollo, a la sociedad civil, a las fundaciones y al sector privado a que consideren el desarrollo en la primera infancia como una prioridad mundial y nacional en materia de desarrollo. El objetivo es apoyar los esfuerzos dirigidos por los países para invertir en nutrición, estimulación temprana, aprendizaje y protección, y actuar junto a las comunidades para ampliar la demanda de estos servicios de desarrollo en la primera infancia de alta calidad para todos los niños.
Los beneficios de los programas para el desarrollo en la primera infancia son especialmente sólidos en el caso de los niños pobres y desfavorecidos. Por ejemplo, un estudio realizado durante 20 años en Jamaica demostró que los niños desfavorecidos que habían sido expuestos a las intervenciones de estimulación temprana de alta calidad cuando eran bebés y niños pequeños ganaron luego, cuando se hicieron adultos, salarios hasta un 25% más elevados, equivalentes a los de los adultos que crecieron en hogares más ricos.
El desarrollo en la primera infancia es también una inversión en el crecimiento económico. Las pruebas sugieren que cada dólar adicional invertido en programas de desarrollo en la primera infancia de calidad produce un retorno de entre 6 y 17 dólares.
En una medida que reconoce la comprensión cada vez mayor de la importancia del desarrollo en la primera infancia, los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen una meta en esta materia, la primera vez que el desarrollo en la primera infancia se ha incluido explícitamente en unos objetivos mundiales de desarrollo. La meta 4.2 de los ODS propone aumentar el porcentaje de niños menores de 5 años cuyo desarrollo vaya en la buena dirección en materia de salud, bienestar psicosocial y aprendizaje. Aunque el desarrollo en la primera infancia se encuentra entre las metas de los ODS relacionadas con la educación, ofrece un vínculo natural con otros objetivos, entre ellos la reducción de la pobreza, la salud y la nutrición, la igualdad de las mujeres y las niñas, y la erradicación de la violencia.
Acerca del Grupo del Banco Mundial
La misión del Grupo del Banco Mundial es luchar contra la pobreza y mejorar condiciones de vida de las personas en el mundo en desarrollo. Una de las mayores fuentes del mundo en materia de financiación y conocimiento para los países en desarrollo, el GBM está apoyando cada vez más el desarrollo en la primera infancia en todo el mundo. Desde el año 2000, el GBM ha invertido 6.000 millones de dólares en programas de desarrollo en la primera infancia, incluyendo 3.000 millones de dólares solamente en los últimos dos años.
Para obtener más información sobre el Grupo del Banco Mundial y el desarrollo en la primera infancia, visite www.worldbank.org/en/topic/earlychildhooddevelopment
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