Nuevos datos ponen de relieve el impacto oculto del cambio climático y la irregularidad de las lluvias.
CIUDAD DE WASHINGTON, 24 de octubre de 2017. Las sequías recurrentes en todo el mundo tienen consecuencias alarmantemente graves y a menudo ocultas, ya que destruyen cantidades de productos agrícolas que podrían alimentar a 81 millones de personas diariamente durante todo un año, dañan los bosques y amenazan con dejar atrapadas en la pobreza a generaciones de niños, según un nuevo informe del Grupo Banco Mundial.
En el informe Uncharted Waters: The New Economics of Water Scarcity and Variability (Aguas inexploradas: La nueva economía de la escasez y la variabilidad del agua) se presentan nuevas evidencias del impacto que producen las lluvias cada vez más irregulares en las explotaciones agrícolas, las empresas y las familias. También se demuestra que, si bien las inundaciones y las mareas de tormenta constituyen amenazas graves, anteriormente.
“Estos efectos demuestran por qué es cada vez más importante que tratemos el agua como el recurso valioso, agotable y degradable que es”, dijo Guangzhe Chen, director superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Agua del Banco Mundial. “Tenemos que comprender mejor los impactos de la escasez de agua, problema que se agravará aún más debido al crecimiento demográfico y al cambio climático”.
En el informe se concluye que
Para las familias, los efectos de la sequía pueden prolongarse por generaciones. En el informe se señala que, en las zonas rurales de África, las mujeres nacidas en períodos de sequía grave llevan las marcas de esos episodios durante toda su vida, pues presentan retraso de su crecimiento físico y desarrollo mental, malnutrición y dolencias, todo ello a causa de la pérdida de cosechas. Los nuevos datos revelan que las mujeres nacidas durante períodos de sequía también reciben menos educación, ganan menos y tienen más hijos, además de tener mayores probabilidades de ser víctimas de violencia doméstica. Su sufrimiento suele traspasarse a la generación siguiente, y sus hijos tienen más probabilidades de presentar retraso del crecimiento y ser menos saludables, lo que perpetúa el círculo vicioso de la pobreza.
En las explotaciones agrícolas, las lluvias por debajo del promedio durante años consecutivos no solo destruyen los rendimientos de los cultivos; además, obligan a los agricultores a expandir las tierras de cultivo a los bosques cercanos. Dado que los bosques son un elemento estabilizador del clima y ayudan a regular los recursos hídricos, la deforestación reduce la disponibilidad de agua y exacerba el cambio climático.
En lo que respecta a las empresas, según el informe, se calcula que Un solo corte del suministro de agua en una empresa urbana puede reducir sus ingresos en más de 8 %. Y en el caso de las empresas informales —como lo son muchas empresas en el mundo en desarrollo—, las ventas disminuyen un 35 %, provocando la ruina de los medios de subsistencia de las personas y un estancamiento del crecimiento económico en las zonas urbanas.
Muchas de las regiones más afectadas por sequías se superponen con zonas que ya enfrentan elevados déficits de alimentos y se consideran frágiles, lo que pone de relieve la urgencia de encontrar soluciones.
“Si no tomamos en serio el aumento de los déficits de agua, así como de la magnitud y frecuencia de las tormentas como resultado del cambio climático, la escasez de agua se extenderá a otras regiones del mundo, lo que podría exacerbar los problemas de violencia, el sufrimiento y la migración”, dijo el autor del informe, Richard Damania, economista principal del Departamento de Prácticas Mundiales de Agua del Banco Mundial. “Los actuales métodos de gestión del agua son inadecuados para abordar el problema. Para realizar este cambio fundamental se requerirá un conjunto de políticas que reconozcan los incentivos económicos para gestionar este recurso desde la fuente de suministro hasta los grifos y nuevamente hasta la fuente”.
Los efectos de la irregularidad de las lluvias se extienden a las explotaciones agrícolas, las empresas y las familias, a veces por generaciones. En el informe se proponen maneras de hacer frente a estos desafíos, para lo cual se requerirán nuevas políticas, innovación y colaboración.
En el informe se recomienda construir nueva infraestructura para el almacenamiento y la gestión del agua, conjuntamente con la formulación de políticas para el control de la demanda de este recurso. Las empresas de suministro responsables de la distribución del agua en las ciudades también deben estar debidamente reguladas para incentivar un mejor desempeño y las inversiones en la expansión de las redes, y, al mismo tiempo, garantizar un rendimiento justo de mercado. En el informe también se señala que cuando las inundaciones y las sequías se convierten en crisis económicas, se deben establecer redes de protección para velar por que las familias pobres puedan capear el temporal.