WASHINGTON, 1 de mayo de 2019 – El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó un proyecto de US$30 millones que fortalecerá el sistema de protección social en Honduras y beneficiará directamente a unos 40 mil hogares en extrema pobreza en zonas urbanas e indirectamente a más de 200 mil familias en zonas rurales.
El proyecto Integración de la Protección Social financiará la implementación de reformas al programa de transferencias monetarias condicionadas Bono Vida Mejor y ayudará a fortalecer la prestación de sus servicios, particularmente al mejorar la eficiencia del programa en el ámbito urbano. Esta iniciativa, que da continuidad a proyectos previos del Banco Mundial en apoyo a la protección social en el país, será implementada por la Subsecretaría de Integración Social (SSIS) de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS) de Honduras.
“El Gobierno de Honduras está comprometido con mejorar la eficacia del programa Bono Vida Mejor a través de reformar su estructura de incentivos en zonas urbanas para que los jóvenes tengan mayores capacidades y con ello mejorar su empleabilidad y aprovechar las oportunidades productivas en su transición al mercado laboral. El proyecto también apunta a unificar las estructuras operativas del bono urbano y rural para mejorar la calidad de atención a las familias y la transparencia del programa. Estos esfuerzos continuarán ayudando a mejorar la calidad de vida de las familias que viven en condiciones de pobreza extrema”, dijo Rocío Tábora, ministra de Finanzas de Honduras.
El proyecto se enfocará en estimular la asistencia a la escuela secundaria y ampliar las oportunidades de capacitación vocacional para jóvenes estudiantes en zonas urbanas. Asimismo, financiará el diseño e implementación de un programa piloto en tres municipalidades urbanas con estrategias de transición, destinadas a brindar herramientas a beneficiarios del Bono Vida Mejor una vez dejan de recibir las transferencias condicionadas.
Además, financiará el diseño de estrategias de transición para beneficiarios en zonas rurales. Estas estrategias buscan también darles sostenibilidad a los impactos positivos de los programas de protección social para reducir la pobreza.
“Los programas de transferencias condicionadas en Honduras han contribuido positivamente a aliviar la pobreza, aumentar la asistencia de niñas y niños a la escuela y mejorar los indicadores de salud y nutrición en familias en extrema pobreza. Este proyecto fortalecerá los esfuerzos de protección social, garantizará su impacto positivo a largo plazo en beneficio de los más vulnerables y permitirá avanzar hacia una mayor inclusión productiva”, dijo Boris Weber, representante residente del Banco Mundial en Honduras.
El crédito de US$30 millones de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) para el proyecto Integración de la Protección Social tiene una madurez de 30 años, incluyendo un periodo de gracia de 5 años.
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