CIUDAD DE WASHINGTON, 22 de mayo de 2019. A pesar de los considerables progresos logrados en los últimos años, establecidas en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos a más tardar en 2030 sigue siendo posible, pero para conseguirlo se requerirán esfuerzos sostenidos, en particular, para llegar a algunas de las poblaciones más pobres del mundo y para mejorar la sostenibilidad energética, según un nuevo informe preparado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la División de Estadística de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En años recientes se han realizado notables avances en el acceso a la energía: India, Bangladesh, Kenya y Myanmar están entre los países que más progreso han logrado desde 2010. No obstante, Nueve de cada 10 de esas personas vivirá en África al sur del Sahara.
En Tracking SDG7: The Energy Progress Report (Seguimiento del ODS7: El informe de progreso en materia de energía) también se muestran los intensos esfuerzos realizados para utilizar tecnologías de energía renovable en la generación de electricidad y mejorar la eficiencia energética en todo el mundo. Sin embargo, el acceso a soluciones no contaminantes para cocinar y la utilización de energías renovables para calefacción y en el transporte aún distan de alcanzar los objetivos fijados. Para mantener y aumentar el ritmo de avance en todas las regiones y todos los sectores se requerirá un compromiso político más firme, una planificación energética a largo plazo, más financiamiento privado e incentivos normativos y fiscales adecuados para impulsar la adopción más rápida de nuevas tecnologías.
El informe hace un seguimiento de los avances a nivel mundial, regional y nacional en las tres metas del ODS7: acceso a energía y soluciones no contaminantes para cocinar, energía renovable y eficiencia energética. En él se identifican las prioridades de acción y las mejores prácticas que han ayudado a los responsables de formular las políticas y a los asociados en la tarea del desarrollo a comprender qué es lo que hace falta para poder superar los desafíos.
A continuación se describen los aspectos más destacados sobre cada meta. Las conclusiones se basan en datos nacionales oficiales y miden los progresos a nivel mundial durante 2017.
Acceso a la electricidad: Sin embargo, el mayor desafío siguen siendo las zonas más aisladas de todo el mundo y la región de África al sur del Sahara, donde 573 millones de personas aún viven en la oscuridad. Para brindar conexión eléctrica a los hogares más pobres y más aislados, serán fundamentales las soluciones sin conexión a la red, como el alumbrado a partir de la energía solar, los sistemas solares domésticos y, en medida creciente, las mini redes. En 2017, en todo el mundo, al menos 34 millones de personas obtuvieron acceso a servicios básicos de electricidad a través de tecnologías sin conexión a la red. En el informe también se subraya la importancia de la fiabilidad y la asequibilidad para el acceso a la energía sostenible.
Soluciones no contaminantes para cocinar: Esta carencia continúa planteando serias inquietudes desde el punto de vista sanitario y socioeconómico. Con las políticas vigentes y planificadas, el número de personas sin acceso a estas soluciones llegaría a 2200 millones en 2030, lo que tendría un considerable impacto en la salud, el medio ambiente y la igualdad de género.
Las energías renovables representaron el 17,5 % del consumo total de energía a nivel mundial en 2016, en comparación con el 16,6 % en 2010. La utilización de energía de fuentes renovables ha aumentado rápidamente en la generación de electricidad, pero su consumo ha sido menor en el caso de la calefacción y el transporte. , teniendo en cuenta los usos modernos. A medida que se generalice la utilización de estas energías, las políticas deben incluir su integración en el sistema energético general y tener en cuenta los impactos socioeconómicos que afectan la sostenibilidad y el ritmo de la transición.
Las mejoras en el ámbito de la eficiencia energética han sido más sostenidas en los últimos años, gracias a las iniciativas de política concertadas en las grandes economías. Sin embargo, la tasa mundial de mejora de la intensidad energética primaria aún es insuficiente y, según estimaciones, se ha producido una desaceleración considerable en 2017 y 2018. Para lograr el objetivo, será fundamental robustecer las políticas obligatorias sobre eficiencia energética, brindar incentivos fiscales o financieros específicos, aprovechar los mecanismos basados en el mercado y suministrar información de buena calidad acerca de la eficiencia energética.
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“Tenemos que hacer más para retomar la senda que permita alcanzar todas las metas del ODS7. Me preocupa particularmente la grave falta de acceso a energía segura, moderna y sostenible en ciertas partes del mundo, sobre todo en África al sur del Sahara, región donde realmente tenemos que concentrar nuestros esfuerzos. La AIE seguirá cooperando con los países y las organizaciones para asegurarse de que se desplieguen con eficiencia soluciones eficaces, de modo que con la revolución de la energía sostenible nadie quede postergrado, dijo el Dr. Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.
“Los avances que hemos observado en años recientes son alentadores, ya que el número de personas sin acceso a la electricidad ha disminuido a 840 millones; pero aún nos queda mucho por hacer, pues gran parte de esta población vive en los países más pobres y en los lugares más aislados. En los últimos cinco años, el Banco Mundial ha comprometido USD 5000 millones para programas de acceso a la electricidad, ya sea con o sin conexión a la red, y continuaremos ampliándolos”, dijo Riccardo Puliti, director superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Energía e Industrias Extractivas del Banco Mundial. “El éxito logrado en varios países de África y Asia señala el camino. En este informe se demuestra la importancia de una planificación adecuada, la integración de soluciones con y sin conexión a la red, el énfasis en la asequibilidad y la fiabilidad, y la atención a las desigualdades por razones de género”.
“La energía renovable y la eficiencia energética son fundamentales para el desarrollo sostenible, ya que hacen posible el acceso a la energía, impulsan el crecimiento económico, generan empleo y mejoran la salud de las personas. Podemos ampliar la transición en materia energética a todos los países y garantizar que los beneficios favorezcan a las comunidades más vulnerables. IRENA fortalecerá la colaboración con sus miembros y principales asociados a fin de propiciar soluciones concretas para construir un futuro de energía sostenible en beneficio de toda la humanidad”, dijo Francesco La Camera, director general de IRENA.
“Este informe describe el progreso logrado hasta ahora con respecto al ODS7 utilizando amplios datos recopilados por las cinco organizaciones internacionales participantes. A pesar de los avances realizados para alcanzar el ODS7, el progreso es insuficiente para lograr los objetivos y las metas en materia de energía establecidos en la Agenda 2030. Esto es especialmente cierto para los países en desarrollo, los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo. Además, en esos países hay muchas lagunas en las estadísticas oficiales y se necesitan inversiones en sistemas estadísticos en el ámbito de la energía para obtener datos más adecuados que sirvan de base para la formulación de políticas con exactitud y permitan impulsar el desarrollo sostenible”, dijo Stefan Schweinfest, director de la División de Estadística de las Naciones Unidas.
“Alrededor de 3000 millones de personas carecen de acceso a soluciones no contaminantes para cocinar y los avances son demasiado lentos para lograr la meta del acceso universal para 2030. Esta situación constituye una gran amenaza para la salud y agrava la desigualdad, especialmente hacia las mujeres y los niños. Se deben tomar medidas focalizadas para evitar unos 4 millones de muertes por año, particularmente a causa de neumonía, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, enfermedad pulmonar y cáncer, atribuibles a la contaminación del aire en los hogares. Aunque no es tarea fácil, se puede avanzar rápidamente si existe el compromiso político y financiero para ampliar el acceso a un suministro fiable y asequible de soluciones no contaminantes para cocinar”, dijo la Dra. María Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS.
Esta es la cuarta edición del informe, antes denominado Global Tracking Framework (Informe marco de seguimiento mundial). La edición de este año fue presidida por la Agencia Internacional de la Energía.
Se puede descargar el informe en http://trackingSDG7.esmap.org/ (i). El Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de la Energía (ESMAP) del Banco Mundial aportó financiamiento para el informe.