El crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo se recuperará de 4,0 % en 2019 a 4,6 % en 2020; esta expansión económica es vulnerable a perturbaciones financieras y comerciales
CIUDAD DE WASHINGTON, 4 de junio de 2019. Según las previsiones, , un porcentaje más bajo de lo previsto, antes de aumentar levemente al 2,7 % en 2020. Se espera que el crecimiento en las economías emergentes y en desarrollo se estabilizará el próximo año a medida que algunos países dejen atrás períodos de tensión financiera. Sin embargo, el impulso económico continuará siendo débil.
El crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo se ve limitado por el poco dinamismo de la inversión, y los riesgos se orientan a la desaceleración económica. Según el informe del Banco Mundial Global Economic Prospects: Heightened Tensions, Subdued Investment (Perspectivas económicas mundiales: Altas tensiones, escasas inversiones) de junio de 2019, estos riesgos incluyen el aumento de las barreras comerciales, las nuevas tensiones financieras y la desaceleración más pronunciada de lo esperado en varias de las principales economías. Los problemas estructurales que llevan a asignar indebidamente la inversión o a desincentivarla también influyen en las perspectivas de crecimiento.
“Un crecimiento económico más sólido es fundamental para reducir la pobreza y mejorar los niveles de vida”, dijo el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass. “En la actualidad, el impulso económico sigue siendo débil, en tanto que los elevados niveles de deuda y el escaso crecimiento de la inversión en las economías en desarrollo están impidiendo a los países lograr su potencial. Es urgente que los países lleven a cabo reformas estructurales importantes para mejorar el clima de negocios y atraer inversión. También deben priorizar la gestión y la transparencia de la deuda, de modo que el nuevo endeudamiento contribuya al crecimiento y fomente la inversión.”
Se pronostica que el crecimiento de Estados Unidos bajará al 2,5 % este año y se desacelerará hasta llegar al 1,7 % en 2020. El crecimiento de la zona euro podría llegar a alrededor del 1,4 % en 2020-21 y, a pesar del respaldo continuo de las políticas monetarias, el debilitamiento del comercio y de la demanda interna podría afectar la actividad económica.
Varias economías están enfrentando los impactos de las tensiones financieras y la incertidumbre política. Se anticipa que estos problemas disminuirán y el crecimiento del comercio mundial —que en 2019 llegaría al nivel más bajo desde la crisis financiera ocurrida hace una década— se recuperará en cierta medida.
Descargue el informe sobre las perspectivas económicas mundiales de junio de 2019. (i)
“Si bien casi todas las economías encaran factores adversos, los países más pobres enfrentan los desafíos más difíciles debido a la fragilidad, el aislamiento geográfico y la pobreza arraigada”, dijo la vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Grupo Banco Mundial, Ceyla Pazarbasioglu. “A menos que puedan seguir una trayectoria de crecimiento más rápido, el objetivo de reducir la pobreza a menos del 3 % para 2030 seguirá siendo inalcanzable”.
En los capítulos analíticos del informe se abordan importantes temas de actualidad:
- , debido a que las reducciones de los coeficientes de deuda pública conseguidas con tanta dificultad antes de la crisis financiera se han revertido en gran medida. Las economías emergentes y en desarrollo deben lograr un cuidadoso equilibrio entre contraer deuda para promover el crecimiento y evitar los riesgos relacionados con el sobreendeudamiento.
- Aunque varios países de ingreso bajo pasaron a la categoría de país de ingreso mediano entre los años 2000 y 2018, el resto de los países de ingreso bajo enfrentan desafíos más complicados para lograr un avance similar. Muchos son más pobres que los países que alcanzaron niveles de ingreso más altos y, además, son frágiles, están en desventaja por sus condiciones geográficas y dependen fuertemente de la agricultura.
- , el limitado espacio fiscal y las restricciones estructurales. Se necesita una recuperación sostenida del crecimiento de la inversión para lograr los objetivos de desarrollo fundamentales. Las reformas que generen un clima más favorable para los negocios pueden ayudar a incentivar la inversión privada.
- Las depreciaciones monetarias abruptas son más comunes en las economías emergentes y en desarrollo que en las economías avanzadas, y a menudo los bancos centrales tienen que responder a estas fluctuaciones para mantener la estabilidad de los precios. El impacto de los tipos de cambio sobre la inflación es menor cuando los bancos centrales establecen metas inflacionarias viables, operan en el marco de un régimen de tipo de cambio flexible y tienen independencia del gobierno central.
“En el actual entorno de bajas tasas de interés y un crecimiento débil, el endeudamiento público adicional puede parecer una opción atractiva para financiar proyectos de fomento del crecimiento”, dijo el director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial, Ayhan Kose. “Sin embargo, tal como lo ha demostrado reiteradamente la larga historia de crisis financieras, la deuda tiene su precio”.
Perspectivas regionales:
Asia oriental y el Pacífico: según las proyecciones, el crecimiento en la región de Asia oriental y el Pacífico disminuirá del 6,3 % en 2018 al 5,9 % en 2019 y 2020. Esta será la primera vez desde la crisis financiera asiática de 1997-98 que el crecimiento caerá por debajo del 6 %. En China, se prevé que el crecimiento disminuirá del 6,6 % en 2018 al 6,2 % en 2019 sobre la base de una desaceleración del comercio mundial, precios de los productos básicos estables, condiciones financieras mundiales favorables, y la capacidad de las autoridades de calibrar las políticas fiscales y monetarias de apoyo para enfrentar los desafíos externos y otros factores adversos. En el resto de la región, el crecimiento se moderará hasta llegar al 5,1 % en 2019, y luego repuntará moderadamente para alcanzar el 5,2 % en 2020 y 2021, a medida que el comercio mundial se estabilice.
Europa y Asia central: se proyecta que, como consecuencia de la recuperación de Turquía tras una grave desaceleración, el crecimiento regional se estabilizará y aumentará del 1,6 % este año —el nivel más bajo en cuatro años—, al 2,7 % en 2020. Excluyendo a Turquía, se prevé un crecimiento regional del 2,6 % en 2020, levemente por encima del 2,4 % de este año, con un modesto crecimiento de la demanda interna y un pequeño lastre impuesto por las exportaciones netas. En Europa central, los estímulos fiscales y el aumento del consumo privado resultante empezarán a debilitarse el próximo año en algunas de las principales economías de la subregión, en tanto que el crecimiento en Europa oriental podría recuperarse ligeramente y llegar al 2,7 %, y moderarse en Asia central hasta llegar al 4 %. Se anticipa que el crecimiento en los Balcanes occidentales aumentará al 3,8 % en 2020.
América Latina y el Caribe: se proyecta que el crecimiento regional se atenuará llegando solo al 1,7 % en 2019, como reflejo de las difíciles condiciones en varias de las principales economías, para subir al 2,5 % en 2020, con la ayuda de un repunte de la inversión fija y el consumo privado. En Brasil, una débil recuperación cíclica cobrará impulso, haciendo aumentar el crecimiento del 1,5 % en 2019 al 2,5 % el próximo año. En Argentina, se volverá a tener un crecimiento positivo en 2020 a medida que disminuyan los efectos de las presiones sobre los mercados financieros, en tanto que en México se espera que una reducción de la incertidumbre respecto de las políticas contribuirá a un repunte moderado del crecimiento hasta alcanzar el 2 % el próximo año.
Oriente Medio y Norte de África: se pronostica que el crecimiento llegará al 3,2 % en 2020, impulsado en gran medida por el repunte del crecimiento de los países exportadores de petróleo. Se prevé que el crecimiento de dichos países se recuperará hasta llegar al 2,9 % en 2020, impulsado por las inversiones de capital en los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y un mayor crecimiento en Iraq. El aumento del crecimiento en las economías importadoras de petróleo se basará en los avances logrados en las reformas normativas, así como en perspectivas positivas en el sector del turismo.
Asia meridional: el panorama para la región es favorable, con un crecimiento que aumentará hasta el 7 % en 2020 y el 7,1 % en 2021. Se espera que el crecimiento de la demanda interna seguirá siendo sólido, respaldado por las políticas fiscales y monetarias, específicamente en India. El crecimiento en India se acelerará y llegará al 7,5 % en el ejercicio de 2019-2020, que se inicia el 1 de abril. En Pakistán, el crecimiento se desacelerará aún más hasta llegar al 2,7 % en el ejercicio de 2019-2020, que comienza el 16 de julio.
África al sur del Sahara: según las previsiones, el crecimiento regional se acelerará y llegará al 3,3 % en 2020, suponiendo que aumentará el interés de los inversionistas en algunas de las principales economías de la región, que la producción de petróleo en los principales países exportadores se recuperará, y que el fuerte crecimiento en las economías que no requieren una gran cantidad de recursos se basará en una producción agrícola sólida y continua y en una inversión pública sostenida. Si bien se espera que el PIB per cápita aumentará en la región, este no será suficiente para reducir considerablemente la pobreza. Se anticipa que, en 2020, el crecimiento en Sudáfrica aumentará al 1,5 %, en Angola se recuperará hasta llegar al 2,9 %, y en Nigeria subirá lentamente hasta alcanzar el 2,2 %.