TOKIO, Japón, 27 de junio de 2019. Los habitantes de los países en desarrollo gastan al año medio billón de dólares (más de USD 80 por persona) de su propio bolsillo para acceder a servicios de salud, y estos gastos perjudican en mayor medida a los pobres, según un nuevo informe del Grupo Banco Mundial dado a conocer antes de la Cumbre del Grupo de los Veinte (G-20). En dicho documento se afirma que la falta de acceso universal a servicios de salud de calidad y asequibles pone en riesgo décadas de avances en el ámbito de la salud, constituye un peligro para las perspectivas económicas de largo plazo de los países y los vuelve más vulnerables a los riesgos de pandemias.
El financiamiento de la cobertura universal de la salud (CUS) en los países en desarrollo es una prioridad para la Presidencia del G-20 ejercida por Japón. El informe del Banco Mundial servirá de base para la sesión conjunta de ministros de Finanzas y Salud (la primera en la historia) que ha organizado Japón para el 28 de junio en Osaka, después de haber sido examinado por los ministros de Finanzas del G-20 (i) a principios de este mes. En todo el mundo, la salud conforma un sector económico importante que representa el 11 % del producto interno bruto (PIB) y genera millones de empleos, muchos de ellos para mujeres.
“La CUS no solo posibilita mejoras en la salud, sino que también es esencial para el crecimiento inclusivo”, afirmó Taro Aso, ministro de Finanzas de Japón. “La adopción en 1961 de un sistema que brindaba atención de la salud de calidad y accesible en Japón contribuyó a impulsar décadas de progreso social y económico. Creemos que la CUS es esencial para todos los países en desarrollo, y el G-20 es fundamental para posibilitar su implementación”.
Según las proyecciones del informe, titulado Financiamiento de alto rendimiento para alcanzar la cobertura universal de la salud, en 2030 (la fecha límite para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible), en los 54 países más pobres se observará una diferencia de USD 176 000 millones entre el financiamiento que necesitan para brindar a su población servicios de salud de calidad y accesibles y el financiamiento del que efectivamente dispondrán.
Si no se adoptan medidas urgentemente, los países en desarrollo que se enfrentan al envejecimiento de su población y la creciente carga de las enfermedades no transmisibles encontrarán cada vez más dificultades para cerrar la brecha entre la demanda de gasto en salud y los recursos públicos disponibles, y continuarán apoyándose en los pagos directos de los pacientes y sus familias.
“La salud es una inversión fundamental en capital humano que los países deben realizar para que su población logre un desempeño exitoso en la escuela y en el trabajo”, sostuvo Kristalina Georgieva, directora general del Grupo Banco Mundial. “Debemos actuar con urgencia para resolver el problema del financiamiento insuficiente, ineficiente y desigual en salud que retrasa el progreso de las personas y los países”.
En el informe se insta a incrementar las inversiones nacionales en salud y establecer dichas inversiones como prioridad en todo el Gobierno, mejorando la sostenibilidad financiera mediante la ampliación de inversiones de probada eficacia (como los servicios primarios de salud dirigidos a los más pobres) y el cobro de impuestos sobre el tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas para generar ingresos y mejorar la salud. Se afirma también que la asistencia internacional para el sector de la salud debe aumentar, centrada en los países y las poblaciones más rezagadas y en el fortalecimiento de las instituciones y capacidades nacionales.
“La Unión Africana se comprometió en febrero de 2019 a incrementar las inversiones nacionales en salud en todo el continente y a institucionalizar la colaboración entre los Ministerios de Finanzas y de Salud en África”, dijo Mohamed Maait, ministro de Finanzas de Egipto, país que preside actualmente la Unión Africana y que fue invitado a la sesión ministerial especial del G-20 en Osaka. “Recibimos con agrado esta iniciativa del G-20 y del Grupo Banco Mundial y nos proponemos impulsar esta agenda en el nivel regional en África en el transcurso del próximo año, durante la presidencia de Egipto en la Unión Africana”.
Aun en el caso ideal de que se realicen inversiones nacionales e internacionales más cuantiosas, más eficientes y más equitativas, según las proyecciones del informe no se logrará cubrir el déficit de financiamiento para la CUS en 2030. Por lo tanto, en el documento se exhorta a establecer la innovación en el financiamiento de la salud como prioridad fundamental para los próximos 10 años, a fin de cerrar esta brecha.
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