Hasta dos tercios de las personas que viven en la pobreza extrema en todo el mundo serán habitantes de esos países para 2030
CIUDAD DE WASHINGTON, 27 de febrero de 2020. Según el Grupo Banco Mundial Dado que las situaciones de crisis cada vez son más prolongadas (y tienen un grave impacto en las personas y las economías), el Grupo Banco Mundial ha publicado hoy una estrategia sobre FCV que, por primera vez, ofrece en forma sistemática una combinación integral de financiamiento y experiencia con el objeto de abordar estos desafíos en países de ingreso bajo y mediano.
, según se indica en un informe del Banco Mundial publicado también hoy. La tendencia general en el mundo es la reducción de la pobreza extrema; por lo contrario, en estos países se observa que este problema aumenta de manera sostenida, lo cual pone en riesgo décadas de avances en la lucha contra la pobreza.
Las situaciones de fragilidad y conflicto tienen un gran impacto negativo en el capital humano al generar círculos viciosos que reducen la productividad y las ganancias de las personas durante sus vidas, así como su capacidad de cambiar su condición socioeconómica. Además, en los últimos 10 años, la cantidad de personas que viven muy cerca de lugares donde se desarrollan situaciones de conflicto casi se ha duplicado.
“A la hora de abordar crisis humanitarias es necesario contar con apoyo inmediato y adoptar estrategias de desarrollo a largo plazo”, dijo el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass. “Para poner fin a la pobreza extrema y romper el ciclo de fragilidad, conflicto y violencia, los países deben poder garantizar el acceso a servicios básicos, la existencia de instituciones gubernamentales transparentes y responsables, y la inclusión económica y social de las comunidades más marginadas. Este tipo de inversiones están íntimamente vinculadas con la ayuda humanitaria”.
El Grupo Banco Mundial, que se creó para apoyar la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, ahora hace hincapié en abordar la pobreza antes de que se produzcan las crisis, durante su desarrollo y con posterioridad a ellas.
Destaca la necesidad de prevenir abordando de manera proactiva las causas profundas de los conflictos (como la exclusión social y económica, el cambio climático y los impactos demográficos) antes de que, debido a las tensiones, se desaten verdaderas crisis. Durante conflictos activos, el Banco se concentra en generar resiliencia institucional y en que las comunidades más vulnerables puedan continuar recibiendo servicios esenciales, como salud y educación.
La estrategia también pone énfasis en brindar apoyo a largo plazo a los países para que puedan salir de la situación de fragilidad, por ejemplo, brindando soluciones para el sector privado, como mayores inversiones en pequeñas y medianas empresas, que son fundamentales para generar puestos de trabajo e impulsar el crecimiento económico. Aborda los efectos transfronterizos de la FCV, para lo cual, por citar un caso, se concentra en las necesidades de desarrollo tanto de los refugiados como de las comunidades que los reciben.
Este cambio institucional está respaldado por un mayor financiamiento, no solo a través del aumento general del capital del Banco Mundial sino también a través de la recientemente aprobada reposición de la Asociación Internacional de Fomento, el fondo del Banco Mundial destinado a los países más pobres, que incluyó más de USD 20 000 millones para países con FCV.
Además, el Banco y la Corporación Financiera Internacional (IFC) realizarán cambios operativos importantes, como enviar más personal y recursos a países afectados por FCV y establecer alianzas con diversos actores internacionales y locales. IFC y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones también han asumido el compromiso de aumentar considerablemente su apoyo a las inversiones del sector privado en economías afectadas por FCV.