El coronavirus agrava la desigualdad, ya que afecta con mayor severidad a pobres y trabajadores informales
CIUDAD DE WASHINGTON, 12 de abril de 2020. Ante el creciente número de víctimas y las repercusiones económicas mundiales provocadas por la pandemia de la COVID‑19, los Gobiernos de Asia meridional deben intensificar las medidas para frenar la emergencia sanitaria, proteger a su población, especialmente a los más pobres y vulnerables, y sentar las bases para una rápida recuperación económica, de acuerdo con lo que afirma el Banco Mundial en su informe regional de actualización semestral.
La última edición del South Asia Economic Focus (Enfoque económico en Asia meridional), publicada hoy, prevé una fuerte caída económica en cada uno de los ocho países de la región, causada por la interrupción de la actividad económica, el colapso del comercio y una mayor tensión en los sectores financiero y bancario.
En este contexto tan cambiante e incierto, el informe presenta una previsión de alcance en la que calcula que en 2020 el crecimiento regional caerá a un rango de entre el 1,8 % y el 2,8 %, por debajo del 6,3 % proyectado hace seis meses. Ese sería el peor comportamiento de la región en los últimos 40 años, con contracciones temporales en todos los países de Asia meridional. En caso de que se produzcan confinamientos nacionales prolongados y generalizados, el informe advierte sobre la peor hipótesis posible, según la cual este año toda la región experimentaría una tasa de crecimiento negativa.
Esta perspectiva tan desfavorable persistiría a lo largo de 2021, con un crecimiento previsto de entre el 3,1 % y el 4,0 %, por debajo de la anterior estimación del 6,7 %.
“La prioridad de todos los Gobiernos de Asia meridional es contener la propagación del virus y proteger a su población, en especial a los más pobres, que se enfrentan a consecuencias sanitarias y económicas considerablemente peores”, manifestó Hartwig Schafer, vicepresidente del Banco Mundial para la región de Asia meridional. “La crisis de la COVID‑19 supone asimismo una urgente llamada a la acción, a partir de la cual se deben aplicar políticas innovadoras y dar un impulso a las economías de Asia meridional una vez que la crisis haya terminado. De lo contrario, pueden producirse perturbaciones del crecimiento a largo plazo y revertirse los avances que con tanto esfuerzo se han logrado en la reducción de la pobreza”.
La pandemia tendrá consecuencias especialmente graves para las personas de ingresos bajos, y, en particular, para los trabajadores informales de los sectores de la hostelería, el comercio minorista y el transporte, cuyo acceso a la atención sanitaria o a las redes de protección social es limitado o nulo. El informe señala que la crisis de la COVID‑19 probablemente agravará la desigualdad en Asia meridional. Como ha sucedido en toda la región, la pérdida repentina y en gran escala de empleos mal remunerados ha provocado un éxodo masivo de trabajadores migrantes de las ciudades a las zonas rurales, lo que hace temer que muchos de ellos vuelvan a caer en la pobreza. Aunque todavía no hay indicios de una escasez de alimentos generalizada, la publicación advierte que una crisis prolongada del nuevo coronavirus puede amenazar la seguridad alimentaria, especialmente para los más vulnerables.
A corto plazo, el informe recomienda preparar a los debilitados sistemas de salud frente al enorme impacto que supondrá la pandemia, así como proporcionar redes de protección social y garantizar el acceso a los alimentos, los suministros médicos y la cobertura de las necesidades básicas de la población más vulnerable. Para reducir al mínimo el perjuicio económico a corto plazo, el documento pide que se establezcan programas de trabajo temporal para los trabajadores migrantes desempleados, que se promulguen medidas de alivio de la deuda para empresas y particulares y que se facilite el despacho de aduanas interregional para acelerar la importación y la exportación de bienes esenciales.
Una vez que se flexibilicen las restricciones de confinamiento, los Gobiernos de Asia meridional deberían adoptar políticas fiscales expansionistas combinadas con estímulos monetarios para mantener el flujo de crédito en sus economías. Dado que muchos países de Asia meridional tienen un espacio fiscal limitado, estas políticas deberían dirigirse a las personas más afectadas por la congelación de la actividad económica. En el informe se insta a los Gobiernos a que adopten medidas de gasto temporales y se coordinen con los asociados financieros internacionales para evitar niveles de deuda y déficits fiscales insostenibles a largo plazo.
“Tras hacer frente a la amenaza inmediata del coronavirus, los países de Asia meridional deben mantener la sostenibilidad de su deuda soberana mediante prudencia fiscal y medidas de alivio de la deuda”, declaró Hans Timmer, economista en jefe del Banco Mundial para la región de Asia meridional. “Y mirando más allá de la crisis actual, se presentan grandes oportunidades para la expansión de las tecnologías digitales para los sistemas de pago y el aprendizaje a distancia mediante las que desbloquear zonas remotas de Asia meridional”.
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Como consecuencia de la pandemia de COVID‑19, las circunstancias económicas de los países y las regiones son fluctuantes y cambian a diario. El análisis incluido en el informe se basa en los datos de nivel nacional más recientes de los que se disponía al 7 de abril de 2020.
El Grupo Banco Mundial está adoptando medidas amplias y rápidas para ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su respuesta ante la pandemia, aumentar la vigilancia sanitaria, mejorar las intervenciones de salud pública y contribuir a que el sector privado continúe sus operaciones y mantenga el empleo. A tal efecto, destinará hasta USD 160 000 millones en respaldo financiero durante los próximos 15 meses para ayudar a los países a proteger a las poblaciones pobres y vulnerables, apoyar a las empresas e impulsar la recuperación económica.
PIB REAL A PRECIOS DE MERCADO EN PORCENTAJE | |||||
País | Ejercicio económico | 2019 (e) | 2020 (p) | 2021 (p) | 2022 (p) |
Afganistán | De diciembre a diciembre | 2,9 | −5,9 a −3,8 | 3,3 a 3,9 | 5,2 a 6,2 |
Bangladesh | De julio a junio | 8,2 | 2,0 a 3,0 | 1,2 a 2,9 | 2,8 a 3,9 |
Bhután | De julio a junio | 3,9 | 2,2 a 2,9 | 2,0 a 2,5 | 3,1 a 3,5 |
India | De abril a marzo | 6,1 | 4,8 a 5,0 | 1,5 a 2,8 | 4,0 a 5,0 |
Maldivas | De enero a diciembre | 5,2 | −13,0 a −8,5 | 6,3 a 7,3 | 5,0 a 5,5 |
Nepal | De mediados de julio a mediados de julio | 7,1 | 1,5 a 2,8 | 1,4 a 2,9 | 2,7 a 3,6 |
Pakistán | De julio a junio | 3,3 | −2,2 a −1,3 | 0,3 a 0,9 | 3,2 a 3,3 |
Sri Lanka | De enero a diciembre | 2,6 | −3,0 a −0,5 | 0,2 a 1,2 | 2,0 a 2,5 |
REVISIÓN DE LAS PREVISIONES A PARTIR DE OCTUBRE DE 2019 | |||
País | Ejercicio económico | 2019 (e) | 2020 (p) |
Afganistán | De diciembre a diciembre | −8,9 a −6,8 | −0,2 a 0,4 |
Bangladesh | De julio a junio | −5,2 a −4,2 | −6,1 a −4,4 |
Bhután | De julio a junio | −5,2 a −4,5 | −3,9 a −3,4 |
India | De abril a marzo | −1,2 a −1,0 | −5,4 a −4,1 |
Maldivas | De enero a diciembre | −18,5 a −14,0 | 0,7 a 1,7 |
Nepal | De mediados de julio a mediados de julio | −4,9 a −3,6 | −5,1 a −3,6 |
Pakistán | De julio a junio | −4,6 a −3,7 | −2,7 a −2,1 |
Sri Lanka | De enero a diciembre | −6,3 a −3,8 | −3,5 a −2,5 |
Notas: Las cifras de 2020 y 2021 representan el límite inferior y superior del rango de previsión. En el caso de India, “2020” se refiere a los ejercicios de 2019 y 2020. (e): Estimación, (p): Previsión.
Fuente: Banco Mundial.