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COMUNICADO DE PRENSA Julio 10, 2020

En medio de múltiples crisis, el Grupo Banco Mundial reorienta programas e incrementa el financiamiento a USD 74 000 millones en el ejercicio de 2020

CIUDAD DE WASHINGTON, 10 de julio de 2020. En un momento en que los habitantes de los países en desarrollo enfrentaban múltiples crisis, entre ellas la pandemia de COVID-19, el Grupo Banco Mundial trabajó para responder rápidamente con asistencia técnica y asesoramiento sobre políticas, e incrementó el financiamiento dirigido a los pobres y a la mejora de los resultados en términos de desarrollo. El apoyo del Grupo Banco Mundial se modificó con rapidez para ayudar a los países a luchar contra la pandemia centrándose en cuatro prioridades: salvar las vidas amenazadas por la COVID-19, proteger a los pobres y vulnerables, consolidar las bases de la economía para acortar el tiempo de recuperación, y fortalecer las políticas y las instituciones para lograr la resiliencia sobre la base de inversiones y endeudamiento transparentes y sostenibles. Para respaldar estos programas de emergencia, se incrementó significativamente el financiamiento otorgado por la entidad, que formuló compromisos por valor de USD 74 000 millones.

El financiamiento suministrado, junto con la asistencia técnica, el asesoramiento sobre políticas y el apoyo analítico, ayuda a los países a abordar los impactos sanitarios y económicos de la pandemia, preserva el sector privado, ayuda a las naciones que padecen inseguridad alimentaria a causa de la peste de langostas en África y el Medio Oriente, y combate la creciente desigualdad, entre otras prioridades clave.

“En vista de que los países en desarrollo enfrentan una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes que pone en peligro décadas de avances en el desarrollo, hemos estado trabajando intensamente para adoptar medidas rápidas y amplias que permitan limitar los daños y ayudar a los países a prepararse para la recuperación, de modo que puedan lograr una reconstrucción mejor y más sólida que antes”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. ”Nos hemos dedicado a ayudar a los países a superar la pandemia con programas que refuercen los sistemas de atención de la salud, protejan a los hogares más pobres, preserven las bases de la economía, combatan la desigualdad y garanticen una recuperación resiliente y sostenible”. 

Compromisos del Grupo Banco Mundial, ejercicios de 2020 y 2019 (en miles de millones de USD)

Grupo Banco Mundial

Ejercicio de 2020*

Ejercicio de 2019

Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF)

28.5

23.2

Asociación Internacional de Fomento (AIF)

30.4

21.9

Corporación Financiera Internacional (IFC)

11.2**

8.9**

Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA)

3.96

5.5

TOTAL

74.1

59.5

* Cifras preliminares no auditadas al 10 de julio. 

** Financiamiento a largo plazo por cuenta de IFC. No incluye los fondos movilizados de otros inversionistas: USD 10 800 millones en el ejercicio de 2020 y USD 10 200 millones en de 2019. Tampoco incluye el financiamiento a corto plazo, de USD 6500 millones en el ejercicio de 2020 y USD 5800 millones en el de 2019.

Durante este ejercicio económico, que concluyó el 30 de junio, el Banco Mundial trabajó para continuar realineando su modelo de operaciones a fin de lograr una coordinación eficiente del trabajo en las diversas regiones y departamentos de Prácticas Mundiales. El nuevo modelo operacional del Banco, que entró en vigencia el 1 de julio de 2020, tiene como eje central el desarrollo impulsado por los países, a la vez que busca fortalecer el liderazgo intelectual de la institución en temas de desarrollo de importancia crítica para el crecimiento sostenible y la reducción de la pobreza.

Asimismo, durante el ejercicio de 2020 el Grupo Banco Mundial trabajó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para exhortar a los acreedores bilaterales oficiales a conceder alivio de la deuda a los países más pobres del mundo, es decir, aquellos que reúnen las condiciones para recibir financiamiento de la Asociación Internacional de Fomento (AIF). El Grupo de los Veinte (G-20) acordó aplicar un enfoque coordinado, y se alentó a los acreedores privados a contribuir también a este esfuerzo. La Iniciativa de Suspensión del Pago del Servicio de la Deuda (DSSI), que entró en vigencia el 1 de mayo, permite a los países más pobres liberar recursos para responder a la pandemia de COVID-19 y promueve la transparencia y la sostenibilidad de la deuda.

Malpass añadió: “Aun antes de que se desatara la crisis de la COVID-19, exhortábamos a prestar más atención al problema de la deuda en los países pobres. La DSSI allana el camino para adoptar medidas largamente esperadas que permitan incrementar la transparencia y la sostenibilidad de la deuda y la inversión. Durante este ejercicio pudimos contribuir a una mejora significativa en la transparencia de la deuda con el apoyo del G-20 y la creación de un sitio web en el que se muestra la composición de los pagos anuales previstos del servicio de la deuda de los 73 países que pueden recibir alivio a través de esta iniciativa. La transparencia de todas las inversiones y los compromisos financieros gubernamentales es un paso clave para generar un clima atractivo para la inversión, y este año pudimos generar avances significativos que permitirán lograr mejores resultados en favor de los habitantes de los países en desarrollo”.

El apoyo brindado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) a los países de ingreso mediano llegó a los USD 28 500 millones en el ejercicio de 2020, lo que representa un aumento respecto de los USD 23 200 millones del ejercicio anterior. Los préstamos y las donaciones de la AIF a los países más pobres alcanzaron los USD 30 400 millones durante el ejercicio de 2020. En diciembre de 2019, la decimonovena reposición de los recursos de la AIF (AIF-19) permitió garantizar un paquete de financiamiento de USD 82 000 millones para los 74 países más pobres del mundo, que se implementará a lo largo de tres años.

Los bonos del BIRF, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y la AIF, con calificación Aaa/AAA, permiten financiar las operaciones de estas entidades, entre las que figuran los programas que promueven el crecimiento inclusivo y las reformas normativas dirigidas a crear más oportunidades para las personas. En el ejercicio de 2020, el BIRF emitió bonos por valor de USD 75 000 millones, IFC por USD 11 000 millones y la AIF por USD 5000 millones.

Una proporción significativa del financiamiento del Banco Mundial (BIRF y AIF) durante el ejercicio de 2020 se destinó a ayudar a los países a luchar contra la pandemia de COVID-19. En el marco de dicho financiamiento, entre marzo y fines de junio el Banco Mundial aprobó un monto de USD 6300 millones destinado a brindar apoyo sanitario de emergencia en 108 países, entre los cuales figuran 33 Estados frágiles y afectados por conflictos y 22 pequeños Estados. En diversos proyectos de salud que suman USD 3800 millones, se emplea un innovador enfoque programático global de varias fases y de desembolso rápido para hacer frente a la COVID-19 y se está ayudando a financiar la compra de equipamiento sanitario y equipos de protección personal, así como actividades de capacitación. Asimismo, se reasignaron otros USD 2500 millones de la cartera de operaciones en ejecución para luchar contra la pandemia.

El Banco Mundial continuó destinando recursos para abordar las prioridades clave. Además de los proyectos relacionados con la emergencia sanitaria derivada de la COVID-19, cuyo objetivo principal fue ayudar a combatir la propagación de la pandemia, el 73 % del financiamiento del Banco ayudó a abordar la brecha de género y el 31 % contribuyó a generar cobeneficios climáticos, con un estimado de USD 17 000 millones. Las inversiones en desarrollo humano se duplicaron hasta ubicarse en los USD 20 000 millones, y el financiamiento otorgado a países afectados por fragilidad, conflicto y violencia alcanzó los USD 10 000 millones en el ejercicio de 2020.

IFC, la institución del Grupo Banco Mundial dedicada al sector privado, comprometió y movilizó un total de USD 22 000 millones en financiamiento a largo plazo (lo que representa un aumento interanual de casi el 15 %), que incluye USD 11 100 millones invertidos por cuenta propia. Asimismo, los compromisos de financiamiento a corto plazo (incluido el financiamiento para el comercio) alcanzó un total de USD 6500 millones, esto es, un 12 % de aumento respecto del ejercicio de 2019. El 25 % de los compromisos de financiamiento por cuenta propia y a largo plazo de IFC correspondió a países frágiles y países que pueden recibir fondos de la AIF, mientras que las operaciones relacionadas con el clima representaron el 29 %. IFC también comprometió USD 1700 millones en financiamiento nuevo a largo plazo para instituciones financieras que ofrecen servicios específicamente a mujeres.

En marzo, la Corporación estableció un mecanismo de desembolso rápido para responder a la crisis de la COVID-19 dotado de USD 8000 millones con el objetivo de ayudar a los países en desarrollo y a las empresas a hacer frente a las consecuencias de la pandemia. Al cierre del ejercicio, se habían utilizado USD 3500 millones de este mecanismo para brindar respaldo a bancos y empresas de países en desarrollo. En vista de que el peligro de insolvencia acecha en todo el mundo en desarrollo, IFC está preparando la segunda fase de su respuesta a la COVID-19, en la que se buscará, entre otras cosas, contribuir a reestructurar y recapitalizar las instituciones financieras y las empresas viables en su camino a la recuperación.

En el ejercicio de 2020, IFC comenzó a poner en práctica la estrategia con la que busca crear mercados trabajando en las actividades preparatorias, lo que implica identificar las reformas necesarias, contribuir a formular políticas que propicien el desarrollo del sector privado y generar proyectos rentables en los países en desarrollo. En un momento en que los países clientes del Grupo Banco Mundial enfrentan una recuperación difícil y la inversión privada ha mermado fuertemente, este enfoque será crucial para volver a atraer a los inversionistas a los mercados más vulnerables. 

Asimismo, se ha producido un notable aumento en los bonos sociales de IFC, y se ha incrementado el número de las entidades firmantes de los Principios sobre Impacto desde la aparición de la COVID-19, lo que demuestra el creciente interés de los inversionistas en generar impacto además de rentabilidad.

En el ejercicio de 2020, el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), cuyo mandato consiste en contribuir a impulsar las inversiones extranjeras directas que generen impacto en los países en desarrollo, emitió nuevas garantías por casi USD 4000 millones, con lo que ayudó a movilizar un financiamiento total de USD 7330 millones. Casi el 42 % del programa de garantías de MIGA del ejercicio de 2020 se destinó a respaldar proyectos en los países clientes de la AIF y en entornos frágiles, y más del 20 % contribuyó a la mitigación o adaptación al cambio climático, lo que abarca varios proyectos de energía con bajos niveles de emisión de carbono en África. En respuesta a la pandemia de COVID-19, MIGA puso en marcha un mecanismo de vía rápida dotado de USD 6500 millones para ayudar a los inversionistas y a los prestamistas a hacer frente a la crisis. Hasta la fecha, MIGA ofreció USD 2100 millones para proyectos dirigidos a mitigar el impacto de la crisis en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.

El Grupo Banco Mundial continuará trabajando para ayudar a los países a abordar los impactos sanitarios y económicos de la pandemia sin perder de vista su visión de desarrollo a largo plazo. En marzo de 2020, la entidad anunció que puede proporcionar hasta USD 160 000 millones a lo largo de un período de 15 meses, que concluirá en junio de 2021.


COMUNICADO DE PRENSA N.º 2021/007/EXC

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