CIUDAD DE WASHINGTON, 25 de marzo de 2021. según la última edición de la actualización económica regional (i) publicada hoy por el Banco Mundial.
En las otras economías principales, la producción se mantuvo en promedio en torno a un 5 % por debajo de los niveles previos a la pandemia. Los más afectados han sido los países insulares del Pacífico. Los resultados económicos han dependido de la eficacia para contener la propagación del virus, de la capacidad de aprovechar la reactivación del comercio internacional y de la capacidad de los Gobiernos para proporcionar apoyo fiscal y monetario.
En 2020, la pobreza en la región dejó de disminuir por primera vez en décadas.
“La crisis económica causada por la pandemia de COVID-19 ha paralizado la reducción de la pobreza y ha aumentado la desigualdad”, dijo Victoria Kwakwa, vicepresidenta de la Oficina Regional de Asia Oriental y el Pacífico del Banco Mundial. “Cuando los países empiecen a recuperarse en 2021, tendrán que tomar medidas urgentes para proteger a las poblaciones vulnerables y garantizar una recuperación inclusiva, ecológica y resiliente”.
La falta de equidad aumentó, impulsada por la pandemia y los consiguientes confinamientos, así como el acceso desigual a los servicios sociales y a las tecnologías digitales. En algunos países, los niños de las dos quintas partes más pobres de los hogares tenían un 20 % menos de probabilidades de participar en el aprendizaje que los niños de la quinta parte más rica. Las mujeres sufren más violencia que antes: el 25 % de las personas encuestadas en la República Democrática Popular Lao y el 83 % en Indonesia dijeron que la violencia doméstica había empeorado debido a la COVID-19.
Se proyecta que el crecimiento en la región se acelere, pasando del 1,2 % estimado en 2020 al 7,5 % en 2021. Pero es probable que se observe una recuperación a tres velocidades. Se espera que China y Vietnam crezcan aún más en 2021, un 8,1 % y un 6,6 %, respectivamente, frente al 2,3 % y el 2,9 % de 2020. Otras grandes economías, más perjudicadas por la crisis, crecerán en torno al 4,6 % en promedio, algo menos que el crecimiento registrado antes de la crisis. Se anticipa que la recuperación sea especialmente prolongada en las economías insulares dependientes del turismo.
Según el informe, los paquetes de estímulo de Estados Unidos podrían añadir 1 punto porcentual, en promedio, al crecimiento de los países de la región en 2021 y adelantar la recuperación unos tres meses en promedio. Los riesgos para las perspectivas provienen del lento proceso de vacunación contra la COVID-19, que en algunos países podría frenar el crecimiento hasta en 1 punto porcentual.
En el informe se insta a adoptar medidas para contener la enfermedad, apoyar la economía y hacer más ecológica la recuperación. Además, se advierte que, con las existencias y la asignación de vacunas actuales, los países industrializados lograrían una cobertura de la población superior al 80 % a finales de 2021, mientras que los países en desarrollo solo alcanzarán una cobertura de alrededor del 55 %. En muchos países de la región de Asia oriental y el Pacífico, el alivio es menor que las pérdidas de ingresos, los estímulos no han remediado completamente la demanda deficiente y la inversión pública no es una parte significativa de los esfuerzos de recuperación, incluso cuando la deuda pública ha aumentado en promedio 7 puntos porcentuales del PIB. Por otra parte, en los paquetes de estímulo de toda la región, las actividades “marrones” superan a las medidas “verdes”: en promedio, solo una de cada cuatro medidas de recuperación adoptadas por los países de la región es inocua para el clima.
“Necesitamos más que nunca la cooperación internacional para contener la enfermedad, apoyar la economía y hacer más ecológica la recuperación”, dijo Aaditya Mattoo, economista principal de la Oficina Regional de Asia Oriental y el Pacífico del Banco Mundial. “China puede desempeñar un papel fundamental, exportando más productos médicos, impulsando su consumo y adoptando medidas climáticas más contundentes. Y también se beneficiaría de un mundo más seguro y de un crecimiento más equilibrado”.
En el informe se invita a una mayor cooperación internacional en la producción y la aprobación de vacunas, así como en la asignación basada en las necesidades, para ayudar a contener la pandemia de COVID-19. La coordinación fiscal aumentaría el impacto colectivo, ya que algunos Gobiernos tienden a no proporcionar estímulos suficientes. Y la asistencia internacional, aparte de la reducción conjunta de las emisiones, ayudaría a los países en desarrollo más pobres a adoptar medidas climáticas más amplias.
El informe —titulado Uneven Recovery (Recuperación irregular) (i) y centrado en las políticas de vacunación, fiscales y del cambio climático— es la continuación de dos actualizaciones económicas sobre la región realizadas en 2020, en las que se analizaron otras seis dimensiones normativas de una recuperación resiliente de la pandemia de COVID-19: contención inteligente, escolarización inteligente, aumento de la protección social, apoyo a las empresas, políticas equilibradas del sector financiero y reforma comercial.