Una vacunación rápida y equitativa y una atención médica preventiva son clave para el crecimiento sostenible
CIUDAD DE WASHINGTON, 31 de marzo de 2021. respecto de los mínimos históricos registrados en 2020, lo que coloca a la región en el camino de la recuperación. Sin embargo, el crecimiento es desigual y la actividad económica se ubica muy por debajo de las estimaciones anteriores a la aparición de la COVID-19, ya que muchas empresas necesitan compensar la pérdida de ingresos y millones de trabajadores —la mayoría de ellos, en el sector informal— todavía sufren los efectos del desempleo, la caída de los ingresos, el empeoramiento de las desigualdades y las deficiencias de capital humano, según la actualización regional que publica el Banco Mundial dos veces al año.
En la última edición de South Asia Economic Focus: South Asia Vaccinates (Enfoque económico en Asia meridional: La región se vacuna), dada a conocer hoy, se señala que la región recobrará su tasa de crecimiento histórico en 2022. Los datos de consumo eléctrico y circulación son un claro indicador de la recuperación de la actividad económica. Se espera que India, que representa la mayor parte de la economía de la región, crezca más del 10 % en el ejercicio de 2021-22, lo que sería una revisión al alza sustancial de 4,7 puntos porcentuales respecto de las previsiones de enero de 2021.
Las perspectivas para Bangladesh, Nepal y Pakistán también se han revisado al alza, respaldadas por ingresos de remesas que superan lo previsto: se espera que el producto interno bruto (PIB) de Bangladesh aumente un 3,6 % en 2021 y que el PIB de Nepal crezca un 2,7 % en el ejercicio de 2021-22 hasta alcanzar un valor de recuperación del 5,1 % en 2023; por su parte, se prevé que el crecimiento de Pakistán llegará al 1,3 % en 2021, un valor que se ubica ligeramente por encima de las proyecciones anteriores.
. También han contribuido a la recuperación las decisiones de los Gobiernos de pasar de los cierres generalizados a intervenciones más específicas, adaptando las políticas monetarias y los estímulos fiscales —a través de transferencias de efectivo concretas y programas de compensación por desempleo—, según se señala en el informe.
“Nos alienta ver señales claras de un repunte económico en Asia meridional, pero la pandemia aún no está bajo control y la recuperación sigue siendo frágil, por lo que hay que estar atentos”, dijo Hartwig Schafer, vicepresidente del Banco Mundial para la región de Asia meridional. “De cara al futuro, los países deberán ampliar los programas de vacunación e invertir sus escasos recursos cuidadosamente para sentar las bases de un futuro más inclusivo y resiliente”.
Si bien la pandemia pone al descubierto las profundas desigualdades y vulnerabilidades de la región, ofrece la oportunidad de trazar un camino hacia una recuperación más sólida y equitativa. A tal fin, en el informe se recomienda que los Gobiernos creen un sistema de seguro social universal para proteger a los trabajadores informales, aumenten la cooperación regional y eliminen las restricciones aduaneras a los productos básicos clave, a fin de evitar aumentos repentinos en el precio de los alimentos.
. Al observar que el gasto público de Asia meridional en atención sanitaria es el más bajo del mundo, en el informe también se sugiere que los países inviertan aún más en cuidados preventivos, financien investigaciones en salud y amplíen su infraestructura sanitaria, en particular para la producción rápida y masiva de vacunas.
“Los beneficios económicos y de salud de la vacunación superan ampliamente los costos relativos a la compra y distribución de vacunas para todos los países de Asia meridional”, dijo Hans Timmer, economista jefe del Banco Mundial para la región. “La región ha dado un paso adelante para vacunar a la población, pero su capacidad es limitada, ya que solo gasta el 2 % de su PIB en atención de la salud, valor inferior al de cualquier otra región. El principal desafío que se avecina es volver a priorizar los recursos limitados y movilizar más ingresos para llegar a toda la población, de modo de lograr una recuperación total”.
El Banco Mundial, una de las principales fuentes de financiamiento y conocimientos para los países en desarrollo, está adoptando medidas rápidas y de amplio alcance a fin de ayudar a dichos países a responder a los impactos sanitarios, sociales y económicos de la COVID-19. Esto incluye USD 12 000 millones para ayudar a los países de ingreso bajo y mediano a adquirir y distribuir vacunas, pruebas y tratamientos para la COVID-19, y a reforzar los sistemas de vacunación. Este financiamiento se basa en la respuesta más amplia del Grupo Banco Mundial frente a la COVID-19, que está ayudando a más de 100 países a reforzar los sistemas de salud, apoyar a los hogares más pobres y crear condiciones de respaldo para mantener los medios de subsistencia y los empleos de las personas más afectadas.
Nota: Para obtener una estimación de los totales regionales de un año calendario, los datos de los ejercicios económicos se convierten en datos de año calendario tomando el promedio de dos ejercicios consecutivos en los casos de Bangladesh, Bhután, Nepal y Pakistán, países de los que no se dispone de datos trimestrales del PIB. e = estimación, p = previsión.
Última actualización: Mar 31, 2021