En un informe se proporcionan nuevos conocimientos, datos y herramientas para que los beneficios del comercio lleguen a más personas
CIUDAD DE WASHINGTON, 19 de mayo de 2021. , afirmó hoy el Banco Mundial. Distribuir los beneficios del comercio de manera más amplia, en los países y entre estos, puede ser fundamental mientras el mundo procura recuperarse de la pandemia de COVID-19, que ha revertido años de avances en la reducción de la pobreza.
El Banco Mundial generó nuevos datos y herramientas que pueden permitir a los encargados de la formulación de políticas asegurarse de que el comercio beneficie más a los pobres, según el informe The Distributional Impacts of Trade: Empirical Innovations, Analytical Tools and Policy Responses (Los impactos distributivos del comercio: Innovaciones empíricas, herramientas de análisis y respuestas de políticas). Si se identifican con antelación las regiones y los sectores más afectados por los cambios en los patrones comerciales, se pueden diseñar políticas para maximizar los beneficios y mitigar las posibles pérdidas.
“Sin duda el aumento del comercio en los últimos 30 años ayudó a reducir considerablemente la pobreza mundial, pero los beneficios no se distribuyeron de manera igualitaria”, afirmó Mari Pangestu, directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial. “El comercio cumple una función clave en la respuesta a la pandemia, al garantizar que los alimentos y los medicamentos puedan cruzar las fronteras libremente y que las vacunas se distribuyan donde sea necesario. Se necesitan mejores políticas para lograr un comercio más inclusivo, mientras trabajamos en pos de reconstruir mejor y trazamos un camino hacia un desarrollo más verde, resiliente e inclusivo".
Los encargados de la formulación de políticas en los países en desarrollo pueden utilizar los nuevos hallazgos, datos y enfoques del informe para comprender mejor los efectos distributivos del comercio, supervisar la aplicación de políticas para abordarlos y coordinar las respuestas en todos los niveles del Gobierno.
Entre 1990 y 2017, la pobreza mundial se redujo del 36 % al 9 % mientras los países en desarrollo aumentaron su participación en las exportaciones mundiales del 16 % al 30 %. Muchos países han utilizado el comercio para generar empleo, impulsar las exportaciones, reducir la pobreza y aumentar la prosperidad compartida.
A pesar de estos avances, los cambios en las políticas comerciales han generado un contexto de ganadores y perdedores, ya que algunas comunidades y trabajadores no se benefician tanto como otros, lo que a veces socava el apoyo popular a la liberalización del comercio y aumenta el respaldo al proteccionismo.
Los beneficios agregados del comercio están claramente establecidos, pero las ganancias y las pérdidas con frecuencia se han concentrado marcadamente, y son particularmente evidentes, en algunos sectores, tipos de empleos y regiones, y perduran más de lo que se había pensado, según el informe, en el que se analizó el impacto del comercio en los mercados laborales, el consumo y la pobreza en Bangladesh, Brasil, México, Sudáfrica y Sri Lanka.
Con Los Gobiernos podrán entender mejor de qué manera el comercio impactará en los ingresos y salarios, los niveles del empleo formal, el consumo, la pobreza y la desigualdad tanto a nivel nacional como subnacional.
Una comprensión más profunda de los impactos distributivos del comercio es fundamental para diseñar mejores políticas que distribuyan los beneficios del comercio de manera más amplia, haciéndolos extensivos a todos. Minimizar su impacto negativo y maximizar sus beneficios no solo ayudará a combatir la pobreza, sino también a contrarrestar el nacionalismo económico.
Respuesta del Grupo Banco Mundial a la COVID-19
El Banco Mundial, una de las principales fuentes de financiamiento y conocimientos para los países en desarrollo, está adoptando medidas rápidas y de amplio alcance a fin de ayudar a dichos países a responder a los impactos sanitarios, sociales y económicos de la COVID-19. Esto incluye USD 12 000 millones para ayudar los países de ingreso bajo y mediano a adquirir y distribuir vacunas, pruebas y tratamientos para la COVID-19, y a reforzar los sistemas de vacunación. El financiamiento se basa en la respuesta más amplia del Grupo Banco Mundial a la COVID-19, con la que se está ayudando a más de 100 países a reforzar los sistemas de salud, respaldar a los hogares más pobres y crear condiciones de apoyo para mantener los medios de subsistencia y los empleos de los más afectados.