También sufrirán un gran impacto las economías emergentes de Europa y Asia central
CIUDAD DE WASHINGTON, 10 de abril de 2022. La guerra contra Ucrania y las sanciones aplicadas a Rusia afectan a las economías de todo el mundo, y se prevé que los mercados emergentes y los países en desarrollo de Europa y Asia central (i) serán los que más sufrirán sus consecuencias, según la última edición de Economic Update (i) (Informe de actualización económica) sobre la región publicado hoy por el Banco Mundial.
En la actualidad se proyecta que la economía de la región se contraerá un 4,1 % este año, frente al crecimiento del 3 % que se proyectaba antes de la guerra, dado que las perturbaciones económicas causadas por el conflicto bélico se agravan con los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19. Esta será la segunda contracción en dos años, y es dos veces más grande que la provocada por la pandemia en 2020.
Se prevé que la economía ucraniana caerá alrededor de un 45,1 % este año, aunque la magnitud de la contracción dependerá de la duración de la guerra y de su intensidad. La economía rusa, por su parte, afectada por sanciones sin precedentes, también se ha desplomado en una profunda recesión, y se proyecta que el producto se reducirá un 11,2 % en 2022.
“La magnitud de la crisis humanitaria desatada por la guerra es sobrecogedora. La invasión rusa está asestando un golpe demoledor a la economía ucraniana y ha infligido enormes daños en la infraestructura”, señaló Anna Bjerde, vicepresidenta del Banco Mundial para la región de Europa y Asia central (i). “Ucrania necesita recibir de inmediato un enorme apoyo financiero ya que lucha por mantener su economía en marcha y al Gobierno en funcionamiento a fin de ayudar a los ciudadanos que están sufriendo una situación extrema”.
La guerra se ha sumado a la creciente inquietud por una posible desaceleración abrupta de la economía mundial, el aumento de la inflación y del endeudamiento, y la suba de los niveles de pobreza. El impacto económico se ha reflejado en numerosos ámbitos, incluidos los mercados de productos básicos y financieros, los lazos entre el comercio y la migración, y el efecto negativo en la confianza.
La guerra también afecta fuertemente a las economías emergentes y en desarrollo de Europa y Asia central, región que este año ya se encaminaba a una desaceleración de la actividad económica debido a los efectos persistentes de la pandemia. Además de Rusia y Ucrania, se prevé que Belarús, la República Kirguisa, Moldova y Tayikistán entrarán en recesión este año, mientras que las proyecciones de crecimiento se han reducido en todas las economías debido a los efectos indirectos de la guerra, un crecimiento menor que el esperado en la zona del euro, y perturbaciones en los productos básicos, el comercio y el sector de las finanzas.
Rusia y Ucrania representan alrededor del 40 % de las importaciones de trigo de la región, y cerca del 75 % o más en Asia central y el Cáucaso meridional. Además, Rusia es un importante destino de exportación para muchos países, mientras que las remesas enviadas desde ese país representan cerca del 30 % del producto interno bruto (PIB) de algunas economías de Asia central (República Kirguisa, Tayikistán).
“La guerra de Ucrania y la pandemia han demostrado una vez más que las crisis pueden causar un daño económico general y hacer retroceder años de avances en el ingreso per cápita y el desarrollo”, manifestó Asli Demirgüç-Kunt, economista en jefe del Banco Mundial para Europa y Asia central (i). “Los Gobiernos de la región deben fortalecer sus mecanismos macroeconómicos de amortiguación y la credibilidad de sus políticas a fin de contener los riesgos y lidiar con la posible fragmentación del comercio y de los canales de inversión; consolidar sus redes de protección social para resguardar a las personas más vulnerables, incluidos los refugiados, y no perder de vista el objetivo de mejorar la eficiencia energética para garantizar un futuro sostenible”.
La profunda crisis humanitaria provocada por la guerra ha sido la más fuerte de las perturbaciones iniciales a nivel mundial y probablemente será uno de los legados más perdurables del conflicto. Se prevé que la ola de refugiados ucranianos que han huido hacia países vecinos será muy superior a las de crisis anteriores. Por lo tanto, será fundamental apoyar a las comunidades de refugiados y a los países que los reciben, y el Banco Mundial está preparando programas de apoyo operativo para los países vecinos de modo de poder satisfacer las crecientes necesidades financieras derivadas de los flujos de refugiados.
El alza en los precios internacionales del petróleo provocada por la guerra también pone de relieve la necesidad de lograr seguridad energética promoviendo el abastecimiento de energía de fuentes renovables y redoblando los esfuerzos por diseñar e implementar medidas de eficiencia energética a gran escala.
Respuesta del Grupo Banco Mundial frente a la guerra en Ucrania
El Banco Mundial está actuando con rapidez para ayudar al pueblo ucraniano. Desde que se inició la invasión de Rusia el 24 de febrero, el Grupo Banco Mundial ha movilizado un paquete de financiamiento de emergencia de USD 925 millones en apoyo de Ucrania. Estos fondos de desembolso rápido se destinarán a ayudar a pagar los salarios de los trabajadores de los hospitales, las pensiones de los ancianos y los programas sociales dirigidos a los grupos vulnerables. El financiamiento rápido forma parte del paquete de USD 3000 millones que el Grupo Banco Mundial preparará para Ucrania durante los próximos meses. La invasión ya ha provocado la crisis de refugiados más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El Grupo Banco Mundial está analizando de qué manera ayudar a los refugiados en los países que los reciben.