Ciudad de Washington, 13 de abril de 2022. Según las previsiones del Banco Mundial publicadas en su informe semestral de actualización regional, el crecimiento de Asia meridional, que ya era frágil y desigual, será más lento de lo esperado, debido a los impactos de la guerra en Ucrania y los persistentes desafíos económicos.
En la última edición del informe South Asia Economic Focus (Enfoque económico en Asia meridional) titulado Reshaping Norms: A New Way Forward (i) (Reestructuración de las normas: Un nuevo camino de cara al futuro), que se dio a conocer hoy, se estima que la región crecerá un 6,6 % en 2022 y un 6,3 % en 2023. La previsión de 2022 se ha corregido a la baja en 1 punto porcentual respecto de la proyección de enero.
Los países de Asia meridional ya han comenzado a lidiar con el aumento de los precios de los productos básicos, cuellos de botella en el suministro y vulnerabilidades en los sectores financieros. La guerra en Ucrania incrementará estos desafíos, generando aún más inflación, un aumento del déficit fiscal y un deterioro de los saldos en cuenta corriente.
“En los últimos dos años, Asia meridional ha experimentado varias conmociones, como los devastadores efectos de la pandemia de COVID-19. Los altos precios del petróleo y los alimentos debido a la guerra en Ucrania tendrán un fuerte impacto negativo en el ingreso real de las personas”, señaló Hartwig Schafer, vicepresidente del Banco Mundial para la región de Asia meridional. “Frente a estos desafíos, los Gobiernos deben planificar con cuidado sus políticas monetarias y fiscales para contrarrestar las conmociones externas y proteger a los sectores vulnerables, al tiempo que sientan las bases para un crecimiento verde, resiliente e inclusivo”.
Si bien el crecimiento del producto interno bruto (PIB) sigue siendo sólido durante la recuperación, todos los países de la región enfrentarán dificultades de cara al futuro. En India, el consumo de los hogares se verá limitado por la recuperación incompleta del mercado laboral y las presiones inflacionarias. Por su parte, Maldivas afronta vulnerabilidades debidas a las grandes importaciones de combustibles fósiles como porcentaje del PIB y a la reducción del número de turistas provenientes de Rusia y Ucrania. En Sri Lanka, la perspectiva económica es sumamente incierta debido a desequilibrios fiscales y externos. En Afganistán, el aumento de los precios de los alimentos exacerbará la inseguridad alimentaria. En Pakistán, uno de los desafíos que existen en el contexto actual son los subsidios a la energía, que alcanzan el nivel más alto de la región. A su vez, Bangladesh se enfrentará a una baja en la demanda de sus exportaciones por parte de Europa. Como dato positivo, cabe señalar que las exportaciones de servicios de la región están aumentando.
La guerra y su impacto en los precios de los combustibles pueden brindar a la región el impulso que tanto necesita para reducir la dependencia de las importaciones de combustible y emprender una trayectoria de crecimiento verde, resiliente e inclusivo. El informe recomienda a los países evitar los subsidios ineficientes a los combustibles que tienden a beneficiar a los hogares más ricos y agotar los recursos públicos. Además, los países de Asia meridional deberían avanzar hacia una economía más verde incorporando gradualmente un sistema tributario que aplique aranceles a productos que causan daño ambiental.
“La adopción de un sistema tributario verde puede reportar diversos beneficios cuantificables para Asia meridional, entre ellos una mejor seguridad energética, beneficios para el medio ambiente y mayores ingresos fiscales”, declaró Hans Timmer, economista en jefe del Banco Mundial para la región de Asia meridional. “Estos ingresos podrían destinarse a la adaptación contra desastres relacionados con el clima y al fortalecimiento de las redes de protección social”.
Otro de los desafíos que enfrenta la región es el impacto económico desproporcionado que ha tenido la pandemia sobre las mujeres. El informe incluye un análisis exhaustivo de las disparidades de género en la región y su relación con normas sociales profundamente arraigadas, y recomienda políticas que permitirán apoyar el acceso de las mujeres a oportunidades económicas, abordar las normas discriminatorias y mejorar los resultados en materia de género en favor del crecimiento inclusivo.
Fuentes: Macro Poverty Outlook (Perspectivas macroeconómicas sobre la pobreza) y cálculos del personal del Banco Mundial.
Nota: (e) = estimación, (p) = previsión, * = sin incluir a Sri Lanka. Para obtener una estimación de los totales regionales de un año calendario, los datos de los ejercicios económicos se convierten en datos de año calendario tomando el promedio de dos ejercicios consecutivos, en dólares estadounidenses constantes de 2015, en los casos de Bangladesh, Bhután, Nepal y Pakistán, países sobre los cuales no se dispone de datos trimestrales del PIB. El PIB se midió teniendo en cuenta los precios y los tipos de cambio del mercado de 2015. Los datos de Pakistán se basan en el PIB a costo de los factores. Afganistán no se incluye en los totales regionales debido a que no está generando estadísticas, por lo que no existen estimaciones ni previsiones posteriores a 2020.
