El crecimiento de la demanda disminuirá en las próximas tres décadas; la transición energética será un gran desafío
CIUDAD DE WASHINGTON, 12 de mayo de 2022. Los mercados mundiales de productos básicos se están transformando de forma duradera como consecuencia de la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y los efectos del cambio climático, una transformación que probablemente tendrá profundas repercusiones en las economías en desarrollo durante las próximas décadas, según se ha determinado en un nuevo estudio realizado por el Banco Mundial.
El estudio titulado Commodity Markets: Evolution, Challenges, and Policies (Mercados de productos básicos: Evolución, desafíos y políticas) contiene el primer análisis integral (que abarca todos los productos básicos principales) de la evolución de estos mercados en los últimos 100 años y la dirección que probablemente tomen en los próximos 30 años. En el estudio se prevé que el aumento de la demanda global general de productos básicos podría desacelerarse a causa de la disminución del crecimiento demográfico y la maduración de las economías en desarrollo, aunque es probable que la demanda de algunos productos básicos aumente.
Además, es probable que la transición hacia una energía más limpia plantee un gran desafío. La demanda de los metales necesarios para construir la infraestructura para la energía renovable y para fabricar vehículos eléctricos podría aumentar en las próximas décadas, haciendo subir el precio de los metales y proporcionando ganancias inesperadas a los países que los exportan. Aunque la energía renovable se está convirtiendo rápidamente en la fuente de energía de menor costo en muchos países, es probable que los combustibles fósiles conserven parte de su atractivo, especialmente en los países con amplias reservas nacionales. A corto plazo, con una inversión inadecuada en tecnologías con bajos niveles de emisión de carbono (solo una tercera parte del nivel necesario), la demanda de energía podría seguir superando la oferta, manteniendo los precios en niveles elevados.
“En medio de las crisis simultáneas de los dos últimos años y de la transición en curso hacia una menor intensidad de carbono, los mercados de productos básicos se están transformando”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Estos cambios tendrán importantes repercusiones en el crecimiento y la reducción de la pobreza en las economías en desarrollo, dos terceras partes de las cuales son exportadoras de productos básicos. Un buen objetivo es que los cambios en los mercados de productos básicos fomenten resultados positivos tanto para el desarrollo como para la sostenibilidad ambiental”.
El estudio también arroja nueva luz sobre las causas y consecuencias de la volatilidad en los mercados de productos básicos, revelando una idea preocupante para los exportadores de este tipo de mercancías: se constata que las subidas de precios no impulsan materialmente el crecimiento económico durante un período prolongado en los países en desarrollo. Por el contrario, las disminuciones de los precios tienden a reducir el crecimiento de forma notable, y durante varios años.
“Los ciclos de auge y caída de los mercados de productos básicos son muy perturbadores para el progreso de las economías en desarrollo, especialmente de los países más pobres”, señaló Mari Pangestu, directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial. “Todavía hay demasiados países que siguen dependiendo excesivamente de las exportaciones de unos pocos tipos de productos básicos. Las crisis actuales son una llamada de atención para que los Gobiernos renueven sus esfuerzos tendientes a valorar su capital natural de forma sostenible, diversificar sus economías y reducir su vulnerabilidad a las crisis de los productos básicos”.
El análisis muestra que las crisis de los precios de los productos básicos afectan a los diferentes exportadores de estas mercancías de forma distinta, lo que demuestra los motivos por los cuales las soluciones políticas deben adaptarse a las circunstancias específicas de cada país.
Los responsables de formular políticas pueden gestionar las crisis de los mercados de productos básicos al menos de tres maneras, a saber:
- Marcos de índole fiscal, monetaria y regulatoria: Los Gobiernos deben establecer un marco fiscal que utilice los períodos de precios altos para crear fondos de reserva que puedan asignarse rápidamente en caso de emergencia. Los regímenes cambiarios deben ser ágiles para funcionar eficazmente en combinación con marcos de política monetaria bien definidos. Los entes reguladores deben adoptar medidas para evitar la acumulación de riesgos excesivos en el sector financiero, especialmente en lo que respecta a la afluencia de capitales y la deuda en moneda extranjera.
- Medidas para moderar los ciclos de auge y caída: Los Gobiernos tienden a recurrir a los subsidios o al proteccionismo comercial para reducir los efectos de las fluctuaciones de los precios de los productos básicos sobre los consumidores. Los países exportadores de productos básicos a menudo intentan mitigar la volatilidad del mercado llegando a acuerdos para regular la oferta. La historia demuestra que estos esfuerzos suelen ser costosos y contraproducentes. Un mejor enfoque es adoptar mecanismos de riesgo basados en el mercado para limitar la exposición a las fluctuaciones de los precios.
- Diversificación económica: Ante el descenso a largo plazo de la demanda de combustibles fósiles, los países que los exportan deberían continuar diversificando sus economías. Los países de ingreso bajo que dependen en gran medida de las exportaciones agrícolas también se beneficiarían de reformas que ayuden a expandir otros sectores de su economía. Estos esfuerzos pueden verse favorecidos por el desarrollo del capital humano, la promoción de la competencia, el fortalecimiento de las instituciones y la reducción de las subvenciones distorsivas.
Sitio web (i): worldbank.org/en/research/commodity-markets
Facebook: facebook.com/bancomundial
Twitter: twitter.com/bancomundial