CIUDAD DE WASHINGTON, 13 de junio de 2023. Se estima que los flujos de remesas registrados oficialmente hacia países de ingreso bajo y mediano crecerán un 1,4 % hasta alcanzar los USD 656 000 millones en 2023, mientras que se prevé una reducción de la actividad económica en los países de origen de las remesas, lo que limitará el empleo y los aumentos en los salarios de los migrantes, según la última Reseña sobre migración y desarrollo (i) publicada hoy por el Banco Mundial.
En esta edición también se revisa al alza el crecimiento de los flujos de remesas de 2022, que aumentaron un 8 % hasta alcanzar los USD 647 000 millones. En el período posterior a la pandemia de COVID-19, en el que el crecimiento económico ha sido menor y ha habido menos inversiones extranjeras directas, las entradas de remesas han adquirido más importancia para los países y los hogares, dada su resiliencia como fuente de financiamiento externo, en especial para los países de ingreso bajo y mediano con un nivel de deuda externa elevado.
“Las remesas complementan significativamente las transferencias de efectivo gubernamentales y son fundamentales para los hogares en épocas de necesidad”, dijo Michal Rutkowski, director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial. “El Banco Mundial lidera la labor analítica y operativa relativa a la migración mundial a fin de facilitar los flujos de remesas y reducir los costos”.
Durante 2022, las remesas se vieron favorecidas por los altos precios del petróleo en los países que forman parte del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que aumentaron los ingresos de los migrantes; por las grandes transferencias de dinero desde la Federación de Rusia hacia países en Asia central, y por el sólido mercado laboral de Estados Unidos y de las economías avanzadas a las que dirigen los migrantes. Por región, las entradas de remesas aumentaron un 0,7 % en Asia oriental y el Pacífico, un 19 % en Europa y Asia central, un 11,3 % en América Latina y el Caribe, un 12,2 % en Asia meridional y un 6,1 % en África subsahariana. Por el contrario, en la región de Oriente Medio y Norte de África, las entradas de remesas se redujeron un 3,8 %.
Los cinco países que más remesas recibieron en 2022 fueron India (USD 111 000 millones), México (USD 61 000 millones), China (USD 51 000 millones), Filipinas (USD 38 000 millones) y Pakistán (USD 30 000 millones). Entre las economías en las que las entradas de remesas representan una gran parte del producto interno bruto (PIB) —lo que pone de relieve la importancia que tienen las remesas para el financiamiento de las cuentas corrientes y de los déficits fiscales— se incluyen Tayikistán (51 % del PIB), Tonga (44 %), Líbano (36 %), Samoa (34 %) y la República Kirguisa (31 %).
“En muchas economías, las remesas se convirtieron en una ayuda financiera vital durante la pandemia y lo serán aún más en el futuro previsible”, afirmó Dilip Ratha, autor principal de la reseña y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD). “Hemos intensificado la colaboración con los países de origen y los receptores de remesas a fin de mejorar los datos y aprovechar las remesas para movilizar capitales del sector privado mediante bonos de la diáspora y mejores calificaciones crediticias de los países”.
A nivel global, el costo promedio de enviar USD 200 fue de 6,2 % en el cuarto trimestre de 2022, lo que representa un ligero aumento con respecto al 6 % registrado el año anterior y supera en más del doble la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible del 3 %, según la base de datos sobre los precios de las remesas en el mundo (i) del Banco Mundial. Los bancos son el medio más costoso para enviar remesas, con un costo promedio del 11,8 %, seguidos de las oficinas de correo (6,3 %), los operadores de transferencias de dinero (5,4 %) y los operadores de telefonía móvil (4,5 %). Si bien las operaciones por telefonía móvil son las más económicas, representan menos el 1 % del volumen total de transacciones.
Tendencias regionales en las remesas
Las remesas a Asia oriental y el Pacífico aumentaron un 0,7 % hasta alcanzar los USD 130 000 millones en 2022. Las remesas a China se han reducido porque, debido a una creciente prosperidad y al aumento en el envejecimiento de la población, el ritmo de emigración menos calificada es menor. A excepción de China, la demanda posterior a la pandemia de migrantes altamente calificados en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la constante demanda de trabajadores en los países del CCG y las mayores oportunidades de empleo en Australia y Nueva Zelandia favorecieron la capacidad de los migrantes de enviar dinero a sus hogares. Se prevé que en 2023 las remesas aumentarán un 1 %, ya que el crecimiento más lento en los países anfitriones afectará los ingresos y las perspectivas de empleo. El costo promedio de enviar USD 200 a la región fue del 5,7 % en el cuarto trimestre de 2022, lo que representa una ligera caída con respecto al 5,9 % registrado el año anterior. En los cinco corredores menos costosos, el costo cayó por debajo del 3 %.
Los flujos de remesas a Europa y Asia central crecieron un 19 % y registraron un máximo histórico de USD 79 000 millones en 2022. El buen desempeño fue consecuencia, principalmente, de las transferencias de dinero por montos máximos históricos desde la Federación de Rusia hacia los países vecinos. Los flujos de remesas desde Rusia crecieron debido a la migración de capitales por la reubicación de empresas y ciudadanos rusos, la solidez del rublo y la mayor demanda de trabajadores migrantes en Rusia. En 2022, Ucrania siguió siendo el país que más remesas recibió en la región: USD 17 100 millones, lo que representa una caída del 5,4 % en comparación con 2021. En los primeros cuatro meses de 2023, el volumen de remesas disminuyó un 11,5 %, lo que indica una caída constante de los flujos de remesas al país. Se prevé que los flujos de remesas hacia la región aumenten un 1 % en 2023. El costo promedio de enviar USD 200 a la región fue del 6,4 % en el cuarto trimestre de 2022, lo que representa un aumento con respecto al 6,1% registrado el año anterior.
Los flujos de remesas a América Latina y el Caribe aumentaron un 11,3 % hasta alcanzar los USD 145 000 millones en 2022, con la ayuda del sólido mercado laboral estadounidense. Los flujos hacia México registraron un aumento del 12,9 % hasta alcanzar los USD 61 100 millones. El crecimiento de las remesas varió ampliamente según el país, con un incremento del 50 % en Nicaragua, un 18 % en Guatemala, un 17,8 % en Honduras y un 9,7 % en Colombia. Se prevé que en 2023 las remesas aumentarán un 3,3 %. Sin embargo, considerando que las perspectivas están estrechamente vinculadas a lo que ocurra en la economía de EE. UU., que se está desacelerando, los riesgos se inclinan a la baja. El costo de enviar USD 200 a la región ascendió, en promedio, al 5,8 % en el cuarto trimestre de 2022, en comparación con el 5,6 % registrado el año anterior.
El crecimiento en las remesas hacia Oriente Medio y Norte de África se redujo un 3,8 % hasta alcanzar los USD 64 000 millones en 2022 tras registrar un fuerte crecimiento del 12,2 % en 2021. Entre las economías de la región que experimentaron ligeras mejoras en los flujos de remesas se encontraban varios países del Magreb. Se prevé que las entradas de remesas en 2023 crecerán un 1,7 % con perspectivas diferenciadas según subgrupos regionales y dependiendo de los países anfitriones dominantes y del grado de exposición a una mayor inflación y volatilidad financiera. El costo de enviar USD 200 a la región fue de un 6,2 %, en promedio, en el cuarto trimestre de 2022, lo que representa una disminución respecto del 6,4 % registrado el año anterior.
Los flujos de remesas a Asia meridional registraron un aumento de más del 12 % en 2022 hasta alcanzar los USD 176 000 millones, y se beneficiaron con las sólidas condiciones del mercado laboral en las economías de destino de la OCDE, la alta demanda de migrantes menos calificados en los países del CCG y las medidas contra la inflación de los precios de los alimentos que apoyaron los ingresos de los migrantes en los países del CCG. Los flujos a India registraron un aumento del 24 % hasta alcanzar los USD 111 000 millones. Otros de los principales países del mundo que recibieron remesas en la región fueron Pakistán (en el quinto lugar) y Bangladesh (en el séptimo lugar), con entradas de remesas en 2022 que alcanzaron los USD 30 000 millones y los USD 22 000 millones, respectivamente. Entre los países para los cuales las entradas de remesas representan una parte significativa del PIB, Nepal ocupa el noveno lugar en el mundo con remesas que fueron equivalentes al 23 % del PIB en 2022. Se prevé que en 2023 las remesas aumentarán un 0,3 % debido a la desaceleración del crecimiento en las economías de la OCDE, en especial, en el sector de alta tecnología en Estados Unidos, que afecta la demanda de trabajadores de tecnología de la información, y la preferencia de los migrantes por canales de transferencia de dinero informales más que formales en Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka debido al empeoramiento de las condiciones económicas nacionales. El costo de enviar USD 200 a la región ascendió, en promedio, al 4,9 % en el cuarto trimestre de 2022, en comparación con el 4,3 % registrado el año anterior.
Los flujos de remesas a África subsahariana aumentaron un 6,1 % en 2022 hasta alcanzar los USD 53 000 millones. La tendencia fue impulsada en gran medida por el sólido crecimiento de las remesas en Ghana (12 %), Kenya (8,5 %), Tanzanía (25 %), Rwanda (21 %) y Uganda (17 %). Las remesas a Nigeria, que representaron alrededor del 38 % de las entradas de remesas totales a la región, aumentaron un 3,3 % hasta alcanzar los USD 20 100 millones. Las entradas de remesas fueron positivas para las cuentas corrientes de varios países africanos que enfrentan problemas de inseguridad alimentaria, alteraciones en la cadena de suministro, sequías graves (el Cuerno de África), inundaciones (Nigeria, Chad, Níger, Burkina Faso, Malí y Camerún) y crecientes dificultades para pagar el servicio de la deuda. Se prevé que en 2023 el crecimiento en las remesas se atenuará al 1,3 %. El costo de enviar USD 200 a la región ascendió, en promedio, al 8 % en el cuarto trimestre de 2022, en comparación con el 7,8 % registrado el año anterior.
Decargue el informe (i): https://www.knomad.org/publication/migration-and-development-brief-38